«De 146 artículos y 22 disposiciones adicionales, solo hay objeciones a un artículo y medio de la ley». El número ‘dos’ del Ministerio de Sanidad, Javier Padilla, convocó a la prensa para defender la nueva ley del Medicamento . Lo hacía casi una semana después de que el Consejo de Ministros aprobara un anteproyecto que provocó, en bloque, el rechazo del sector farmacéutico. O, al menos, sobre un punto de la futura ley: la reforma del sistema por el que se fijan los precios de los fármacos, una vez que han abandonado la protección de la patente. La nueva ley cambia el actual sistema de precios de referencia por un modelo de precios seleccionado que la industria rechazó desde el primer día. El mismo día de su aprobación, el sector lanzó un comunicado en el que avisaba que se ponía «en riesgo el abastecimiento de medicamentos y el tejido industrial farmacéutico en España». Lo firmaban seis patronales: Farmaindustria, Aeseg, Aelmhi, Afaquim, Anefp y Biosim. Estas asociaciones representan tanto a los medicamentos innovadores como a los que producen sus copias, la industria de los genéricos y biosimilares que la ley del Medicamento quiere potenciar. Padilla cree que estas críticas «forman parte de la negociación» y también calificó de «catastrofistas» algunas de las afirmaciones, como la advertencia del cierre de oficinas de farmacias y la destrucción del tejido industrial español. «Esto no es la Ilíada, es un anteproyecto de ley», dijo, y confirmó que ya han empezado los contactos para abrir un «diálogo positivo». Sin citar a ninguna de las patronales, aseguró que ya han encontrado un camino sobre el que avanzar y modificar algún punto en concreto. El actual sistema de precios de referencia da lugar a un modelo más complejo, inspirado en los países nórdicos. Ahora el actual precio de referencia lo marca el medicamento que tiene un coste menor, lo que obliga a bajar o igualar el precio al resto de fármacos de la misma familia para ser competitivos. En el nuevo sistema de precios seleccionados, el Gobierno establecerá cada seis meses un precio para cada agrupación de medicamentos (por ejemplo, todos los paracetamoles de un gramo, ya sean principios activos o de marca). Se calculará a partir del medicamento con el precio más bajo que oferten las compañías. Estas ofertas las enviarán a ciegas los laboratorios sin saber lo que oferta cada uno. De esa selección se establecen tres categorías: el fármaco con el coste más bajo que el sistema nacional financiará al cien por cien, una agrupación de medicamentos seleccionados con una horquilla de precios financiables y una cesta de fármacos no seleccionados que no se financiarán, salvo que el paciente aporte la diferencia.Punto de negociación: ofertas a ciegasLa industria farmacéutica teme que las compañías que se queden fuera de fuera de la horquilla de precios financiados se queden fuera de mercado, lo que genera una mayor incertidumbre. Y este es uno de los puntos en los que Sanidad parece estar dispuesta a negociar: que los que se queden fuera de la horquilla de precios tenga una segunda oportunidad para ofertar precio.Tanto Padilla como el director de la Cartera de Servicios, César Hernández, insistieron en que su modelo da un mayor estabilidad y permite una mayor competencia entre los genéricos para mejorar su penetración en el mercado. «El sistema de precios seleccionados, »sin ser intervencionista«, busca que de manera natural se produzca competencia entre los diferentes productores de los medicamentos y sin buscar necesariamente el precio más bajo», explicó. El Ministerio promete tener en cuenta para su financiación no solo el precio más bajo sino que las ofertas provengan de laboratorios con localización nacional o europea y sean respetuosos con el medio ambiente.El equipo de Sanidad también se sentará a negociar con los grupos parlamentarios para ir generando consensos, antes de que la nueva ley llegue al Congreso de los Diputados. Las enfermeras recetaránLa ley del medicamento dará también cobertura legal a enfermeras y fisioterapeutas para que receten dentro del ámbito de sus competencias. Un aval sobre el que Sanidad no está dispuesta a negociar, pese a la oposición de los médicos. «Nunca ha habido ninguna queja nunca con los podólogos ni con los odontólogos. Tanto Enfermería como Fisioterapia son grados universitarios y tienen formación específica».

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