Mathieu van der Poel circulaba en solitario en busca del triunfo en la legendaria clásica París-Roubaix cuando, de pronto, un espectador situado en el margen derecho de la carretera le lanzó un bidón de agua que estuvo a punto de impactarle en la cara.En pleno esfuerzo, el ciclista holandés aún tuvo reflejos para intentar esquivar el botellazo y seguir pedaleando a buena velocidad. Pero no lo consiguió. «El bidón estaba lleno, pesaba medio kilo. Yo iba a 40 km/h, fue como si me hubiera dado una piedra en la cara. Me dolió mucho. Espero que podamos identificar al espectador y emprender acciones legales», declaró tras entrar triunfante en la meta.En la misma línea de enfado mostrada por el directamente afectado, la acción del impresentable aficionado provocó numerosas reacciones en las redes sociales. La petición generalizada señala que se identifique al energúmeno, se le castigue en consonancia con su acción y, sobre todo, que no vuelva a acudir a presenciar en directo ninguna prueba ciclista.

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