Las condiciones climáticas extremas o fallos en la electricidad pueden dejarnos sin luz durante minutos, horas o incluso días. La mañana del 28 de abril parecía la de un lunes normal si no fuera por la interrupción que sufrimos en torno a las 12:30pm, cuando nuestros dispositivos comenzaron a fallar y nos dejaron incomunicados. Semáforos apagados, tiendas cerradas y un colapso en la carretera nos mantuvieron en vilo durante varias horas. Entre las preocupaciones que teníamos se repiten tres: no contactar con familiares, no poder volver a casa con la normalidad que acostumbramos y no saber qué hacer con la comida de la nevera y el congelador.No es habitual que se produzcan apagones, pero teniendo en cuenta que es más común que salten los plomos, es conveniente conocer las precauciones adecuadas de seguridad alimentaria que se deben tomar antes, durante y después de un corte de energía, y estar preparados para manipular alimentos y agua de manera segura en caso de que ocurra algo así.No abras las puertasLuis Riera, director de SAIA, Consultoría de Seguridad Alimentaria, comenta que si el apagón fue breve (por ejemplo, 1 o 2 horas), «casi todo estará a salvo» mientras que si fue largo, en torno a 8 horas o más, «habrá que ser muy estricto con qué se puede salvar». La clave reside, principalmente, en mantener la puerta de la nevera y el congelador sin abrir para así mantener más tiempo el frío. «En el momento que se va la luz, no abras la puerta de la nevera ni del congelador. Esto es crucial para conservar el frío interno el mayor tiempo posible. Cada vez que abrimos la puerta, perdemos aire frío y la temperatura interna sube rápidamente.Tal como indica el experto, «un frigorífico cerrado mantiene los alimentos fríos durante unas 4 horas sin electricidad. Si no lo abres, la temperatura se mantendrá por debajo de los 4 °C durante ese tiempo».Por el contrario, «un congelador lleno puede conservar una temperatura segura aproximadamente 48 horas sin electricidad (unos 2 días). Si el congelador está solo medio lleno, aguantará unas 24 horas»Si anticipas que el corte será prolongado, intenta conseguir hielo (en cubos, bolsas o hielo seco) y colócalo dentro para prolongar el frío. Asimismo, agrupa los alimentos dentro del congelador; al estar en contacto se ayudan a mantener la temperatura baja por más tiempo.Alimentos en el congeladorLaura Arranz, dietista-nutricionista, respalda que ante una situación así, sería interesante no abrir las puertas ni de la nevera ni del congelador : «De los alimentos del congelador, si durante ocho horas no se ha abierto el congelador y cuando ya tenemos luz, abrimos el congelador y vemos que nuestros alimentos siguen congelados, completamente duros, quiere decir que han mantenido ese estado y que por tanto los podemos seguir teniendo ahí y consumirlos cuando tuviéramos previsto o cuando los necesitemos»Después de esas ocho horas de apagón -y dependiendo del congelador -, puede pasar que cuando vayamos a ver los alimentos que tenemos ahí veamos que ya no están del todo congelados. Si al tocarlos vemos que han perdido dureza, Laura I. Arranz recomienda no consumirlos: «Si podemos cocinarlos porque ya han llegado al punto de descongelación, los aprovechamos cuanto cuanto antes». Esto sería aplicable a vegetales, pan…No ocurre lo mismo si se trata de productos más delicados, como puede ser pescados o carnes, alimentos preparados: «En ese caso, si vemos que realmente han perdido su punto de congelación, hay que desecharlos por precaución, lógicamente. Lo que más se va se va a haber conservado seguramente habrán sido las verduras», explica la experta.Los productos de la neveraSi bien es cierto que la potencia de la nevera es fundamental -a mayor potencia mejor conservación-, volvemos a lo mismo: depende de cuánto la hemos abierto en el tiempo que hemos estado sin luz. Laura Arranz señala que «no será un peligro para las verduras, frutas, yogures, quesos, embutido… Aunque hayan pasado 8 horas y la nevera ha estado cerrada y vemos que se ha conservado el frío, todos esos alimentos van a estar bien».En cuanto a la carne, pescado, tenemos que consumirlo cuanto antes si es que esos alimentos en la nevera han seguido conservando algo de frío, es decir, que la nevera no se ha quedado realmente sin una baja temperatura. «Si por las 8 horas de apagón y por las veces que hemos necesitado abrir realmente han pasado más de 2 horas en que la nevera ha estado ya a una temperatura relativamente alta , entonces carne y pescado sería mejor desecharlo, pero si se ha mantenido cierto nivel de frío, podemos mantenerlo y consumirlo cuanto antes», recalca.En cuanto a los huevos, un alimento delicado, la nutricionista asegura que se habrán conservado bien también, «aunque haya subido un poquito la temperatura de la nevera». En cualquier caso también habría que consumirlos cuanto antes y «cuajarlos bien cuando los estemos cocinando. Que se cocinen bien», aconseja.Qué salvar y qué desecharSegún indica luis Riera, la tabla de alimentos que podemos conservar y cuáles no, siguiendo los consejos previamente mencionados, quedaría así:No se pueden conservar (si han estado más de 2 horas por encima de 4 °C):– Carnes, aves, pescados y mariscos, tanto crudos como cocinados.– Productos elaborados con huevo crudo o semicrudo: mayonesa casera, tortillas poco hechas, cremas, mousses, natillas caseras.– Lácteos frescos: leche, nata, crema de leche, quesos frescos.– Fiambres y embutidos abiertos.– Sobras cocinadas.– Ensaladas preparadas.– Postres con crema o nata.Se pueden conservar:– Frutas y verduras enteras (sin cortar).– Quesos curados y mantequilla.– Bebidas: zumos pasteurizados, refrescos, agua, cerveza, vinos.– Condimentos: mermeladas, miel, mantequilla de cacahuete, mostaza, kétchup, encurtidos.– Pan y repostería seca.– Alimentos secos: arroz, pasta, cereales, frutos secos, conservas sin abrir.«Si un alimento estaba abierto, como un zumo natural o una ensalada preparada, debes ser más estricto: si ha estado más de 2 horas fuera de frío, mejor desecharlo», señala.Cómo tener colocada la neveraNo podemos predecir un apagón -salvo que nos avisen- pero sí saber que la organización de nuestros alimentos en la nevera juega un papel crucial a la hora de mantenerlos en buen estado si vamos a estar sin luz varias horas. «Si tenemos los productos crudos en las estanterías inferiores, al ser más frías se conservan mejor y evitamos la contaminación cruzada de que puedan ‘caer’ bacterias de arriba a abajo», afirma Luis Riera.Ana Fuertes, directora de Industria de bioMériux Iberia, comenta que en los estantes superiores hay que ubicar los quesos curados, los pasteles y los alimentos ahumados. En las baldas ubicadas en la parte media de la nevera deben ir los productos lácteos y los alimentos cocinados o semielaborados. En los estantes inferiores es aconsejable ubicar los alimentos crudos y perecederos, los productos en descongelación en envases cerrados.Por último, la experta recomienda conservar las frutas, las verduras y los constituyentes de las ensaladas en la parte más baja: «hay que protegerlos de las temperaturas más bajas para que no se congelen y, en el caso de que se cuente con dos filas de cajones, incluir en la parte más baja las carnes y pescados ya cocinados».

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