Ha costado años de intenso trabajo y un mes final de infarto, pero parece que la nave espacial de Boeing bautizada como Starliner finalmente se probará con tripulación este sábado. Está previsto que el vehículo espacial, un encargo de la NASA a la compañía aeroespacial firmado en 2014, despegue de Cabo Cañaveral a las 12.25 PM hora local (18.25 hora española). «El objetivo siempre ha sido traer sanos y salvos a los astronautas y, en base a ello, hemos ido dando los pasos correctos», explicó en rueda de prensa previa al lanzamiento Jim Free, administrador asociado de la NASA. «Hay que recordar que esto sigue siendo un vuelo de prueba y esperamos seguir aprendiendo para llevar a nuestra gente primero a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), luego a la Luna y a Marte después». Una vez solventados los problemas técnicos -los últimos, una fuga en el cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA) que elevará la nave y motivo por el cual se canceló el primer intento el pasado 6 de mayo; otro escape de helio en la propia Starliner que se detectó después, mientras se arreglaba el primero; y un problema con el sistema que provee el agua a la tripulación-, los responsables del lanzamiento miran al cielo. Las predicciones no son malas: los expertos puntúan en un 90% las probabilidades positivas de despegue, aunque preocupan los vientos bajos y un cúmulo de nubes que a esas horas estará sobre el cielo de Florida. Aún así, hay tres fechas más en las que se podría lanzar: el domingo 2, el miércoles 5 y el jueves 6 de junio. «Estamos muy orgullosos del tremendo trabajo que ha realizado el equipo, sobre todo en las últimas horas, para llegar a esta fecha de lanzamiento», indicó por su parte Dana Weigel, directora del Programa de la ISS de la NASA. «El plan de viaje es sólido y estamos listos para ir al espacio. estamos muy emocionados ante esta histórica misión». El viajeEl objetivo es llegar a la ISS después de poner a prueba a la nave, realizando maniobras que la ‘despisten’ para observar su capacidad de reacción y probar su capacidad para volarla manualmente, acción que realizarán los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams, ambos ex pilotos de pruebas de la Marina de los EE. UU. Además, realizarán comprobaciones de aviónica y de los propulsores. Si todo va según lo planeado, el lunes la nave llegará a la ISS. Starliner está diseñada para acoplarse de forma autónoma, pero Williams y Wilmore también están capacitados para hacerse cargo manualmente si fuera necesario. Además, también probarán el cierre y apertura de escotillas. El segundo día, y tras haber descargado los datos a la ISS, la nave entrará en modo ‘inactivo’, lo que significa que se apagarán los ordenadores auxiliares mientras que los equipos esenciales como luces, pantallas y ventilación funcionarán según sea necesario. El día 3 se llevará a cabo una práctica de ‘refugio seguro’: la tripulación de Starliner realizará un simulacro de viaje de emergencia, incluyendo un encendido de motores. Esta prueba es necesaria de cara a situaciones de emergencia en la ISS (como, por ejemplo, por riesgo de colisión con un meteorito o un incendio). Dado que las tripulaciones operativas tendrían cuatro astronautas y no dos, Wilmore y Williams pedirán ‘prestados’ a dos miembros de la tripulación de la ISS para que se unan a ellos.El día 4 de atraque, la tripulación encenderá completamente la Starliner y se asegurará de que el equipo esté funcionando. A partir de ahí, el plan de la misión puede cambiar dependiendo de cuánto tiempo permanezca la nave atracada en la estación. La vuelta a casaSi bien la tripulación podría volver tan pronto como el día 8 desde el atraque, días adicionales en la misión les permitirían retomar las tareas de la ISS para ayudar a la tripulación principal y tomarse un tiempo adicional para descansar antes de la siguiente ‘prueba de fuego’: el aterrizaje. El desacoplamiento se programará para 6,5 horas antes de tocar Tierra.A diferencia de una misión normal, la tripulación tomará brevemente el control manual durante el vuelo de crucero de regreso a casa para continuar con las pruebas. Los astronautas evaluarán cómo se desempeña la nave en operaciones manuales y cómo se compara con los simuladores en los que practicaron procedimientos antes del lanzamiento.Después de un par de órbitas alrededor de la Tierra, la tripulación finalmente ejecutará una salida de órbita sobre el Océano Pacífico. La zona de aterrizaje principal de Starliner es White Sands Missile Range en Nuevo México, con dos áreas de respaldo disponibles: Willcox Playa al este de Tucson, Arizona y Dugway Proving Ground al oeste de Salt Lake City.RetrasosBoeing firmó con la NASA en 2014 un acuerdo por un valor de 4.200 millones de dólares (algo más de 3.900 millones de euros) para construir la Starliner, el doble de lo que le otorgó a SpaceX, segunda adjudicataria del contrato (la agencia espacial estadounidense invirtió 2.600 millones de dólares, unos 2.400 millones de euros en la empresa de Elon Musk). Sin embargo, las Crew Dragon vuelan a la ISS de forma regular desde 2020, e incluso ya han llevado a las primeras tripulaciones comerciales. Boeing, por lo tanto, va con retraso, por lo que se juega mucho en esta prueba. Pero si, finalmente, todo sale según lo planeado, la primera misión operativa de Starliner, conocida como Starliner-1, despegará a principios de 2025 como pronto, por lo que habrá que esperar un tiempo antes de volver a ver a la nave de Boeing en acción. La tripulación de esa misión pionera serán Scott Tingle y Mike Fincke, ambos astronautas de la NASA, junto con Joshua Kutryk, de la Agencia Espacial Canadiense.MÁS INFORMACIÓN noticia No Apex, el estegosaurio más grande, se subastará por casi 6 millones de euros en Nueva York noticia No James Webb encuentra la galaxia más lejana a sólo 290 millones de años luz del Big BangActualmente se espera que la ISS esté operativa hasta 2030 -si bien Rusia de momento solo se ha comprometido a realizar misiones hasta 2028-. En cuanto a las misiones fuera de la estación espacial, los responsables de Boeing ya han señalado que su objetivo es centrarse en sus obligaciones con la NASA antes de considerar las misiones privadas de Starliner.

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