La ventana que se le abre a Telefónica: fusiones en España a cambio de compras en Europa

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La ventana que se le abre a Telefónica: fusiones en España a cambio de compras en Europa

Desde hace algún tiempo, sobre todo tras la fusión entre Orange y MásMóvil que dio lugar a Masorange , se rumorea con un potencial movimiento corporativo de Telefónic a . De hecho, el actual presidente de la compañía, Marc Murtra , habló sobre el asunto en la última junta de accionistas. Nadie oculta la necesidad de que se produzca alguna operación. Sin embargo, la situación ahora viene marcada por la tensión geopolítica que se vive con Estados Unidos. El problema es que, cualquier tipo de fusión , ya sea nacional o entre países, es muy complicada.Bruselas ha entendido, aunque haya sido a base de perder influencia en el ámbito económico, que la fragmentación en el sector de las telecomunicaciones en Europa es inaudita. Por eso, ha dejado deslizar que sería un buen momento para que los grandes campeones nacionales exploren potenciales operaciones corporativas entre ellos. El objetivo final sería tener compañías más fuertes que, a su vez, no fueran amenazadas por fondos de inversión oportunistas.Noticia Relacionada estandar No Telefónica vende su filial en Perú a la empresa argentina Integra Tec por 900.000 eurosEn el caso concreto de Telefónica , desde el operador azul han recogido el guante. De hecho, su presidente se muestra abierto a esas integraciones europeas. Pero aprovechando la tesitura están dispuestos a elevar la presión en clave interna ante la necesidad que tiene Europa fortalecer un sector clave.Según explican fuentes del mercado a ABC, Telefónica ya tiene monitorizado cómo sería un acercamiento ventajoso a los dos únicos operadores que le aportarían valor: Digi y Vodafone . Sin embargo, las fuentes consultadas advierten de que esta unión sería complejísima a nivel regulatorio, tanto en Bruselas como en España. La cuestión es que ante la necesidad europea Telefónica se atrevería a intentar una operación de este calado con la esperanza de que, al menos en Bruselas, estén más relajados en el control de la fusión. Hay que recordar que la integración de Orange y MásMóvil estuvo más de dos años dando vueltas en los pasillos de la Comisión Europea.La unión con Digi o Vodafone sería similar o peor, tanto por el gigante que se crearía a nivel residencial, con una empresa líder en clientes y facturación; como el oligopolio que se crearía en el mercado mayorista para el alquiler de las redes. Una situación que suele preocupar mucho a los reguladores puesto que es clave para el desarrollo de la competencia.Por tanto, las fuentes consultadas explican que Telefónica recoge el guante europeo porque no se podría hacer nada sin que antes haya una consolidación nacional. Ahora bien, para que se produzca esa situación desde Bruselas tendrían que cambiar muchos de los paradigmas con los que han legislado hasta el momento, sobre todo, en materia de defensa de la competencia.En la época de la comisaria Margrethe Vestager se reguló con una obsesión compulsiva de que siempre hubiera un mínimo de tres operadores con gran fuerza nacional, y un cuarto que tuviera también gran poder comercial. El escenario que se dibuja con una fusión de Telefónica (ya sea con Digi o Vodafone), un Masorange cada vez más grande; y un tercero resultante del no fusionado genera un oligopolio absoluto sin mucha capacidad de que nuevos entrantes puedan competir.Singularidad españolaEn estos momentos, con gran fuerza para captar clientes, tan solo hay cuatro operadores: Masorange, Telefónica, Digi y Vodafone. Cada uno de ellos, es cierto, tiene diversas marcas. Pero en cuanto a la capacidad como compañía, tan solo están estas cuatro empresas. Detrás había surgido un grupo de operadores con la intención de crecer: Avatel , Adamo , Finetwork y Silbo . Además, también hay importantes compañías de internet locales que tienen cierto peso. Sin embargo, algunas de ellas están pasando cierto problemas corporativos, otras tienen conflictos laborales. Todo esto provoca dos circunstancias. La primera es que Telefónica apenas tiene opciones para plantear una fusión más allá de Digi y Vodafone. Al menos, una operación que le aporte un crecimiento real. El otro problema es que ninguno de estos operadores tiene, ahora mismo, la capacidad de surgir como un ‘outsider’ que anime el mercado y consiga forzar guerras comerciales que tiren los precios a la baja.La disyuntiva europeaLa solución europea de fortalecer el sector de las telecomunicaciones con fusiones transfronterizas es algo muy complejo. Por eso, Telefónica sabe que puede echar un pulso para conseguir, en clave nacional, que pueda ejecutar sus propios planes.Fuentes del sector señalan que Bruselas lanza una idea equivocada con las fusiones entre compañías de distintos países. Desde Europa creen que pueden ser una solución cuando saben que son muy complejas de llevarse a cabo –por no decir imposibles–.La regulación de cada Estado miembro y su legislación es distinta. Por ejemplo, el precio del espectro de radio es diferente, su capacidad técnica, las leyes comerciales. Todas estas cuestiones solo se podrían solventar con un mercado común europeo que es inexistente en estos momentos.Además, las sinergias financieras en hipotéticas fusiones entre operadores de distintos países son nulas. Se trataría de sumar cuentas de resultados sin que se aplique valor añadido para ninguna empresa. Al final sería como la suma de marcas y la unión de balances financieros. Pero llegar a este punto requiere muchos cambios previos . Además, hay un problema en los accionariados de las empresas que, por ejemplo, ahora sufre Telefónica en sus carnes: el capital público.Orange en Francia o Deutsche Telecom en Alemania están participadas por sus respectivos gobiernos. Igual que Telefónica en España. Por tanto, a la hora de pensar en fusiones entre países, habría que reajustar los capitales, y puede que algunos Estados no lo vean con buenos ojos. Pese a que en España se ha alzado mucho la voz por la intervención del Ejecutivo de Pedro Sánchez, en países como Francia se ha visto normal que desde el Elíseo se tomen algunas decisiones.Problemas con las ‘tech’Esta obsesión que le ha entrado a Europa de que los operadores de telefonía exploren potenciales operaciones corporativas entre ellos llega en un momento muy complejo. De hecho, no es elegido al azar. Las tensiones geopolíticas han convertido a las telecomunicaciones en un sector estratégico. También se ha unido la crisis comercial que ha desatado tras la imposición de aranceles de Donald Trump. Pero la realidad es que esta situación estalla sin haber resultado un nudo gordiano en la relación de las telecos con las ‘big tech’ americanas: el ‘fair share’.Se trata de que las grandes empresas de Estados Unidos, las Netflix , Google , etc., paguen por el uso de las redes de los operadores. Esta situación estuvo sobre la mesa en la Comisión Europea, pero ahora sería un mal momento para sacarlo a relucir. Sobre todo, cuando Trump ha señalado a España de manera directa por la ‘Tasa Google’. Así, abrir un nuevo frente con las tecnológicas americanas sería un problema. Pero la realidad es que es algo no resuelto hasta la fecha.

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