Una visita de una familia a un ser querido al cementerio de Trapani dio la voz de alarma: en la tumba donde debía estar enterrado encontraron el nombre de un desconocido . Y el cuerpo de su familiar dentro de una bolsa al otro lado del camposanto de esta localidad costera del oeste de Sicilia . El caso, ocurrido en 2024, fue destapado por la prensa local. Pero las investigaciones de la Policía nacional italiana se remontan a un año antes, cuando un gerente municipal de Trapani denunció las obstrucciones a la empresa oficial encargada de las labores del cementerio por parte del anterior dueño de la funeraria del cementerio, Mario P., que actualmente se ocupaba en la perrera municipal. Tras las pesquisas, la Policía anunció el pasado lunes la detención del empresario y de Emanuele R., su operario de confianza y colaborador en sus desmanes. Además, se ha emitido una orden de búsqueda contra un médico forense, Paolo M., acusado de emitir falsos informes de descomposición para vaciar las tumbas y revenderlas. Otras 18 personas están siendo investigadas, la mayoría por haber recurrido a sus servicios de sepultura exprés a cambio de una comisión. A tres empresas de pompas fúnebres involucradas se les ha prohibido ejercer labores de sepultura.«El café para el enterrador»: el soborno para los entierros exprésEl acusado boicoteaba la labor de la empresa encargada oficialmente de los servicios funerarios y favorecía la de las tres empresas. Además, realizaba «procesos de exhumación exprés» para rever las tumbas y «proponía entierros rápidos a cambio de una comisión», según señaló la Policía, que consistía en lo que llamaba «el café para el sepulturero». Según la prensa local, los precios para acelerar los entierros iban de los 50 a los 300 euros, dependiendo de las posibilidades económicas de los interesados; aunque llegó a pedir a una mujer 2.600 euros para ‘el café’ del enterrador de su madre. Ofrecía también ‘favores’ como trasladar al padre de un amigo a un mejor emplazamiento en el cementerio a cambio de 600 euros. Se calcula que Mario P. habría reunido unos 8.000 euros en menos de un año, pero los investigadores creen que sus operaciones de corrupción se remontan mucho más tiempo . Además, se le acusa de recurrir a su operario de confianza para realizar trabajos en las capillas funerarias privadas, ofreciendo a sus clientes un descuento, lo que se ahorraba por elusión de los impuestos municipales. Imagen distribuida por la Policía del momento en el que retiraban las flores de las tumbas para revenderlas ABCOtra de las líneas que la Policía investiga es el robo a los cuerpos enterrados sus objetos de oro. También se baraja la posibilidad de que Mario P. daba el ‘soplo’ a las floristerías cuando los familiares depositaban flores frescas para que las recogieran y pudieran revenderlas a nuevos clientes. Mafia y cementerios, más que una relación idílicaLos cementerios y empresas de pompas fúnebres son a veces controlados por la mafia o por funcionarios locales corruptos en las regiones italianas donde esas organizaciones criminales están bien implantadas.Dos semanas antes, el guardián del cementerio de Tropea, en Calabria (sur) fue condenado a cinco años de cárcel y su hijo a tres años y seis meses, por convertir el lugar en un «cementerio de los horrores», según la prensa local.Ambos retiraban los cuerpos aun en descomposición para facilitar nuevos entierros , y la policía los filmó cuando desmembraban con sierras y cuchillos los cadáveres antes de incinerarlos.

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