Sánchez intenta que España construya el AVE de Vietnam

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Sánchez intenta que España construya el AVE de Vietnam

Luces, viandantes y motocicletas mantienen las calles de Ho Chi Minh en ebullición. De noche como de día la antigua Saigón, núcleo económico de Vietnam, rezuma vida; y vida, claro, es dinero. El reclamo de un país de cien millones de habitantes que, sin soltar la hoz y el martillo, ha crecido a un ritmo medio anual de casi el 7% a lo largo del último cuarto de siglo salta a la vista. También a la de Pedro Sánchez, cuya visita oficial concluida este jueves, la primera de un presidente del Gobierno, pretende impulsar el desembarco del sector privado español.A tal fin Sánchez ha inaugurado esta mañana el foro empresarial Vietnam-España , acompañado por la plana mayor de firmas patrias: desde Técnicas Reunidas hasta Indra, pasando por Antolín, Acciona o Meliá, entre otras, hasta componer una selecta veintena. «España y Vietnam están a casi 11.000 kilómetros de distancia. Hay, por tanto, quien pudiera pensar que entre dos países tan alejados no abundan los vínculos. Sin embargo, no es así. Los hay, y cada vez más», ha saludado. Acto seguido, el presidente ha recordado que el primer acuerdo comercial entre Vietnam y la Unión Europea se fraguó hace treinta años bajo la presidencia española del Consejo de la UE. «En 2013 España asumió nuevamente esa responsabilidad y lo hizo con la misma vocación que entonces, la defensa del multilateralismo y de la apertura del comercio internacional como bases para una prosperidad compartida», una proclama recurrente de este viaje, dada la crisis comercial desatada por los aranceles universales de Donald Trump .Noticia Relacionada estandar Si Sánchez celebra la pausa: «Nos parece una puerta a la negociación» Jaime Santirso | enviado especial a ho chi minh (vietnam) Sánchez defiende nuevamente la postura de España de «puertas abiertas» en materia comercial frente a la política arancelaria de Estados Unidos«Por tanto, lo que quiero decir con esto es que desde España siempre hemos defendido la misma posición. Un mundo de puertas abiertas, en el que el comercio une a nuestros pueblos y los hace más prósperos. Compartimos con Vietnam ese objetivo que reivindicamos en este primer encuentro empresarial entre nuestros países», ha continuado.Un encuentro y una visita presidencial que, por ser los primeros, evidencian que había un agujero institucional por cubrir ante unos vínculos económicos crecientes. «En solo cuatro años, los flujos comerciales entre nuestras naciones se han duplicado de los 2.900 millones de euros del año 2020, el año de la pandemia, hasta los casi 5.800 millones de euros del año 2024», ha celebrado Sánchez.Resta, no obstante, mucho potencial por explotar. La viceministra de Industria y Comercio, Ba Phan Thi Thang, ha destacado que España fue el primer país europeo en firmar una asociación estratégica con Vietnam allá por 2009 y también le primero en ratificar el acuerdo de inversiones con la UE, pero sus intercambios apenas representan el 0,7% del comercio exterior de España y el 0,6% de Vietnam.Promesas y realidad«Las cifras económicas constatan que la factura comercial está siendo beneficiosa para ambas partes», apuntaba Sánchez. «Pero es evidente que podemos y debemos profundizar y reequilibrar esas relaciones, permitiendo, por ejemplo, un mayor acceso a los productos agroalimentarios españoles en Vietnam».El propósito fundamental de este viaje, empero, no atañe a esta industria sino a la ferroviaria. En concreto a la línea de alta velocidad que para 2035 unirá a Ho Chi Minh con Hanói, un mastodóntico proyecto de 1.500 kilómetros y 66.000 millones de dólares (unos 59.000 millones de euros) que España aspira a ejecutar.«España puede ofrecer un sistema fiable y abierto que garantiza la transferencia de tecnología», aseguraba a este diario Pedro Marco de la Peña, presidente de Adif, presente en el foro empresarial junto a representantes de Renfe y Talgo. Hay, por tanto, optimismo, aunque también cautela dada la competencia: China, Japón, Corea del Sur y Francia compiten por llevarse la licitación . La presencia de Sánchez escenifica una favorecedora voluntad política hasta el punto de que, cuchicheaba la comitiva, podría haber provocado el viaje sobrevenido del ministro de Transportes francés, aterrizado hoy en Hanói.España aspira a un proyecto de 1.500 kilómetros y 66.000 millones de dólaresEl presidente del Gobierno ha destacado también las posibilidades de cooperación con Vietnam en materia de energías renovables. Este sector permanece bajo control estatal, solo parcialmente liberalizado, y actores sobre el terreno relatan «desencuentros» con las autoridades a la hora de respetar las relaciones contractuales, una insegura realidad alejada del lisonjero lenguaje diplomático que, a su entender, compromete la inversión extranjera en una industria fundamental para un país que crece a toda velocidad. A modo de demostración, el corte de luz que sufrió anoche el distinguido hotel donde se alojaba la delegación española.«Les pediría a las autoridades vietnamitas que no lo duden, que pueden contar con las empresas españolas, con sus tecnologías punteras y con su experiencia internacional», se despedía Sánchez. «Hoy, como hace treinta años, Vietnam sabe que en España tiene un país amigo que va a seguir, como entonces, abriendo las puertas de Europa».

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