Un tranquilo De Burgos hasta que Rüdiger perdió los papeles

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Un tranquilo De Burgos hasta que Rüdiger perdió los papeles

Saltaba De Burgos Bengoetxea al césped de La Cartuja después del terremoto que se montó tras su comparecencia de prensa, junto a González Fuertes, el viernes a poco más de 30 horas para que comenzase la final. Fueron precisamente las declaraciones del asturiano, que estuvo al frente del VAR en el encuentro -en las que amenazaba con que el colectivo arbitral tomaría medidas más importantes que las llevadas a cabo hasta la fecha contra Real Madrid Televisión-, las que provocaron que el club blanco plantara a todos: No se presentó el equipo en el estadio por la tarde para la rueda de prensa de Ancelotti y Modric, la foto con Flick y Araujo ni para el leve entrenamiento que la escuadra madridista iba a hacer sobre el terreno de juego hispalense. Tampoco hubo representación del club blanco en la cena de gala que se celebró el viernes por la noche en el Alcázar de Sevilla. De hecho, durante la tarde, hubo algún amago de que el Madrid no se presentara para disputar la final, aunque todo quedó resuelto tras una conversación entre Louzán, presidente de la RFEF, y José Ángel Sánchez, director general del club de Concha Espina.Noticias relacionadas opinion Si TODO IRÁ BIEN Un árbitro no puede llorar Salvador Sostres opinion Si EL ÁRBITRO DE ABC Las polémicas Hubo un penalti no pitado de Ceballos por agarrón a Cubarsí Martínez MontoroUna vez que dio por comenzado el encuentro, el colegiado vasco hizo uno de los mejores arbitrajes que se le recuerdan en el apartado personal. Estuvo dialogante y sobrio. No permitió que la final se le fuera de las manos. Y eso, viendo su nivel de los últimos tiempos y el del colectivo en general, por mucho que el viernes junto a González Fuertes ante los medios defendieran no sólo su honrabilidad sino que aseguraron que pueden estar en el «top 2-3 de Europa». Además, el colegiado asturiano, desde la sala VOR, lo apoyó acertadamente.El Barcelona reclamó un par de penaltis en la primera parte. Ni De Burgos ni González Fuertes los consideraron. El primero, por una mano de Valverde, que salió al corte a una entrada de Raphinha al área madridista. La pelota dio en la mano que iba al apoyo y los colegiados interpretaron que no era punible para pitar la pena máxima. Después, en el lanzamiento de un córner para el Barcelona, Ceballos agarró a Cubarsí en el intento de remate del central azulgrana después de que el balón se estrellara en el poste. Entendieron los trencillas que los dos jugadores se agarraron y tampoco revisaron la acción desde el vídeoarbitraje.Justo antes del descanso actuó el fuera de juego semiautomático. Íñigo Martínez hizo un claro penalti a Vinicius que De Burgos sancionó. El árbitro vizcaíno seguía muy de cerca la jugada. Pero finalmente no se cobró porque el futbolista brasileño del Madrid partió de fuera de juego.El último minutoEn una segunda parte en la que los de Ancelotti remontaron coincidiendo con la entrada de Mbappé al campo, los de Flick empataron y el choque se fue a la prórroga. Pero antes de que De Burgos Bengoetxea decretara el final en un largo descuento de seis minutos, sucedió la jugada más polémica de todo el partido. No se revisaron los penaltis anteriormente mencionados y en una caída de Raphinha con Asencio en el pico del área, el árbitro principal decretó el penalti. Se celebraba en la zona de la afición barcelonista. En directo parecía bastante claro, pero González Fuertes paró el lanzamiento porque estaba chequeando la jugada. Después de que la acción estuviera verificándose durante dos o tres minutos, De Burgos fue a la pantalla y anuló la pena máxima. Fue la última jugada punible antes de que la 122ª final de la Copa del Rey de la historia acabara con la roja directa a Rüdiger .

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