El diccionario de la RAE le otorga a la palabra vacío muchos significados, desde el referido al espacio sin ocupar o a una persona superficial, también a la mera ausencia de aire o a esa sensación de añoranza por la falta de algo o alguien. Y para el cine, el vacío es un aspersor de argumentos que, en cambio, puede contener todo, la angustia, el terror, el drama, la aventura, la depresión… Con el hueco de un personaje vaciado, una película encuentra su argumento sencillamente buscándole un antídoto, es decir, llenándolo. Podrían servir como ejemplo los estrenos de cualquier fin de semana, pero tenemos más a mano los de esta misma para hablar de ello.’Una quinta portuguesa’, ‘Enemigos’, ‘También esto pasará’ o el documental ‘Erreplika’, títulos que coinciden hoy en la cartelera de estrenos, coinciden también en el peso de la ausencia, en el agujero de sus personajes y en la búsqueda de un remedio, un revulsivo, para llenar el hueco y que será la esencia del argumento.Noticia Relacionada estandar Si Crítica de ‘Por todo lo alto’ (****): Una comedia divertida, humana, musical y fraternal Oti Rodríguez Marchante La película es un bordado emocional y muy, muy divertido que su director, Emmanuel Courcol, teje con enorme talento para que el espectador lo viva y lo sienta como propio’Una quinta portuguesa’ la ha dirigido Avelina Prat, que hace un par de años sorprendió con la franqueza y profundidad de su primer largometraje, ‘Vasil’. El protagonista, Fernando, que interpreta Manolo Solo como si realmente lo llevara puesto, es un hombre vacío desde que su mujer serbia lo abandona en una primera escena matinal y a hurtadillas antes de que lo conozcamos a él. O sea, se larga y deja la película en manos de un hombre, profesor de geografía, experto cartógrafo y sin orientación ni rumbo. Y el argumento consiste en acompañarlo en su ‘huida’, en su búsqueda por taponar el agujero, que lo lleva hasta una hermosa quinta portuguesa.Avelina Prat ha construido también el guion y enlaza bien los pasos y el derrotero de ese hombre haciéndolo extrañamente interesante, incluso transparente para que veamos con qué naturalidad y entereza permite que se la vaya llenando el tanque de gasolina. La aparición de los personajes que interpretan, primero, María de Medeiros, y después, Branka Kalic, le permiten a la historia tratar otros asuntos, como el desarraigo, la melancolía del colonialismo, la orfandad de haber nacido en un sitio que te desprecia, la necesidad de camuflarse, ser otro, alterar tu nombre y ocupar el espacio vacío. La relación del protagonista con ellas, cargada de misterio y expectativas, es el mejor latido de la historia.’Una quinta portuguesa’ es la película perfecta para ver con calma, intuir sus varias intrigas y disfrutarlas, notar las excelentes interpretaciones, que dejan respirar a los personajes con la escafandra de lo imprevisto.En ‘Enemigos’ y ‘También esto pasará’ el peso de la ausencia recae en la figura de la madre, aunque el modo de llenar ese vacío es muy distinto en estas dos películas. ‘También esto pasará’ la ha dirigido María Ripoll y es la adaptación de la novela autobiográfica de Milena Busquets, en la que relata el dolor por la pérdida de la madre y, con notable osadía, los recursos utilizados para sobrellevarlo con voluntad de euforia y sentimiento de aparente felicidad. El personaje central es Blanca (ella), que interpreta la dinámica y jovial Marina Salas, y su ‘huida’ se concentra en su disposición para el amor, la pasión, los placeres, la maternidad y la luz y calidez de un lugar como Cadaqués. Ofrece una buena descripción de personajes y de época, una hermosa fotografía tanto ambiental como sentimental, y la interpretación de Marina Salas tiene la virtud de ir acercando emocionalmente a un personaje, a veces duro, a veces incoherente, ilegible, pero que se hace entender en sus vacíos, en sus frivolidades y en sus entrañas.’Enemigos’ es una película también muy ambiciosa sentimentalmente, la ha dirigido David Valero y narra en ella una historia que anima a la reflexión y el paseo para digerirla adecuadamente. El protagonista es un joven (Chimo) con un buen fondo y un carácter apocado y el antagonista (‘el Rubio’) es también joven, pero perverso y peligroso que se dedica a torturarlo junto a otros muchachos de la vecindad. David Valero hace que la relación de víctima y verdugo progrese de un modo insólito y que señale las causas, los efectos, las lagunas y las necesidades que tienen. La figura de la madre de Chimo (excelente Estefanía de los Santos) y la desfiguración del padre de ‘el Rubio’, que interpreta José Manuel Poga de manera rotunda y deslumbrante, le dan sentido a un relato que empasta conceptos imposibles, como venganza y compasión o generosidad y cólera. Christian Checa y Hugo Welzel llenan con enorme autoridad los vacíos de sus contradictorios y desdichados personajes.El documental ‘Erreplika’, de Pello Gutiérrez Peñalba, pone sobre el tapiz dos desapariciones, la de la Virgen de Zikuñaga, robada en 1979 de la ermita de Zikuñaga de Hernani, y la del padre del director, Juanmi Gutiérrez, fallecido, que alienta el ejercicio de memoria de la película y el estado de ánimo local y personal por ambas ausencias. Es un trabajo con mucha sustancia emotiva en el que domina el recuerdo y el elogio del padre, también un cineasta de la memoria y que con su trabajo filmado proporciona a los suyos ese doloroso placer de echar de menos. Muy agradable y calmada visualmente y muy cálida en su temperatura y tonalidades.

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