«No son monjas, no son monjas», gritaba una vecina de Briviesca ante los informadores que este miércoles se agolpaban a las puertas del juzgado de esta localidad burgalesa situada al norte de la provincia. Visiblemente enfadada, lamentaba el espectáculo que, a su juicio, estaban dando las exmonjas de Belorado que ayer acudieron a declarar por la denuncia que cuatro de ellas interpusieron contra el arzobispo de Burgos, Mario Iceta , por supuestos delitos de coacciones, administración desleal y revelación de secretos.Curiosamente, coincidió en su apreciación con el prelado que nada más llegar al municipio calificó el momento de «festival» e incluso, de «performance» en la que se negó a participar después de comprobar que «hasta me han metido en la escaleta» del planning judicial que organizaron las demandantes. Y es que el responsable de prensa de las cismáticas, además de convocar a los medios de comunicación, fue puntualmente informando de todos los pasos de las exmonjas, incluso del momento en que, en dos furgonetas, salieron del convento de Belorado.Así que Iceta prefirió adelantarse y, a pesar de que su declaración estaba prevista para la una del mediodía, a las diez y media de la mañana llegaba al juzgado donde defendió «la falsedad» de los hechos de los que le acusan y denunció la argumentación «torticera» que de ellos han hecho las exmonjas. Afirmó que no ha habido «ningún ilícito penal» como, de hecho, ya ha reconocido la Fiscalía e, incluso, los ministerios de Interior y Justicia a los que recurrieron las religiosas.Después llegaron tres de las cuatro denunciantes – Sor Isabel (la exabadesa), Sor Sion y Sor Belén- , acompañadas por el responsable de comunicación y un representante legal. Anunciaron, por cierto, que ya son tres los letrados que se encargan de su defensa jurídica , algo que dio pie a una pregunta recurrente por parte de los periodistas: si acusan a Iceta de asfixiarlas económicamente, ¿cómo tienen recursos para tanto abogado? . La respuesta llegó de la mano de Sor Sión a la que no gustó demasiado el planteamiento pero quien explicó que «ahora estamos trabajando como auténticas negras para sacar adelante la comunidad» , en referencia al restaurante de Arriondas (Asturias) . Y añadió: «Si nos cierran una puerta, abrimos otra y eso lo seguiremos haciendo mientras nos dure la fuerza».Arriba, Iceta con la responsable de la Federación clarisa y Sor Amparo; sobre estas líneas, las monjas cismáticas llegan al juzgado de Briviesca ICALA continuación trasladaron a la jueza su versión de los hechos que dieron lugar a la denuncia y que han ocasionado «un perjuicio fuerte y prolongado» como consecuencia de «una intromisión en nuestra vida de esta manera tan atropellada que hemos tenido que pedirle a la ley que pusiera un límite».Una declaración que fue más breve de lo previsto ya que se había reservado media hora para cada religiosa a partir de las once, pero eran poco más de las doce cuando las cuatro abandonaron el recinto judicial para montar en su vehículo. Entonces ya no quisieron hacer más declaraciones remitiéndose a su condición de «clausura». Sí habló su portavoz, Francisco Canals , que calificó a las cismáticas de «selección española de las monjas de España» , y anunció que este jueves, cuando se cumple un año del manifiesto cismático, las exclarisas van a hacer público un segundo documento en el que han eliminado las aportaciones de la Pía Unión el supuesto obispo Pablo Rojas . Contará con 56 páginas, frente a las 86 del primero. Cuando Iceta salió del juzgado, compareció ante los periodistas en los locales parroquiales del municipio y allí dio a conocer algunos datos sobre las actuaciones de las exmonjas de Belorado, como los seis vehículos que poseen o los 20.000 euros de gastos que se han tenido que abonar desde la Federación clarisa. Su responsable, incluso, reconoció que «es un gasto mensual excesivo que no es normal. Es muchísimo» para una comunidad de doce religiosas.El arzobispo de Burgos defendió la «exquisitez absoluta» con la que ha actuado en todo el proceso aunque también fue tajante al señalar que «llegaré hasta el final. Hasta que ellas quieran y se restablezca la verdad y la justicia. Mi paciencia es infinita» . Un «hasta el final» que tiene que ver con el proceso de desahucio por el que las religiosas volverán el martes al juzgado, si bien uno de sus abogados ya ha anunciado que han recusado a la jueza por considerar que «tiene un conocimiento previo de los procesos civiles y eso la inhabilita para ser imparcial». «Tienen un medio de vida, con alojamiento en el restaurante», señaló Iceta. «Ojalá que abran franquicias por toda España y el Vips se quede a los pies al lado de esta novedad» , señaló en tono irónico, para añadir que también espera que «el partido de ayer del Barça con el Inter sea una nimiedad al lado de su equipo de fútbol» , dijo recordando las palabras de Canals sobre la selección de las monjas. En todo caso, concluyó que «no tengo nada contra ellas y les deseo lo mejor en su nueva andadura pero para restablecer la justicia iré hasta el final, para que esta monja (por Sor Amparo) pueda volver a su casa, porque la echaron, y que las cinco mayores, que aún permanecen en Belorado, tengan una residencia católica, que no la tienen».

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