La creación de 2Cat, el nuevo canal de RTVE en Cataluña desde los estudios de Sant Cugat, no debe preocupar a TV3 como alternativa informativa. En los últimos cuarenta años, el circuito de la televisión pública estatal no ha mirado Cataluña de forma diferente del nacionalismo. Lo confirma su presidente, José Pablo López: el nuevo canal auspiciado por el gobierno socialista con el aliento de Puigdemont en la cocota nace para apoyar la «realidad plurilingüe de España». Miquel Calçada, el hombre de Junts en el consejo de RTVE, subraya que 2Cat iniciará sus emisiones la Diada del Onze de Setembre para sumar: «No debe verse como una confrontación con ningún otro operador». Lo dice Mikimoto, comisario del Tricentenario de 1714, aquel que al referirse a la prensa no catalana en su programa ‘Persones humanes’ de TV3 la etiquetaba de «prensa extranjera». Lo mismo augura Oriol Nolis, director del nuevo canal: «Venimos a jugar, a aportar, a sumar, a ofrecer una programación y una parrilla complementaria de lo que ya hay». Si nos atenemos a lo visto hasta ahora, el circuito catalán de RTVE ha practicado un seguidismo de la línea de TV3. Una determinada forma de ver la sociedad catalana que no traspasa las líneas rojas de los principios nacionalistas. Más que explorar otras expresiones de catalanidad ha competido en catalanismo. Aunque el presidente de RTVE aduzca que el nuevo canal conecta con la idea de Pilar Miró en 1987 recordemos que la cineasta propuso, sin éxito, fusionar el circuito catalán de RTVE con TV3… La conjunción de ambas cadenas solo se produjo de forma temporal en el Canal Olímpico de los Juegos del 92. Lo que ahora tenemos es una doble oferta, doble gasto y pocos matices diferenciales.De seguir por esta senda, y todo parece indicarlo, se habrá perdido otra oportunidad de visualizar la vida catalana en el marco de una España real que no es ese extraño ‘Estado Español’ (denominación de cuño franquista) al que nos tienen acostumbrados. Si el nuevo canal quebrara esa deriva monocorde sería una buena noticia, pero nos tememos que, además de ajustarse a los pactos de Sánchez con Junts, 2Cat tendrá como objetivo apoyar la política sanchista ante el desafío electoral de 2027 (eso, si los comicios no se convocaran antes).Noticia Relacionada estandar Si RTVE reforzará los recursos «humanos» y «técnicos» de Sant Cugat para el catalán Daniel Tercero El presidente del ente da las gracias a los que «han hecho posible»el nuevo canal «a pesar de las manipulaciones»No escucharemos en la televisión pública catalana que lo de octubre de 2017 fue un «golpe de estado» como acaba de confirmar el Consejo de Europa; que los fugados de la Justicia no son «exiliados» ; o que la Catalunya Nord es, en realidad, el departamento francés de Pirineos Orientales: la exactitud toponímica le ha costado el puesto al delegado de la Generalitat en Perpignan.Y ese es, precisamente, el problema. La politización de la lengua catalana por el independentismo ha mermado su uso entre los catalanes que no son nacionalistas. Porque el problema de la lengua catalana en los medios de comunicación viene de antiguo; podríamos decir que se remonta al último tercio del siglo XIX y explica que los periódicos más leídos en Barcelona -La Vanguardia, El Brusi o El Diluvio- estuvieran escritos en castellano. ¿Por qué la lengua catalana era minoritaria en su consumo informativo? Agustí Calvet, Gaziel, lo dejó muy claro hace noventa años en su artículo ‘La prensa en catalán’. Sostenía el director de La Vanguardia que si el periodismo en lengua catalana contaba con pocos lectores se debía a su partidismo . Un gran diario en catalán [y ahora una televisión en catalán] «debería no tener la obligación de incensar sistemáticamente a unos y menospreciar a otros, dividiendo la humanidad en elegidos y réprobos […] debería poder escribir, entre otras cosas, que la burguesía catalana actual prefiere francamente las obras de los hermanos Quintero, de Benavente y hasta las de Muñoz Seca, a las de Ignasi Iglesias y Pous i Pagès, lo cual quizás serviría para averiguar la causa de este extraño fenómeno y corregirlo en lo posible; […] Debería, sobre todo, no estar inspirado por ningún catalanismo, pero sí henchido de catalanidad».Ojalá nos equivoquemos, pero el canal que impulsa el gobierno socialista, con la coerción de los siete escaños de Junts, no hará realidad el desiderátum de Gaziel: un diario (en este caso, una televisión) que pueda combatir en lengua catalana los errores del catalanismo. Justo todo lo contrario de la estrategia seguida, no solo por los medios de comunicación de la Generalitat (CCMA), también por los canales privados en catalán de 8TV y la secuela de Nicola Pedrazzoli.Confiemos en el buen hacer de los profesionales para que 2Cat puede dirigirse, de verdad, a la totalidad de los catalanes. Si provocan el enfado del comisario Calçada será que el nuevo canal de RTVE puede ir más allá de la matriz nacionalista de TV3: una imagen de Cataluña que no se corresponde con la totalidad de los catalanes.

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