Las tasas sobre obesidad y sobrepeso de los niños preocupan cada vez más. La nutrición correcta se ha convertido en una creciente preocupación de las autoridades sanitarias por la ascendente evolución de la prevalencia de la obesidad, que constituye en sí misma una enfermedad y un factor de riesgo para otras enfermedades iguales o más graves, como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer . La obesidad infantil es un problema de salud que afecta a un número creciente de niños y niñas en muchas regiones del mundo. Supone, por sus repercusiones sanitarias, sociales y económicas, un importante desafío para la sociedad contemporánea. Andalucía no se es escapa a esa tendencia global de menores con más peso de la cuenta. Los datos lo dejan muy claro: el porcentaje de menores con sobrepeso u obesidad observada es de 36,1 por ciento en 2023 en la comunidad autónoma. Es un dato que revela que los chicos tienen más tendencia a engordar . De hecho es mayor en niños que en niñas (41% en niños frente a 29% en niñas). Según los resultados del estudio Aladino, en el que se basa la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y que fue realizado entre cerca de mil escolares andaluces, hay una prevalencia de exceso de peso del 36,1%. Ese dato se desglosa en un 20,2% de sobrepeso y un 15,9% de obesidad. Pero además Andalucía tiene prevalencias de exceso de peso en la población de 2 a 17 años más elevadas que el conjunto de España, según la información obtenida de las Encuestas Nacionales de Salud. De hecho en el año 2017, el sobrepeso y la obesidad infantil en España afectaba al 28,6% de la población mientras que en Andalucía la prevalencia era del 33,4%, es decir, cinco puntos porcentuales más.En cuanto a la población mayor de 17 años, las cifras también son mayores en Andalucía, con una diferencia de cuatro puntos (54,5% en España y 58,5% en Andalucía) . Aunque el exceso de peso tiende a disminuir según Salud, los valores continúan siendo muy elevados y se centran en determinadas edades.AdvertenciaLa prevalencia de obesidad central entre la población infantil de 6 a 9 años es del 22,7%, sin que se aprecien diferencias significativas por sexo a esa edad. Por edad, sin embargo, sí se observan algunas diferencias. Entre los niños la prevalencia de obesidad central es significativamente más alta en el grupo de 9 años (25,6 %) frente a los de 7 y 8 años. Por su parte, entre las niñas el grupo con mayor tasa de obesidad central es el de 6 años (26,6 %) con diferencias estadísticamente significativas frente las niñas de 7 años y las de 9 años.Esos datos se complementan con una seria advertencia de la OCDE que estima que en el año 2050 el 60 por ciento de la población será obesa y el 25 por ciento de los niñosEl decreto sobre alimentación saludable que ha elaborado la Junta y que incluye algunas de estas cifras, concluye también que el exceso de peso está directamente relacionado la clase social . Las clases más desfavorecidas presentan tasas más elevadas de obesidad.¿Qué está ocurriendo para que se produzcan esas situaciones? Según Macarena Muñoz Ramo, pediatra y directora de un centro de salud en Sevilla, en los últimos años se ha producido «un crecimiento exponencial» de las cifras de sobrepeso y obesidad por varias causas.En primer lugar está la alimentación. Porque se consumen cada vez más alimentos procesados, con altos niveles de azúcares y grasas saturadas junto a bebidas azucaradas como zumos o batidos.En segundo lugar está la tendencia al sedentarismo. Los niños abusan de las pantallas y consolas y hacen cada vez menos deportes . Y luego también hay un componente genético que no siempre se da pero que en algunos casos puede ser determinante. La pediatra asegura que normalmente los casos de sobrepeso se detectan a partir de los 6 o 7 años ya que en los primeros años la alimentación suele estar más controlada por los padres. Algo que se hace más complicado cuando empiezan el colegio. Porque suele ser cuando empiezan a consumir más azúcares y grasas. Pese a la insistencia de los pediatras en que se hagan desayunos y meriendas sanas , en muchos casos los niños se escapan de ese control y aumenta la ingesta de bollería industrial o batidos y zumos.Muñoz insiste en que la obesidad es un problema que «es necesario tener controlado» por las consecuencias que puede tener en la salud. Por las patologías que puede acarrear como diabetes, hipertensión o problemas cardiovasculares. Pero también las consecuencias psicológicas que pueden derivar en trastornos alimentarios. Sobre todo en una época en la que se da tanta importancia a la imagen que se expone constantemente en las redes sociales. Seguramente por eso se da más entre los niños que las niñas ya que a las segundas «les preocupa más su imagen». Por eso mientras los niños están bajo el control de los pediatras (hasta lo 14 ), se les hace un seguimiento más exhaustivo y los facultativos insisten en la necesidad de cuidar la alimentación y recuerda que desde 2007 existe en Andalucía un plan integral contra la obesidad y que también en los colegios cada vez hay más control de la alimentación para que los niños tengan una dieta variada con frutas, verduras, proteínas y legumbres y eviten la bollería industrial. La pediatra advierte de que la obesidad infantil también va ligada al nivel socioconómico y que suelen darse más casos en zonas humildes. «Comer sano es más caro . Los alimentos procesados se distribuyen mucho y tienen bajo coste», precisa.

Leave a Reply