Sevilla es la tercera ciudad de España con más problemas para aparcar. S ólo está detrás de Madrid y Barcelona , ciudades que tienen diferencias millonarias en términos de población con la capital hispalense. Así lo refleja un estudio realizado por la plataforma ‘Parclick’, dedicada a la reserva previa de plazas de aparcamiento. Entre las razones tras esa falta de sitio para estacionar en las principales capitales españolas, ‘Parclick’ señala las limitaciones climáticas que cada vez se extienden por más zonas de ambas ciudades, principalmente por los distritos céntricos en los que se da una mayor afluencia de tráfico. No es el caso de Sevilla, donde la restricción de entrada a vehículos por emisiones sólo se establece en la Isla de la Cartuja, zona no residencial. Valencia, Granada, Bilbao, Cádiz, Málaga, Santiago de Compostela y Zaragoza, continúan la lista de ciudades con mayor problemática en el aparcamiento. Pese a la conciencia colectiva sobre la contaminación y las muchas políticas medioambientales que se llevan a cabo para intentar promover otros medios de transportes, el coche sigue siendo el más utilizado por el sevillano. Una movilidad que se complica dada la falta de huecos en los que estacionar en la ciudad. No es un problema del Casco Histórico -que también- sino que se trata de un asunto que afecta a la gran mayoría de sus distritos. Coches mal aparcados se apelotonan en calles de toda la capital hispalense porque los residentes no tienen donde aparcar en sus propios barrios. ABC se ha trasladado a cinco de ellos para observar en primera persona los puntos críticos para aparcar.Barrio a barrioTriana-Los Remedios es históricamente uno de los distritos con menos sitio donde dejar el coche. En Triana el predominio de edificios antiguos con pocos garajes para residentes, se suma su trazado sinuoso y en el que predominan calles muy estrechas. En aquellas zonas donde se produce el más mínimo ensanche de las calles residenciales es algo usual encontrase coches en doble fila o creando una mediana. En la calle Luz Arriero, en las proximidades de la Capilla del Rocío de Triana, por ejemplo, donde desde hace años era usual ver coches formando una mediana entre aceras, el pasado verano se terminó cediendo y se optó por pintar y delimitar las plazas que hasta entonces los conductores se imaginaban. Algo que todavía no sucede en otras como Ronda de Tejares o en el núcleo Santa Ana, donde la necesidad de sus vecinos hace que decenas de coches se organicen como si existiera.En los Remedios , la zona azul en la mayoría de las calles del barrio, favorece de alguna forma la rotación. No obstante encontrar un hueco libre se vuelve misión imposible y más aún con las restricciones de circulación que presentan muchas de sus calles ante la inminente obra en la calle Juan Sebastián Elcano. En este barrio predominantemente residencial sus avenidas anchas no admiten esa disposición de vehículos hacinados. Es en sus principales avenidas como República Argentina o Virgen de Luján donde se alzan grandes bloques de pisos, la mayoría de los años sesenta y setenta, que no cuenta con la oferta de plazas de garaje que se necesita hoy en día.En el Porvenir sucede algo parecido, no se ven las espectaculares imágenes que se repiten en muchos barrios, pero la falta de aparcamiento es evidente. En la Calle Juan Pablos por ejemplo, donde se puede estacionar en batería a ambos lados, el conductor debe serpentear continuamente para evitar los coches que aparcan malamente delante de los arriates, a pesar de que no son plazas como tal. En la Calle Bogotá, se ignora la prohibición de carga y descarga, lo que provoca que los camiones de los supermercados de la zona paren en la propia calle, dificultando diariamente la circulación. Y en Felipe II, una de las principales del barrio los conductores paran e incluso estacionan a su antojo en una vía de un carril por sentido lo que hace que una vez más el conducir en este barrio se asemeje a una carrera de obstáculos,El barrio de San Bernardo sufre de lo mismo. Las estrechas calles en las proximidades de la parroquia, hacen que en la calle Campamento de manera usual, se puedan ver coches en lugares donde no está permitido el estacionamiento. Es de hecho de las pocas calles en la zona con plazas de aparcamiento, aunque siguen siendo insuficientes.Si hay un distrito en el que se agrava todavía más si se puede es el Norte . Tanto en él como en la Macarena , los vecinos están más que acostumbrados a coches mal estacionados por todos lados. En cualquier curva o rotonda, e incluso sobre bordillos y aceras. En Barriada de San Diego, entre los números 22 y 23 de la avenida de Pino Montano, se repite lo que sucede en Triana, donde se crean dobles y triple filas como si un descampado se tratase. O en la avenida de los Trabajadores Inmigrantes, donde los coches aparcados sin freno de mano para no impedir la salida de los que han logrado un hueco, está a la orden del día. Tal es la necesidad de nuevos aparcamientos en este barrio que hasta el pasado mes de febrero, se venía utilizando la antigua tienda de muebles junto al hotel Macarena, justo en frente de la muralla, como parking público. La Gerencia de Urbanismo ordenó su «inmediata suspensión» ya que consideraba que el uso de dicho inmueble como aparcamiento incumplía la normativa en vigor.Prueba de que los problemas de aparcamiento no sólo competen a los barrios más céntricos de la ciudad, es Sevilla Este . La alta concentración de residentes en esta zona del distrito Este-Torreblanca-Alcosa, venía provocando dificultades para aparcar en determinados puntos del barrio. Esas dificultades han pasado a ser un evidente problema ante las múltiples obras que se están llevando a cabo en la zona. En la avenida de la Aeronáutica los automóviles bordean la mediana y la rotonda, aprovechando cada hueco libre. Incluso se dejan ver aparcados junto a las vallas que delimitan la zona sobre la que se actúa para el futuro carril bus. Decenas de automóviles llenan espacios peatonales, como en la calle Hípica, donde los propios residentes dejan sus vehículos en la puerta de sus casas aunque no esté permitido. La intensa actividad en el Palacio de Congresos, en la avenida Alcalde Luis Uruñuela, se convierte en un motivo más por el que se complica encontrar un hueco en el barrio.Fue el propio alcalde, José Luis Sanz, quien declaró el pasado verano que «no sólo faltan parkings en el entorno de nuestro casco histórico, sino que en cualquier barrio al que vayamos a las nueve de la noche nos encontramos una segunda fila que no se mueve ya hasta el día siguiente hasta las y siete y media de la mañana» al hablar sobre una de las promesas de su candidatura, la construcción de micropárkings en la mayoría de los distritos.

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