Las mujeres que el Vesubio no pudo borrar: historias reales desde Pompeya

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Las mujeres que el Vesubio no pudo borrar: historias reales desde Pompeya

Pompeya abre las puertas al universo femenino de la antigua Roma. La exposición ‘Essere donna nell’antica Pompei’ (Ser mujer en la antigua Pompeya) ofrece una inmersión única en la condición femenina en la ciudad sepultada por la erupción del año 79 . Ha sido inaugurada el 16 de abril y estará abierta hasta el 31 de enero de 2026, en la Palestra Grande de Pompeya, un gran espacio público dedicado al ejercicio y los eventos en la antigua ciudad romana. Se trata de una exposición ambiciosa, rigurosa y conmovedora. A través de ocho secciones temáticas, se despliega un mosaico humano hecho de biografías reales, restos materiales y memorias invisibles que dan cuerpo y voz a las mujeres que habitaron Pompeya: desde las patricias a las libertas , desde las niñas a las parteras, desde las dueñas de negocios a las trabajadoras sexuales. Aparecen así rostros y nombres de mujeres reales, retratadas en estucos o grabadas en inscripciones: Flavia Agatea, Eumachia, Mamia, Asellina, Giulia Felice, Nevoleia Tyche, Amaryllis o Eutychis son algunas de las protagonistas que reciben al visitante con una fuerza íntima que impacta . Sus nombres, rescatados del olvido, marcan el tono de una exposición que no se limita a contar, sino que busca restaurar identidades.Noticia Relacionada abc POdCAST estandar No Un español bajo metros de ceniza y lava: los enigmas del hallazgo de Pompeya y Herculano Israel Viana En este podcast retrocedemos a 1738, cuando un ingeniero de Zaragoza se empeñó en sacar a la luz estas dos ciudades de la Antigua Roma que habían sido sepultadas por la erupción del Vesubio 1.700 años antesLa exposición refleja que Pompeya, con su excepcional estado de conservación, actúa aquí como un observatorio privilegiado. Los tres siglos de excavaciones en esta ciudad romana han permitido identificar entre 600 y 700 nombres femeninos y documentar una pluralidad de experiencias vitales. «Pompeya es un microcosmos que ayuda a comprender el macrocosmos de la sociedad romana», explica la arqueóloga Francesca Ghedini, comisaria de la exposición junto a Monica Salvadori. La muestra es un recorrido por los distintos ciclos de la vida femenina en Pompeya: el nacimiento, la infancia, el matrimonio, la maternidad y la muerte. En este trayecto se revelan tanto las estructuras familiares como los rituales domésticos y religiosos, con objetos como amuletos, peines, ungüentarios, joyas o elementos textiles. Una reconstrucción de un telar vertical, instalada en la Casa de la Venus de la concha, cerca de la Palestra principal, en la Vía de la Abundancia, evoca una de las labores más asociadas a la mujer romana: el hilado y tejido.Desde el prestigio social a la esclavitudLa exposición no se detiene en el hogar. Una sección de gran potencia documental se dedica a la vida pública y laboral . Se estima que en Pompeya trabajaron alrededor de un centenar de mujeres en la prostitución, muchas en condiciones de esclavitud. Otros ejercían oficios como médicas, panaderas, mesoneras, curanderas, comerciantes o artesanas. Como figuras de gran prestigio social aparecen las libertas enriquecidas y las ‘evergetas’ (mujeres que utilizaban su riqueza y poder para realizar actos de beneficencia). Con nombre propio De arriba abajo y de izquierda a derecha, ‘Lena’, fresco de la Casa del Brazalete; Wilhelmina Jashemski en el foro Boario, y Carolina Bonaparte retratada por François Gérard en 1811 Eumachia, por ejemplo, fue una sacerdotisa y empresaria que financió la construcción de un gran edificio en el Foro, testimonio de su poder económico y compromiso cívico. En los sepulcros de Porta Nocera y Porta Herculano, las inscripciones funerarias revelan historias de emancipación, afectos familiares y aspiraciones sociales. La tumba de Nevoleia Tyche , una liberta que se convirtió en matrona respetada, es un ejemplo de conmovedor de ascenso social en una sociedad rígidamente jerárquica. La muestra culmina con una mirada al presente: mujeres que han contribuido a la arqueología pompeyana -como Carolina Bonaparte , Wilhelmina Jashemski, Tatiana Warsher y Olga Elia- son homenajeadas en una sala que conecta la labor investigadora con el relato histórico. Además, fragmentos de cine ambientado en el mundo romano -de ‘Quo Vadis’ a ‘Pompeya’- permiten reflexionar sobre la representación de la mujer en el imaginario popular.La exposición se extiende más allá de las salas. El recorrido temático se articula con espacios del propio parque arqueológico que pueden visitarse como estaciones vivas de la exposición: la Casa de Giulia Felice, el Termopolio de Asellina, la Casa de Marco Terenzio Eudosso o la Casa de los Vettii , donde vivió Eutychis, una esclava cuyos restos cuentan una historia de dolor y silencios. Eutychis aparece mencionado en las inscripciones de la Casa de los Vettii, habitada por dos libertos ricos, una villa célebre por sus impresionantes frescos. Además, la aplicación móvil MyPompeii ofrece podcasts dramatizados sobre estas mujeres, facilitando una experiencia inmersiva y personalizada para los visitantes. A partir de septiembre, el programa Esopop enriquecerá la oferta con lecturas teatralizadas y actuaciones dedicadas a estas figuras femeninas.La exposición ‘Essere donna nell’antica Pompei’ no es solo una muestra de arqueología. Es un ejercicio de memoria activa, un puente entre siglos. Muestra cómo la historia, cuando se interroga con rigor y empatía, puede devolver la voz a quienes la tradición silenciaba. Las mujeres de Pompeya, tan diversas como olvidadas, emergen aquí no como sombras de un pasado remoto, sino como presencias palpables, humanas, próximas. Su huella, por fin, reclama el lugar que les corresponde en el relato colectivo de nuestra civilización. Por eso, las dos comisarias explican: «Ser mujer es una afirmación, pero también una pregunta que encuentra diferentes respuestas según el momento y el contexto, sobre todo en la antigua Pompeya».

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