Una amplia mayoría de los españoles (el 70%) esperan que el sucesor de Francisco continúe por la senda dentro de la Iglesia que el primer Papa americano y jesuita inició durante doce años de pontificado. El grupo más continuista es el de los católicos practicantes , que lo son en un 81% frente a los ateos o los agnósticos que, aunque también de forma mayoritaria, son continuistas con la línea de Francisco en una proporción menor (un 54%).La aceptación de la comunidad LGTBI ha sido uno de los movimientos más comentados del Pontífice, que en su ‘Fiducia supplicans’ introdujo la bendición a las parejas homosexuales. Sin embargo, y pese a haber tenido numerosos gestos con este sector de la sociedad, Bergoglio no llegó a cambiar ni una coma de la doctrina católica sobre la cuestión. Un 74% de los españoles se muestran a favor de que la Iglesia siga avanzando hacia la aceptación del colectivo LGTBI, frente a un 14% que se oponen a que el Vaticano prosiga por ese camino. Llama la atención la postura de los jóvenes en este aspecto, más conservadora en este punto que la de generaciones anteriores: un 79% de los encuestados de 45 a 64 años desean que la Santa Sede siga dando pasos hacia adelante en su aceptación de la homosexualidad, frente a un 62% de los españoles de 18 a 29 años. Además, sólo un 28% de los creyentes de otras religiones se muestran a favor de la aceptación de la comunidad LGTBI, lo que se puede leer como un gesto de intolerancia por parte de confesiones distintas a la católica . En términos generales, la mitad de la sociedad española (un 50%) considera que el papado juega un papel relevante en el mundo actual . Es paradójico, una vez más, que los grupos más jóvenes le otorguen una mayor importancia a la labor del sucesor de Pedro (un 59% de los encuestados de 18 a 29 años lo ven muy relevante) frente a las cohortes más maduras. Los españoles de 30 a 44 años lo ven relevante en un 44% de los casos y los mayores de 65 en una proporción del 52%. A favor de la integración de la mujer en la Iglesia Otro de los pasos más representativos del Santo Padre es que ha logrado que mujeres presidan departamentos de la curia vaticana, pues Francisco nombró a la primera «prefecta» de un dicasterio y durante años tuvo como viceportavoz a la española Paloma García Ovejero, la primera mujer que ha hablado oficialmente en nombre de un Papa. La integración de la mujer en la Iglesia es, precisamente, uno de los aspectos que más unidad suscita entre los encuestados de distintas generaciones, así como entre practicantes, no practicantes y no creyentes. Así, un 83% de los españoles creen que el Pontífice que venga deberá seguir trabajando para que las mujeres vayan teniendo más peso en la jerarquía eclesiástica. Los más partidarios, en cualquier caso, son los católicos practicantes (en un 89%). La persecución de los abusos sexuales en la Iglesia y la mayor complicidad con los jóvenes, por su parte, son dos cuestiones que concitan aún mayor consenso que la integración de la mujer. El 86% se muestran a favor de que el Pontífice que venga después de Jorge Mario Bergoglio se siga acercando a los grupos de menor edad. En cuanto a la comisión de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, el 89% de los españoles están a favor de que el Vaticano siga asumiendo los errores cometidos en el pasado y tratando de evitar los del futuro. Creen que la Iglesia no debería influir más en la políticaEn cualquier caso, la mayor parte de los españoles (un 64%) opinan que la Iglesia no debería influir más en la política global frente a un 27% que se muestran a favor y un 9% que no lo tiene claro. Los jóvenes son, curiosamente, los más partidarios de que el Vaticano ejerza su influencia política (el 45% está a favor). Como es lógico, los no creyentes son los que se muestran más reacios (83%) de forma mayoritaria a que la Iglesia deba mediar más en política. Los temas más sociales, como la pobreza o la inmigración , son los que, de forma mayoritaria (58%), los españoles quieren que prime el nuevo Papa. En segundo lugar, un 45% de los encuestados desean que el cardenal que elija el Cónclave modernice la Iglesia, y un 25%, que emprenda reformas internas . Asimismo, un 20% de la sociedad española está a favor de que priorice la preservación de los valores originales del cristianismo ; un 10% quiere que se encargue de paliar la pérdida de feligreses y sólo un 6% desea que el nuevo Pontífice promueva el diálogo interreligioso. Entre los nombres de purpurados que más han sonado los últimos días están los italianos Pietro Parolin, Pierbattista Pizzaballa o Matteo Zuppi; el húngaro Péter Erdó; el filipino Luis Antonio Tagle o el cardenal español Ángel Fernández Artime. De entre estos, el más célebre entre los españoles , con un conocimiento del 16%, es el candidato Pietro Parolin , que ha sido el secretario de Estado del Vaticano durante el pontificado de Francisco. Le sigue, con un 14%, el filipino Luis Antonio Tagle. Los otros cardenales que más suenan a la población española son Matteo Zuppi (lo conoce un 13%); Fridolin Ambongo Besungu (9%), que es el principal candidato africano; el estadounidense Raymond Leo Burke (7%); el italiano Pierbattista Pizzaballa (5%); el ghanés Peter Turkson (5%) y el húngaro Péter Erdó (5%).No quieren que el próximo Pontífice sea romano Ya con la vista puesta en los próximos días, a un 60% de los españoles encuestados por GAD3 les gustaría que el próximo Cónclave siguiera apostando por cardenales de territorios alejados de Roma. Además, un 59% considera que la Iglesia debería regular con mayor concreción la duración del pontificado y el proceso de sucesión en caso de enfermedad del Pontífice. En una entrevista a ABC en 2022, el Papa reveló en primicia que ya había preparado su renuncia en caso de impedimento físico. Sin embargo, estuvo hospitalizado casi 40 días por una neumonía bilateral en el hospital Gemelli de Roma, regresó a Santa Marta un 23 de marzo y falleció el pasado lunes de Pascua. Esta fue, precisamente, una de las cuestiones de las que se habló durante el periodo de hospitalización de Francisco, con la concreción de un posible estatuto de «sede impedida» , que nunca se ha desarrollado en el Vaticano. Frente a la opinión de los españoles, no parece una cuestión que preocupe en estos momentos a los cardenales.

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