«Desde ahora serás pescador de hombres» , dijo Jesús a Simón, más tarde llamado Pedro, según narra el Evangelio de Lucas (5,10). Con estas palabras, se consagraba uno de los momentos fundacionales del cristianismo: el nombramiento del primero de los apóstoles, considerado también el primer Papa .Desde el pontificado de León X (1513-1521) , el anillo papal —también conocido como el anillo del Pescador— cuenta con un rito específico tras la muerte del Pontífice. En la ceremonia que confirma el fallecimiento, el cardenal camarlengo retira el anillo de la mano del Papa y lo entrega al maestro de ceremonias. Su función es destruirlo, o al menos deformarlo, utilizando un martillo y un cincel de plata . La finalidad es impedir que el sello, grabado con un diseño único elegido por cada Papa y utilizado para lacrar documentos oficiales, pueda ser falsificado.La relevancia de este anillo es, por tanto, incuestionable. Junto con la mitra o el solideo blanco, simboliza la autoridad y la dignidad del Sucesor de Pedro, mereciendo el máximo respeto. Para todos los Pontífices ha sido un emblema esencial, pero en el caso de Francisco, como en tantos otros aspectos de su vida y su pontificado, tuvo un carácter singular.MÁS INFORMACIÓN noticia Si El funeral será el sábado y el Vaticano se prepara para el cónclave más difícil noticia No Trump, Zelenski o Milei: los líderes políticos que acudirán al funeral noticia Si La sucesión de un Papa poco convencionalSu llegada al trono de Pedro fue inédita: su predecesor, Benedicto XVI , seguía con vida tras renunciar al cargo. A él no se le retiró el anillo, sino que se ‘anuló’ marcando una cruz sobre su sello. Esto obligó a Francisco a encargar uno nuevo . A diferencia del de su antecesor —de oro macizo—, el suyo fue de plata dorada, más austero, con un diseño sobrio y menos ornamentado. Estaba basado en una creación del escultor Enrico Manfrini , reflejo de su voluntad de humildad desde el primer día.El cardenal Angelo Sodano le pone el anillo del pescador al Papa Francisco durante su entronización AFPAunque este era el anillo oficial que el Papa lucía en las ceremonias solemnes —excepto el Viernes Santo, cuando todos los ornamentos papales se retiran—, en su día a día llevaba otro mucho más sencillo. Era de un material modesto, sin grandes pretensiones, y lo acompañaba desde sus años como arzobispo de Buenos Aires, cuando aún respondía al nombre de Jorge Bergoglio .Ese es el anillo con el que será enterrado .Las manos del Papa Francisco, ya fallecido, con su anillo puesto, y un rosario Vaticano¿Por qué no se dejaba besar el anillo?El respeto al anillo papal es tal que muchos creyentes, al encontrarse con el Papa, buscan besarlo como gesto de reverencia y aceptación de su autoridad espiritual. Es una tradición arraigada, símbolo del reconocimiento del Pontífice como guía de la Iglesia universal.Sin embargo, Francisco nunca se sintió cómodo con ese gesto. Uno de los momentos más reveladores ocurrió en 2019, durante su visita a la Santa Casa de Loreto . Decenas de fieles se acercaban a saludarlo y, al intentar besarle la mano, él la retiraba con rapidez, incluso con cierta brusquedad. La escena sorprendió y no tardaron en surgir interpretaciones y rumores.La explicación oficial, ofrecida por el entonces portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti , fue sencilla: una cuestión de higiene. «Al Papa le gusta abrazar y ser abrazado», dijo, pero prefería evitar que le besaran la mano para reducir el riesgo de transmisión de gérmenes .Más allá de esta razón práctica, existe otra, no contradictoria, sino complementaria. Francisco concebía el Papado no como una exaltación personal, sino como un servicio radical a la humanidad. En esa vocación de «servir y no ser servido» , encontraba sentido a su rechazo al gesto: el anillo no debía ser besado porque la autoridad, para él, no se imponía, sino que se ejercía con humildad.

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