La ecuación es muy sencilla de digerir: pago tantos impuestos que me voy a Andorra porque allí no me expolian y vivo igual de bien, o mejor, que en España. La respuesta a este planteamiento tan básico es mucho más compleja y difícil de asimilar: la gestión del gasto público de un país con 48 millones de habitantes, la organización del Estado, el sistema de recaudación de tributos… Si a ambas variables les sumas una simple mecha, el cóctel explosivo está servido: ¿cómo es posible que Hacienda se pueda quedar con la mitad de los 50 euros que le han subido el salario mínimo a un trabajador? El del sueldo mínimo es solo una muestra del desapego tributario que se extiende por la sociedad. Porque continuamente aparecen episodios que enojan a los ciudadanos (los casos de corrupción con escenas frívolas, la respuesta a las catástrofes…) que impulsan a la población a asumir esos mensajes antiimpuestos cuando tienen que hacer frente al pago religioso de sus obligaciones, como estos días con la declaración de la Renta. La proliferación de ‘influencers’ con mensajes en las redes sociales atacando el sistema, seguidos por millones de ciudadanos, va extendiéndose como la pólvora en los móviles. Videos cortos con mensajes efectistas: «Tengo unas ganas de que la gente talentosa se vaya de este país…»; «te venden que pagas impuestos para que tu abuela no se muera en la puerta del hospital»; «es mentira que vaya a sanidad con las listas de espera que hay»; «¡cómo no va a haber economía sumergida!». Son algunas de las consideraciones de este grupo de prescriptores que tienen a El Rubius o Wallstwolverine o El Xokas como grandes referentes en sus redes.Y lo hacen con argumentos sencillos que calan en cualquier hogar. «Es el mensaje que deriva en la desafección fiscal», tal y como explica Jorge Onrubia , doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) e investigador asociado de Fedea. Este experto admite que «el límite de la desafección es el escepticismo con el papel que el Estado debe tener en una democracia». Y apunta: estos opinadores «están hurtando una información intencionada porque no se preguntan qué pensarían si tuvieran que pagarse todo eso en privado».El disgusto a la hora de pagar impuestos no es una batalla que hayan creado las redes. En la retina de muchos españoles aún resuenan, por ejemplo, las declaraciones de Lola Flores pidiendo ayuda para pagar sus deudas con Hacienda, hace ya 30 años. El problema es que cuando aparecen escándalos políticos con los que se juega el dinero de todos, el castillo de naipes impositivo se tambalea. «Hace falta mucha más transparencia y rendición de cuentas», indica Onrubia . «Es algo fundamental en las sociedades avanzadas, con una evaluación de las políticas públicas con las que el ciudadano sea consciente de cuánto cuestan los servicios públicos que está utilizando», apunta.Desapego de los jóvenesEsa es la pata coja de los discursos en las redes en contra del sistema impositivo, al no discernir entre la necesidad de adaptarlo al mundo actual con el ataque continuo contra los impuestos. Así, en general. «Habría que analizar qué hay detrás de los impuestos de cada país al que se van, no vaya a ser que pagues muchos menos tributos y después solo tengas una sanidad privada», explica Rubén Gimeno , secretario técnico del REAF (Registro de Economistas Asesores Fiscales). «Preguntémonos qué nos da ese país a cambio de nuestros impuestos», insiste para rebatir las bondades de tributar en algunas áreas potencialmente atractivas para los líderes de las redes.El mayor riesgo social es que este tipo de mensajes se instalen entre sus ciudadanos y sobre todo entre los de menor edad, los más proclives a asumirlos sin analizar la cara ‘B’ de la ausencia de impuestos. Así lo explica Onrubia, de forma diáfana: «El ciudadano no estaba informado adecuadamente de esto, y esos mensajes actúan como una gota que va erosionando una piedra», apunta. «A partir de ahí, solo nos hace falta escuchar cosas que se hacen con el dinero público, y eso nos enfada», continúa. «Esto ya genera de por sí una predisposición a una reacción automática» contra los impuestos. Este experto sostiene que todo este caldo de cultivo se une a «valoraciones poco formadas de ciudadanos sobre la necesidad de contribuir a financiar los servicios públicos… y cuando colocas un mensaje adulterando el razonamiento, esto tiene una llegada y el resultado totalmente indeseable». También Carlos Cruzado , presidente del sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), admite que «quizá no se está explicando lo suficiente» lo que se hace con el gasto público. «Y sobre todo no se habla del otro lado de la moneda, para aclarar dónde van a parar nuestros impuestos». Paraísos exóticosLa alternativa de los ‘intagramers’ pasa por poner ejemplos de países donde apenas se pagan impuestos. Si Andorra puede, ¿por qué no España? En el pequeño principado pirenaico se paga un tipo medio del 10% en renta. En España, el máximo roza el 50%. Es la batalla de las redes sociales: poner encima de la mesa territorios con una fiscalidad escasa e incluso nula de cualquier lugar, Dubái o República Dominicana.El Rubius Aboga por irse a Andorra: «Puedes poner un 50% en impuestos, decir que eso va a hospital y no es así» Wall Street Wolverine Crítico con los impuestos: «Te venden que pagas mucho porque si no, tu abuela se muere en el hospital» El Xokas Crítico con los impuestos: «¿Cómo no va a haber economía sumergida, cómo no se va a pagar en b?»Los cantos de sirena son hasta comprensibles entre muchos ‘youtubers’. Aparece uno famoso explicando que ha trasladado su residencia fiscal a otro país, como Andorra, donde apenas paga impuestos. Alardea de su movimiento tributario. Y anima al resto a hacerlo. Algunos de sus compañeros siguen sus pasos. Para Gimeno, «cada uno puede establecer su residencia donde quiera aunque solo alardean por un motivo, que es pagar menos impuestos». Este experto tributario admite que cuando escucha esos mensajes ve una «frase atractiva porque parece que estamos pagando de más aquí y voy a pagar mucho de menos allí». Pero explica que si se compara la presión fiscal española con la de otros socios europeos «estamos alineados». «Otra cosa es con los países que tienen una tributación muy baja, que antes eran considerados antiguos paraísos fiscales que atraen a la gente para pagar menos impuestos, pero no es lo normal entre los vecinos de la Unión Europea», apunta Gimeno. De hecho, ninguno de estos mensajes inciden en las ‘bondades’ que pueda haber en territorios como Alemania, Francia o Portugal. «No se van a otro país europeo, sino a Andorra, que aunque legalmente ya no es paraíso fiscal, en la práctica lo sigue siendo y debería calificarse como tal porque la ley de prevensión del fraude incluyó una circunstancia que es que tengan tipos efectivos considerablemente inferiores a los españoles», explica Carlos Cruzado. El fiscalista también deja sobre la mesa otra variable en la que se han visto envueltos algunos de estos prescriptores a la hora de trasladarse a estos territorios tan atractivo: lo que denomina como la «deslocalización ficticia». Es decir, que se trasladan allí para pagar menos impuestos cuando, en realidad, su residencia habitual sigue siendo la española. De hecho, varios tribunales han sentenciado que algunos ‘influencers’ no pueden tributar a través de una sociedad pantalla el dinero que ganan haciendo publicidad. Un cambio en el modeloEl panorama que dejan las redes sociales tiene una solución de la que se lleva hablando desde hace tiempo, pero que no se ha atajado hasta ahora: una reforma tributaria que actualice los impuestos a 2025. «Porque los que tenemos están pensados para los años 70, que fue cuando se empezaron a aplicar», recuerda Cruzado. El cambio en la estructura del Impuesto de la Renta es uno de los más relevantes. Casos como el del salario mínimo, con saltos increíbles por ganar apenas 300 euros más al año, mellan la estructura del sistema impositivo español. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tiene en sus manos el libro blanco de la reforma fiscal desde 2022, pero aún no ha impulsado ese cambio tributario en estos años. «Muchas veces tienes que decirle a la empresa que no te suba el sueldo porque vas a pagar más que si no te lo suben», indica Rubén Gimeno. Pedro Buerbaum Quiere irse a República Dominicana: «Tengo ganas de que la gente talentosa se vaya de este país… y a ver quién paga» Álex Huertas Con despacho legal en Dubái: «Aquí se gana el doble que en españa porque no se pagan impuestos» Bernat Ripoll Defiende el modelo Dubái: «No solo te vas a Dubái por los impuestos, sino para intentar crear»Precisamente desde el REAF llevan años pidiendo un cambio que implique, por ejemplo, mayor armonización fiscal. «España tiene 17 comunidades que pueden legislar en los tributos cedidos y hace que se produzcan desigualdades entre los españoles», indica Gimeno. «Lo que no es normal es que las donaciones o sucesiones no se paguen en muchas regiones y en otras sí», apunta. Otra gota más que hace rebosar el vaso de la paciencia ciudadana con los impuestos y les inspira a asumir los mensajes de las redes.
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