Donald Trump , expresidente de EE.UU. y candidato republicano a recuperar la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, ha sido declarado culpable por un jurado popular de Nueva York. El multimillonario neoyorquino se enfrentaba a 34 cargos por falsificación de documentos financieros en primer grado, en relación con la compra de silencio para ocultar una relación extramatrimonial en las semanas tempestuosas que rodearon al final de la campaña electoral de 2016, la cita histórica que le alzó, contra todo pronóstico, al poder en la primera potencia mundial.«Culpable», leyó el juez que supervisa el caso, Juan Merchan, en una sala fría del decimoquinto piso de los juzgados de lo penal de Manhattan. El jurado había entregado su veredicto después de la deliberación y el eco de su voz se convirtió de forma inmediata en un momento histórico y de gran trascendencia para la agitada situación política en EE.UU.Trump se convierte así en el primer expresidente convicto , una circunstancia desconocida en la democracia más vieja y estable del mundo, y con consecuencias también desconocidas para la campaña electoral que libra frente al actual presidente, Joe Biden .Noticia Relacionada estandar Si Trump cierra su defensa: «Toda campaña electoral en este país es una conspiración» Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York La suerte del magnate estará ya este miércoles en manos de doce ciudadanos neoyorquinos que forman el jurado«Esto no va a cambiar nada», aseguraba a este periódico Phil Cuza, un músico de Nueva York que apoya al expresidente. «Como mucho, le reforzará todavía más, en especial en votantes de minorías raciales, que pueden identificarse con este trato injusto por parte del sistema judicial».Cuza es una de las decenas de seguidores de Trump que hacían guardia en Collect Pond Park, la plaza que está enfrente de los juzgados y donde ha habido protestas contra el juicio durante el último mes. Allí se mezclaban curiosos, seguidores de Trump y la ‘troupe’ circense habitual que aparece por donde va el expresidente: una señora que rezaba con las manos levantadas hacia el decimoquinto piso del juzgado, donde se leyó el veredicto; un joven con lentillas verde neón, envuelto en una bandera de Trump y con una corona -decía llamarse Jesús AOK News- y que aseguraba a este periódico que la culpabilidad de Trump será respondida «con una revuelta, una guerra civil, una III Guerra Mundial-; un hombre con gorro de cowboy tatuado con pegatinas trumpistas y un cartel de ‘Judíos por Trump’; o una mujer que enseñaba sus pechos en la llegada del multimillonario neoyorquino a los juzgados y que profería gritos contra la prensa.Durante la deliberación, la tensión en la plaza ha aumentado. Desde que se encerró el jurado, se han registrado algunos altercados entre estos seguidores y manifestantes anti Trump. Kathleen Zea aseguraba a este periódico que había sido agredida por una ‘trumpista’ y pronosticaba más violencia una vez conocido el veredicto. «Uno de esos -decía a este periódico sobre uno de los seguidores del expresidente- me ha dicho que van a formar un ejército de Dios para sacar a Trump de la cárcel».Zea, que llevaba una camiseta con la leyenda ‘La justicia importa’, creía que el veredicto no provocará que Trump pierda apoyos entre los suyos: «Sus bases le querrán todavía más».Asedio judicialLa declaración de culpabilidad es el primer resultado concreto del asedio judicial que sufre Trump, que el año pasado recibió imputaciones en cuatro causas penales diferentes. Dos de ellas -una en Washington, en la jurisdicción federal; otra en Georgia, en la estatal- tienen que ver con sus intentos de dar la vuelta a los resultados de la elección de 2020, la que perdió frente a Biden. Otra más, en Florida, está relacionada con la retención de documentos clasificados que se llevó a su residencia en aquel estado después de haber dejado la Casa Blanca en enero de 2021. La cuarta es esta de Nueva York y quizá es la única que acabe en juicio, ante los retrasos y obstáculos que el equipo legal de Trump ha conseguido imprimir al resto, con el objetivo de que no se celebren hasta pasadas las elecciones y, con una victoria en las urnas, evitar buena parte de las responsabilidades desde el puesto de presidente. Pero la de Nueva York es también la de menor entidad jurídica y la que tenía un armazón legal más cuestionable. A Trump se le ha declarado culpable de falsificar los documentos financieros -cheques, recibos, apuntes contables- relacionados con el pago de 130.0000 dólares a Stormy Daniels , una actriz porno que alegaba haber tenido una relación extramatrimonial con él en 2006, una década antes de aquellas elecciones. Esa falsificación -un delito menor- se convierte en delito porque, en la acusación de la fiscalía, se cometió en relación con otro delito: promocionar a un candidato «de manera ilegal». En el relato de la fiscalía, esos pagos a Daniels estaban dentro de una conspiración para ocultar información relevante a los votantes contra el candidato, y en ellas se cometieron delitos como la violación de la ley de financiación electoral.La pena que deberá cumplirAhora está por ver qué pena deberá cumplir Trump. Corresponderá al juez Merchan decidirlo, en una sesión que se celebrará dentro de algunas semanas y en la que tendrá un abanico que podría incluir penas cortas de prisión o, dada su edad y la ausencia de antecedentes penales, libertad condicional. Incluso aunque Trump no vaya a la cárcel, la declaración de culpabilidad será combustible para la acusación de Trump de que sufre una persecución política, en la que ha basado buena parte de su regreso a la arena electoral. El expresidente se disparó en las encuestas el año pasado tras recibir aquella cascada de imputaciones, lo que le permitió arrasar en las primarias republicanas. Con la nominación en la mano, el juicio no le ha supuesto un quebranto en sus opciones electorales. En este momento se impone por la mínima a Biden en el acumulado de encuestas de ‘Real Clear Politics’ (47,5% frente a 46,4% ) y, lo que es más importante, ha conseguido una distancia considerable en la media docena de estados clave en los que se deciden las elecciones.Está por ver si la condición de convicto supone un impacto en lo que queda de campaña. Esto podría ser un factor decisivo para los segmentos moderados del partido republicano, que Trump necesita para recuperar la Casa Blanca. Pero, al mismo tiempo, podría movilizar todavía más a sus bases y mejorar sus opciones en electorados desfavorecidos, como la minoría negra e hispana, que cada vez le ven con mejores ojos.

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