Sobrevolar la playa de Barcelona, admirar la silueta del monasterio de Montserrat o descubrir la Costa del Sol desde las alturas son experiencias que algunas empresas turísticas en España ya ofrecen desde hace años. A medio camino entre el lujo, la aventura y el turismo experiencial, los vuelos turísticos en helicóptero han crecido como opción exclusiva para quienes buscan ver España desde otra perspectiva. Incluso después del trágico accidente que el pasado 10 de abril acabó con la vida de una familia española que estaba de vacaciones en Nueva York . «El pasado sábado no paramos de volar en todo el día. A la gente no le da miedo, o quizás es el morbo, pero nosotros hemos seguido funcionando incluso mejor de lo que es habitual en estas fechas», apuntan desde World Aviation Group, una de las ocho agencias con licencia para operar en España. Mencionan a su vez que los viajeros hacen alusión al accidente , preguntan de broma «si será posible que les pase lo mismo a ellos», pero siguen montándose con una sonrisa y aterrizando igual de contentos tras el viaje. El negocio se mantiene, ahora que es temporada alta, «igual o mejor» que antes de la noticia que sacudió a medio mundo.Noticia Relacionada estandar Si Pájaros, drones, un fallo en el helicóptero o falta de combustible: no se descarta ninguna causa Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva YorkRegulación estrictaEsta ausencia de miedo, que transmiten tanto turistas como las propias agencias, se debe fundamentalmente a la regulación existente en nuestro país, mucho más estricta de la que hay en Nueva York, motivo también por lo que, tras el accidente, muchas voces dijeron que la situación de los vuelos en mitad de la Gran Manzana debería cambiar. «Estamos presionando a nivel federal desde hace una década, sin respuesta. No es el primer accidente y la realidad es que el espacio aéreo está demasiado frecuentado sobre un área densamente poblada para permitir semejante tráfico», explicó a través de su cuenta de X Steven Fulop, alcalde de la ciudad de Jersey, una localidad a orillas del río Hudson, donde se estrelló la aeronave. «Estos helicópteros turísticos no deberían estar permitidos», remató Fulop.En España, según explican desde la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA), la normativa que regula los vuelos turísticos en helicóptero se basa principalmente en el reglamento europeo y a la adaptación del mismo que hace el Ministerio de Defensa, que habilita o prohíbe zonas de vuelo a su juicio. En concreto, aquí no se permite sobrevolar núcleos de más de 50.000 habitantes con helicópteros de un solo motor, lo que deja fuera a buena parte del espacio aéreo urbano de nuestras ciudades. A su vez, tampoco pueden despegar desde los aeropuertos principales de las ciudades, como sería el caso de Barajas en Madrid, sino de aeródromos más pequeños, como el de Cuatro Vientos en la capital o el de Manresa en Barcelona. A nivel nacional también se necesita un Certificado de Operador Aéreo que exige la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, además de una licencia de explotación y, en algunos casos, permisos especiales de vuelo si se va a operar en zonas restringidas o por debajo de la altura mínima, como puede ser en rodajes de series o películas.Aunque en ciudades como Nueva York, Dubái o Río de Janeiro llevan años explotando los paseos en helicóptero como reclamo turístico, en España esta oferta está más contenida. Barcelona, Madrid, Toledo, Málaga, Ibiza y Tenerife son los únicos destinos donde es posible contratar este tipo de vuelos. En la ciudad condal, las empresas más consolidadas -como Skytourbcn o Cat Helicopters- realizan miles de vuelos al año, muchos de ellos contratados por turistas extranjeros. Adinerados y famososEl perfil del cliente, apuntan, es en su mayoría hombres a partir de los 40 años y parejas con un poder adquisitivo muy alto. «A veces nos contratan familias, por un cumpleaños o porque es la primera vez que vienen a España, pero no es lo normal», explican desde Skytourbcn. «Luego está el cliente de lujo español: futbolistas famosos y gente del mundo del IBEX», comenta a ABC la empresa Match Helicopters, que suelen ser los que solicitan «viajes a la carta» o tours panorámicos por el Escorial. Estos últimos, de 50 minutos de duración, suelen rondar más de 2.000 euros, pero un viaje estándar, de entre 10 y 40 minutos, los precios oscilan entre los 150 a los 500 euros por persona. «No es un capricho barato, pero aquí el coste es mucho menor que en Nueva York o Dubái. Al final estás pagando por seguridad, exclusividad y por tener todo muy regulado», defienden desde el sector.Las agencias consultadas por ABC aseguran que, de media, se factura en un año de 500.000 a 2 millones de euros, dependiendo de la ubicación, la duración de los recorridos y el número de los pasajeros. Una cifra que, sin ser mala, no se iguala a lo que genera únicamente la ciudad de Nueva York en un año (50 millones de dólares) lo que les obliga a buscar «otras vías» para que el negocio siga a flote. «Sabemos que hay empresarios que no tocan el suelo nunca, que se mueve por ciudades como París o São Paulo en helicópteros como si fueran ‘aerotaxis’. Estamos comenzando a ofertar los mismos viajes para no quedarnos atrás», explica Ville Laaksonen, director comercial de World Aviation Group. Pero el sector también oferta rutas gastronómicas, eventos deportivos, enoturismo o salidas a fincas de caza. «No solo ofrecemos paseos por las costas andaluzas, también organizamos excursiones gastronómicas a pueblos de Huelva para degustar jamón de Jabugo o visitas culturales a las bodegas de Jerez», añade Laaksonen, quien defiende que «España tiene el clima, la geografía y la atracción turística suficiente para que este tipo de experiencias puedan crecer, pero la legislación, la escasez de helipuertos urbanos y el coste de entrada al negocio limitan su expansión».

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