ABC entra en la Capilla ardiente privada del Papa Francisco

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ABC entra en la Capilla ardiente privada del Papa Francisco

La cámara ardiente del Papa está abierta en Casa Santa Marta desde el lunes a primera hora de la noche, sólo para los colaboradores más cercanos del Papa, empleados del Vaticano y sus familiares. En ese grupo Francisco incluía a periodistas, «compañeros de viaje» que hicieron eco de sus gestos y de sus palabras para que llegaran a todo el mundo. El único problema será convencer de eso también a los gendarmes vaticanos .La entrada, la llamada ‘Porta del Peruggino’ parece un enjambre de cámaras de televisión, atentas a quien entra y quien sale. Pasa un coche conducido por un cardenal, y con tres pasajeros que también son purpurados. Es el Vaticano de Bergoglio , sin chóferes ni automóviles especiales.Me identifico, explico quién soy y me acerco al primer control de seguridad. Mientras los policías controlan los documentos del corresponsal de ABC, pasa un alto cargo del Vaticano que se detiene a hablar con él y que da las garantías a las autoridades para que autoricen el paso. Entramos.Noticias relacionadas estandar No Primeras fotos del féretro abierto del Papa Francisco Javier Martínez-Brocal | Corresponsal en el Vaticano estandar No El funeral será el sábado y el Vaticano se prepara para el cónclave más difícil Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en RomaUn visitante importanteBastan doscientos o trescientos metros desde allí hasta Casa Santa Marta. El obispo entra inmediatamente, pero el periodista debe esperar junto a un pequeño grupo variado de religiosas, sacerdotes y laicos empleados del Vaticano, pues está a punto de llegar un visitante importante. En la puerta de la que era la casa del Papa están el comandante general de la Gendarmería Vaticana y el comandante general de la Guardia Suiza. También tres cargos intermedios de la Secretaría de Estado, en espera de alguna autoridad. Se trata del presidente de la República Italiana, Sergio Matarella . Ningún cardenal le recibe, el protocolo de la Sede Vacante consiente la presencia solo del camarlengo y del cardenal decano, pero en este momento ambos tienen otras urgencias entre manos.Nos dicen que podemos pasar. El hall de Santa Marta ha sido dividido en dos para formar un pasillo que guía hasta la capilla ardiente. No hay cambios particulares para la nueva situación. No hay señales de duelo. Sólo silencio . Sigue junto al ascensor la estatua del prócer Juan Zorrilla San Martín, al otro lado la de San José con el Niño, y también los cuadros con el rostro de Juan Pablo II y el logotipo del Jubileo de la Misericordia. No se ve ni una foto de Francisco. Los guardias suizos intercambian saludos quienes entran sin bajar la atención y con rostro adusto, es el pésame de la pequeña familia vaticana.El féretro del Papa reposa en la capilla de Santa Marta, en imágenesCuando se atraviesa la puerta de la capilla, están los tres secretarios del Papa. «Por fin nos conocemos en persona» , musita uno de ellos cuando me identifico. El trabajo que les pedía Francisco era escondido, no podían dejarse notar. «Un buen secretario trabaja sin dejar rastro» , les decía el Papa. Es lo que han hecho estos últimos años los argentinos Daniel Pellizzon y Juan Cruz Villalón —quien en los últimos años empujaba la silla de ruedas del Papa— y el italiano Fabio Salerno.  «Por fin nos conocemos en persona», musita uno de los secretarios del Papa a su encuentro con el corresponsal de ABCHoy ellos reciben los estrechones de mano y palabras de agradecimiento, sonriendo con los ojos empañados. También recibe a las visitas el elegante enfermero del Papa, Massimo Strappetti, quien captó su último saludo y sus últimas palabras. «Gracias por haberme sacado a la plaza» , le dijo el Papa Francisco como despedida en sus últimas horas.Capilla dedicada al Espíritu SantoLa capilla está dedicada al Espíritu Santo, pensando en que guiará a los cardenales que dentro de dos semanas residirán aquí mientras buscan un nuevo Pontífice . Los bancos y sillas están dispuestos a ambos lados de la capilla, a lo largo de diez o doce filas. Delante del altar están los restos sin vida del Papa Francisco. Lleva las vestiduras de la misa de color rojo, el del luto papal, y la mitra como obispo. Tiene un rosario de cuentas marrones en las manos, el mismo con el que rezaba el rosario en el avión y en algunas ceremonias públicas. Se le ve la cara amoratada, el rostro consumido, con el rostro extremamente delgado. Son los restos de alguien que ha exprimido hasta el último instante sus energías para ocuparse de la misión a la que fue llamado . En sus labios me parece entrever una sonrisa. A sus pies hay dos o tres ramos de flores, y varias rosas blancas, su flor preferida, pues la ligaba a una devoción a la santa francesa Teresita de Lisieux.Silencio y lágrimasSilencio y lágrimas, pero sin dramas impostados. Es un velatorio familiar. Un guardia suizo vigila para que nadie saque fotos con el móvil, y a quien lo hace le obliga a borrarlas y comprueba que efectivamente lo haya hecho. La gente se detiene unos instantes ante sus restos. Algunos luego se sientan a rezar. Llegan familias de empleados con sus hijos. Monjas vestidas con túnicas coloridas. Sencillos empleados con camisa de ordenanza. Caminan con paso silencioso, nadie quiere hacer ruido. Una joven se desmaya y se forma a su alrededor cierto revuelo . Me acerco para llevarle agua, pero me marcho cuando el suizo ordena que se aparten quienes no tienen nada que ver con ella. Llaman al enfermero del Papa, Massimiliano Strappetti , que en pocos instantes consigue que se recupere. El Papa se habría sentido orgulloso de él.MÁS INFORMACIÓN noticia No Trump, Zelenski o Milei: los líderes políticos que acudirán al funeral noticia Si El funeral será el sábado y el Vaticano se prepara para el cónclave más difícil noticia Si La sucesión de un Papa poco convencional noticia No Las reglas del Cónclave: un proceso diseñado para asegurar un nuevo Santo Padre de consensoMe acerco a los restos e intento pensar algo solemne, recordar los momentos pasados con él, las entrevistas, los encuentros, los viajes. Me río recordando la simpatía de ese tiempo que pasamos juntos. Cuando en este mismo lugar, antes de la entrevista para ABC le saludé «Buenos días, santo padre», y me respondió, «Buenos días, santo hijo». Me viene a la cabeza el título de un libro de Juan Vicente Boo en sus tiempos como corresponsal de ABC, «El Papa de la alegría». También del de Eva Fernández, corresponsal de COPE. «El Papa de la Ternura». Así le he recordado ante sus restos.Me acerco a los restos e intento pensar algo solemne, recordar los momentos pasados con él, las entrevistas, los encuentros, los viajes. Me río recordando la simpatía de ese tiempo que pasamos juntosPienso también que el 21 de abril de 2025 quedará grabado en el mármol del Vaticano como la fecha en la que concluye el Pontificado del Papa Francisco. Pero que el impacto de su historia se prolongará mucho más allá en la vida de quienes le conocieron y que marcará el futuro de la Iglesia católica durante varias décadas. Antes de marcharme miro de nuevo su cuerpo exhausto, su rostro excavado y sus manos gastadas y se me escapa sólo una palabra. «Gracias» .

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