Donald Trump compareció este viernes en un lugar simbólico de su carrera política -el vestíbulo de la Torre Trump, en la Quinta Avenida de Nueva York- para protestar con fiereza la declaración de culpabilidad que recibió en la víspera algunas manzanas más abajo, en los juzgados de lo penal del sur de Manhattan. «Si me han hecho esto a mí, se lo pueden hacer a cualquiera», dijo sobre el veredicto unánime del jurado que le consideraba culpable de 34 delitos de falsificación de documentos financieros relacionados con el pago para silenciar a una actriz porno que alegaba una relación extramatrimonial con él y evitar un impacto en sus opciones electorales en las presidenciales de 2016.«Son gente mala . Yo creo que están enfermos», dijo en referencia a la fiscalía, liderada por Alvin Bragg, el fiscal de distrito de Manhattan, que han impulsado esta causa, una de las cuatro que enfrenta el expresidente. Quizá será la única en ventilarse en juicio antes de las elecciones del próximo noviembre.Trump repitió la letanía de agravios que dice haber sufrido en este caso: el juez que ha supervisado la causa, Juan Merchan, es «corrupto» y tiene «conflictos de interés», el juicio fue «muy injusto y amañado», el fiscal Bragg «es un fracasado» que no se ocupa del crimen en la ciudad… Hasta llegó a calificar a Merchan de ser el «diablo» y defendió que su culpabilidad, después de semanas de presentación de testimonio y de la deliberación de un jurado de ciudadanos, es una prueba de que «vivimos en un estado fascista».Noticia Relacionada estandar No Trump, declarado culpable de falsificar documentos para ocultar su ‘affaire’ con una actriz porno Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York El expresidente de EE.UU. alteró los registros para tapar el pago con la que compró el silencio de Stormy Daniels, según el veredicto. El magnate tiene otras tres causas pendientesEl expresidente de EE.UU., el primero en ser declarado culpable de delitos, eligió para su discurso de protesta el mismo escenario de su desembarco en política: en junio de 2015, hace casi nueve años, descendió con teatralidad las escaleras mecánicas doradas de su torre neoyorquina en compañía de su mujer, Melania Trump, y anunció su candidatura a la presidencia de EE.UU. En aquella ocasión, sacudió el clima electoral asegurando que los inmigrantes mexicanos eran «violadores» y «criminales». Desde entonces, ha mantenido y exacerbado sus mensajes populistas. Ahora, con su declaración de culpabilidad caliente, sin la compañía de su esposa, desaparecida en campaña, mezcló sus quejas por el trato judicial con su discurso central de campaña con alusiones similares.«Parece que están formando un ejército en nuestro propio país», dijo sobre los inmigrantes indocumentados. «Hay niños en los colegios que hablan idiomas de los que casi nadie ha oído hablar», refirió en otro momento. «No es español, francés o ruso, son idiomas desconocidos. Está viniendo gente de todas las partes del mundo y muchos de ellos no son gente buena. Hay muchos terroristas».Sin preguntasTrump no admitió preguntas de los periodistas y se limitó a dar su versión de lo ocurrido en el juicio, con abundantes exageraciones y falsedades. Dijo que los testigos -muchos de ellos habían pertenecido a su círculo más cercano- habían sido «crucificados» en los interrogatorios de la fiscalía. Defendió que el juez «dio todo a la acusación y a nosotros, nada». Sostuvo que no hubo falsificación documental porque los cheques, recibos y apuntes contables en el centro de la trama era por «servicios legales» (en el juicio se presentaron pruebas abundantes de que eran para pagar por el silencio de Stormy Daniels, la actriz porno). Negó que hubiera mantenido un encuentro sexual con Daniels, algo que el jurado, ante las evidencias presentadas -testimonio de la actriz porno, llamadas a su guardaespaldas, encuentros posteriores, pago por su silencio-, debió considerar creíble. Lamentó que el juez -de quien depende imponer la sentencia- podría mandarle a la cárcel con u na pena de 187 años de prisión , pero la realidad es que, como máximo, enfrentará una pena de cuatro años y lo más probable es que no acabe entre rejas.Trump dijo que quería haber testificado en el juicio, como aseguró antes del juicio que iba a hacer. No lo hizo, como es lógico, y su comparecencia -improvisada, sin leer- dejó claro que haber subido al estrado le habría supuesto entrar en abundantes contradicciones y, con probabilidad, perjurio.Al final, conectó sus cuitas judiciales con sus aspiraciones políticas, como hace desde que se presentó a esta elección. «Todo esto viene de la Casa Blanca. Joe Biden es el peor presidente de nuestra historia, el más incompetente, el más estúpido», dijo sobre su rival electoral. Animó a sus seguidores a que mandaran contribuciones a su campaña y dejó un mensaje final: «El 5 de noviembre -la fecha de la elección- es el día más importante de la historia de nuestro país».

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