Agónico tic, tac. Desde 2017 yendo a engrasar todos los meses nuestro viejo Howard Miller de carillón a la antigua relojería de la calle de La Sal. Ha habido varias clases de tic, tac a lo largo de estos años. El primero, frenético, cuando tuvimos que esperar a que este crío deshojara la margarita eligiendo entre el mejor club deportivo de la historia y otro cuyas siglas podrían ser perfectamente las de un detergente: PSG lava más blanco. Luego, hasta 2021, el tic, tac pareció hibernar, estaba ahí, hurgando dentro de nuestras cabezas, pero preferíamos prestar poca atención, como cuando ves a alguien que mueve los labios contándote algo aparentemente trascendental para la humanidad mientras piensas que tienes que llevar el coche a la ITV. Ese verano el carillón se reactivó y las horas, las medias y los cuartos empezaron a sonar como deben hacerlo en el Palacio Real, con alegría de boda, y, en 2022, el tic, tac simplemente se apagó, murió como lo hacen los viejos relojes de pared, rompiéndonos a todos el corazón tan blanco.Se acaba el tic, tac. Mbappé llega al club de sus sueños habiendo roto el mío por el camino. Gracias a Dios que yo no soy el presidente del Real Madrid ni tengo por supuesto ningún poder de decisión porque sería un verdadero desastre, una especie de Gaspart de Chamberí de visión limitada y mecha corta que le habría negado al jugador su tercera oportunidad. Chaplin dijo en una ocasión que la vida era una tragedia en primer plano y una comedia en segundo plano, y Chaplin era un puñetero genio. Es posible que Florentino haya aplicado la fórmula del alma de Candilejas para quitarle yerro a un asunto que servidor aún no puede olvidar.Noticia Relacionada estandar No Pillan a Mbappé confirmando a Macron cuándo se hará oficial su fichaje por el Real Madrid María Carbajo El presidente francés visitó la concentración de Francia y charló con el delantero sobre su futuroMbappé accede a un vestuario que acaba de proclamarse campeón de Europa por decimoquinta vez. Ahí se va a encontrar con jugadores que han ganado la Champions seis veces más que el Mónaco y el París Saint Germain juntos. No creo que el Real Madrid vaya a ser peor con él pero para que sea mejor deberá ganar al menos siete veces la Copa de Europa en los próximos diez años. Será interesante verle volar por el césped del Bernabéu, compitiendo por el cariño de la grada con Vinicius y Bellingham. Y quién sabe si algún día acabaré olvidando que me dejara colgado en el altar aquella maldita tarde de mayo. Él necesita ahora a mi Real Madrid si no quiere marchitarse como Neymar. Ojalá que tanto tic, tac haya merecido la pena
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