Pasos, nazarenos, costaleros, palios y música sacra son la constante que inunda las calles españolas en estos días de Semana Santa. Una realidad que, más allá de la percepción subjetiva, certificaba el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en la última encuesta que hacía sobre la cuestión en 2023: cerca de dos de cada tres españoles (un 61 %) participan de forma habitual (un 23 %) u ocasional (un 38,8 %) en las procesiones de Semana Santa, lo que supone alrededor de 29 millones de personas.Una presencia pública en una de las manifestaciones católicas de más arraigo en España que contrasta con la crisis que la Iglesia arrastra desde hace años tanto en la celebración de los sacramentos como en el menguante número de españoles que se declaran creyentes, un 54,4 % según el barómetro del CIS de marzo. De acuerdo a los últimos datos facilitados por la Conferencia Episcopal, unos 8,2 millones de personas asisten a misa regularmente , menos de la mitad de los niños nacidos son bautizados (152.426 en 2023, un 47,53 %) y solo uno de cada cinco matrimonios se celebra por la Iglesia (el 19,42 % del total en 2023). Mientras la fe languidece en las parroquias, en las calles parece no perder vigor.Noticias relacionadas estandar Si La Iglesia española afronta su mayor crisis con un descenso drástico de los sacramentos José Ramón Navarro-Pareja estandar No Casi 29 millones de españoles asisten a las procesiones de Semana Santa según el CIS José Ramón Navarro-ParejaUna circunstancia a la que la Iglesia católica no es ajena. En las décadas posteriores al Concilio Vaticano II, la religiosidad popular quedó relegada a un segundo plano, mencionada en los planes pastorales de los obispos españoles como una realidad que tenía que vivir una «necesaria purificación» . El propio Papa Pablo VI alertaba en su exhortación apostólica ‘Evangelii Nuntiandi’ en 1975 que «se queda frecuentemente a un nivel de manifestaciones culturales, sin llegar a una verdadera adhesión de fe». Sin embargo, en los últimos años, los obispos españoles han cambiado su parecer y alientan al «cuidado de la piedad popular como único cordón umbilical de relación con la Iglesia, hoy, de muchos hombres y mujeres, jóvenes y adultos».«En muchos que participan de esas expresiones religiosas se da una verdadera «piedad popular» , es decir, es su modo habitual de vivir la fe cristiana. Estos, sensibles a las expresiones religiosas populares y partícipes de la fe cristiana, justamente, serían la punta de lanza del proceso evangelizador que toda expresión de religiosidad popular cristiana debe seguir», explica sobre el fenómeno a ABC Juan Carlos Carvajal Blanco, profesor de Evangelización y Catequesis de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid.El Rocío, con más de un millón de participantes cada año, e incluso otras peregrinaciones menos mediáticas pero casi igual de concurridas, congregan cada año a varios millones de fieles, aunque es la Semana Santa la que moviliza a un mayor número de españoles. Según los datos de la Conferencia Episcopal, en España existen 167 fiestas de Semana Santa declaradas de interés turístico y 5.332 cofradías inscritas en el Registro de Entidades Religiosas , que agrupan a más de un millón de cofrades. A ello habría que sumar, hasta llegar a esos 29 millones que cifra el CIS, todos aquellos que asisten a las procesiones, aunque solo sea como espectadores.Entre lo religioso y el turismoUn fenómeno entre lo religioso y lo turístico, pero que trasciende este último aspecto. «En un mundo globalizado, en que todos parecemos iguales, el hombre busca su identidad, las raíces, lo local», explica a este diario el jesuita y experto en piedad popular, Daniel Cuesta Gómez. Y en momentos como la Semana Santa, «sumamos el concepto de belleza. La gente busca lo bello, que nos lleva a la trascendencia . A la gente que asiste a las procesiones, la belleza le eleva y le emociona», añade Cuesta Gómez. «El Domingo de Ramos vi llorar a una mujer emocionada en el balcón, mientras nos contaba que había sido la mejor experiencia de su vida», explica a ABC Pere García, director del hotel Hesperia Sevilla, que este año ha incorporado a su oferta de alojamiento la posibilidad de asistir a las procesiones desde un balcón situado en la carrera oficial.Un ejemplo de esa hilazón entre turismo y fe, y del nada desdeñable impacto económico de estas celebraciones y fiestas religiosas. Según un estudio que la Conferencia Episcopal encargó a la consultora KPMG en 2016, las 40 celebraciones de interés turístico internacional y 85 fiestas religiosas declaradas de interés turístico nacional generan un impacto económico y empleo estimado de 9.800 millones de euros en el PIB de España (un 0,95%), con un total de 97.000 empleos sostenidos directamente por esta actividad y hasta 134.000 empleos generados, entre directos e inducidos.De hecho, una parte significativa de los que acuden a ver procesiones lo hacen fuera de su ciudad. Buen ejemplo de ello es Sevilla, que se ha convertido en la meca del turismo de Semana Santa, con una ocupación hotelera por encima del 85 % de jueves a sábado . Aunque no le falta polémica, porque hace unos días, el presidente del Consejo de Hermandades, Francisco Vélez, afirmaba en una rueda de prensa que «a la Semana Santa de Sevilla no le hace falta el turismo« y reclamaba que »con los sevillanos es suficiente«.Una opinión que no comparte el director del hotel que ofrece la posibilidad de asistir a las procesiones en un balcón frente a la catedral hispalense. «La experiencia que ofrece Hesperia Sevilla va más allá del turismo. Puede que haya viajeros que lo vivan y sientan como algo meramente turístico, social o cultural, pero para quienes sienten fervor espiritual nuestra propuesta es una oportunidad para sumergirse de una forma más personal, íntima y exclusiva en la Semana Santa de Sevilla», explica Pere García a ABC.«En España, país de profundas raíces cristianas y de carácter especialmente expresivo, las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa vienen acompañadas de procesiones con imágenes, sonidos y olores que ayudan a comprender y vivir la Pasión , Muerte y Resurrección del Señor», señalan los materiales que la Conferencia Episcopal ha puesto a disposición de los fieles para que puedan preparar la Semana Santa. Un ejemplo de valor que, desde el Episcopado, se le otorga a la religiosidad popular. De hecho, algunos de los pasos y tronos más significativos de España llevarán hasta Roma esas «imágenes, sonidos y olores» de la Semana Santa, el próximo sábado 17 de mayo, en el marco del Jubileo de las Cofradías que se va a celebrar en el Vaticano.MÁS INFORMACIÓN noticia Si No existen los ateos noticia No La procesión del Cristo de los Mineros recordará a los cinco fallecidos en Cerredo noticia Si El cartel de la Macarena de Gordillo, a examen por los expertos de arteUna oportunidad para que también la Iglesia universal comprenda la idea que también destaca el documento de la Conferencia Episcopal para estos días: «La importancia y la primacía de los oficios y de la Vigilia pascual es indiscutible porque es en la liturgia donde se actualiza la obra de la Redención, pero las procesiones vividas con auténtica devoción son un buen complemento de la liturgia».

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