Román Burruchaga, tenista argentino de 23 años, consiguió en el Masters 1.000 de Roma la primera victoria de su carrera en el cuadro principal de un torneo de esta categoría. Lo hizo al vencer al italiano Lorenzo Sonego por 7-6 (5), 6-4, en la pista Pietrangeli, y tras haber superado la fase previa con triunfos ante rivales de peso, entre ellos el español Pablo Carreño. La victoria confirma como estrella emergente del tenis argentino a un chico que ha crecido conviviendo con el peso de su apellido. Román es hijo de Jorge Burruchaga, auto del gol decisivo en la final del Mundial de 1986, el que selló el 3-2 ante Alemania y garantizó a Argentina su segundo título mundial.Noticia Relacionada estandar No Sinner: «Recibí mensajes de jugadores que no esperaba y nada de otros de los que sí podía esperar algo» M. Z.Pero el hijo no escogió el fútbol, sino el tenis. Se puso a las órdenes de Leonardo Mayer, otro talento argentino de principios de siglo que llegó a a ganar dos títulos ATP, ambos en Hamburgo. Mayer pulió su derecha y lo acompañó en los duros inicios por los Future y Challenger de Sudamérica y Europa. Su trayectoria marcha en claro ascenso. En 2023, Burruchaga conquistó su primer título en el circuito Challenger (Brasilia) y el año pasado, tras alcanzar otra final (Zug, Suiza) logró clasificarse para el cuadro final de Roland Garros (derrota en primera ronda ante Jan Lennard Struff en tres sets) tras lograr su primer triunfo en la ATP en el torneo de Córdoba ante su compatriota Diego Schwartzman.En 2025, más pasos adelante, con otro título challenger (Piracicaba) y la disputa de su primer Masters 1.000 en Madrid , con derrota en la previa ante el checo Kopriva.Todo ese aprendizaje parece haber eclosionado en Roma. Su victoria ante Carreño era solo un anticipo. Frente a Sonego, local y respaldado por la grada, jugó con aplomo, supo cerrar el tie-break del primer set con decisión y mantuvo el control en el segundo sin conceder su servicio (6-2 y 6-3).Su juego en Roma dejó sensación de madurez: servicio firme, solidez desde el fondo de pista, agresividad selectiva y serenidad en los momentos clave. Sin estridencias ni gestos para la cámara. Para él, y en espera de lo que pueda hacer en la segunda ronda ante Karen Khachanov (cabeza de serie número 23), puede ser un punto de inflexión.

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