El Papa misionero con corazón peruano

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El Papa misionero con corazón peruano

A Robert Prevost le tomó por sorpresa la llamada del Papa Francisco para ir a Roma en 2023. Era feliz como obispo de Chiclayo, ciudad costera célebre por la gastronomía y por ser la sede de la cultura moche, donde destaca el museo de la tumba del señor de Sipán. En Chiclayo , Prevost –ahora León XIV– no tuvo remilgo en subirse a un caballo, ante la falta de autopistas, para acceder a las zonas rurales. Eso le hizo muy popular entre la población. También porque además de celebrar ceremonias religiosas, organizaba equipos educativos que enseñaban matemáticas y lenguaje a los niños. Era habitual que el padre Robert, como se le conocía entonces, viajara por Patapo, Motupe, Illipo, Ferreñafe, Pítipo, entre otros lugares, para hablar con las familias y organizar ayudas en zonas donde escaseaban los servicios básicos. Además de verlo a caballo, también se hizo famoso cuando se puso las botas de goma para visitar las zonas inundadas por las lluvias en 2017, cuando organizó la campaña ‘Perú a la mano’; y cuando salió a recorrer Chiclayo, en la época del Covid-19 –en Perú murieron 200.000 personas–, llevando la bendición con su mascarilla y su equipo de religiosos. También impulsó la primera planta de oxígeno en Chiclayo a través de la campaña ‘Oxígeno de la esperanza’.MÁS INFORMACIÓN noticia No El Papa propone una Iglesia que se centre en su mensaje y no en batallas externasTodas esas actividades el padre Robert las transmitía en la página de Facebook de la Diócesis de la localidad peruana, la parroquia Santa María Catedral, que se convirtió en la principal plataforma de comunicación de quien hoy lidera la Iglesia católica. Primer destinoPero remontémonos al principio, a Chulucanas , en Piura, al norte del país. Ese fue el primer destino al que llegó Robert Prevost en 1985 y en el que permaneció hasta 1986. Zona desértica, sin servicios básicos y muy pobre, en aquella época se vivía una larga crisis económica unida al conflicto armado interno desatado contra el país por la banda terrorista, Sendero Luminoso.Prevost fue enviado a la misión de los agustinos en Chulucanas. Allí fue vicario parroquial y luego canciller de la Prelatura Territorial. Ya entonces destacó por la creatividad para conseguir fondos para luchar contra la desnutrición infantil y para que los niños pudieran estudiar, a pesar de vivir en situación de extrema pobreza. Prevost, en la escuela de la Policía Nacional de Lima ABCMuy querido entre los vecinos, el padre Robert fue padrino de una niña, Mildred Camacho, a quien le dieron el nombre de la madre de Prevost (de origen español). «Felicidades al Papa Leon XIV, larga vida y bendiciones a mi padrino», le deseó la ahijada orgullosa tras conocerse su elección este viernes.El viaje a RomaEn enero del 2023, el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Era un cargo clave que situó a Prevost al frente de la evaluación, recomendación y nombramiento de los obispos en el mundo. En esta tarea le ayudó mucho su experiencia como jefe de los agustinos a nivel mundial.Francisco lo escogió por su papel de pastor y misionero, pero también por su formación en matemáticas y Derecho Canónico, así como el dominio de varios idiomas –inglés, español, italiano, francés y latin–. «Vine como misionero hace casi 40 años. Trabajé en Chulucanas 12 años, más de 11 años en Trujillo. Ahora, después de ocho años en Chiclayo, doy gracias a Dios por tantas cosas que el pueblo peruano ha compartido conmigo. Hemos caminado unidos, hemos celebrado la fe. Como pastor, yo solo puedo dar gracias a Dios por haberme permitido trabajar aquí por tantos años. Que Dios me ayude en esta nueva misión y pido la bendición de Dios sobre todos ustedes», afirmó Prevost cuando recibió la máxima condecoración de la Conferencia Episcopal de Perú: la medalla de Santo Toribio de Mogrovejo. Ceviche y cerveza localEn esa misma ceremonia, el hoy Papa León XIV confesó también que iba a extrañar la comida norteña peruana famosa por su ceviche, cabrito con seco, arroz con pato, el espesado, la miguita y las torrejitas de choclo. Entre sus amigos, Prevost destaca por su buen diente y por compartir sus comidas con cervezas locales.Con aquel reconocimiento Prevost cerró su etapa en Perú, donde vivió 38 años , salvo algunos paréntesis que pasó en Estados Unidos, su país de nacimiento. Fue en 2019 cuando yo conocí al entonces obispo de Chiclayo, Robert Prevost, como miembro de la Conferencia Episcopal peruana. El obispo mostró su preocupación por el acoso que estábamos sufriendo varios periodistas que llevábamos años investigando por abusos e irregularidades a la organización católica Sodalicio de Vida Cristiana. Junto a los periodistas peruanos Paola Ugaz y Pedro Salinas, que desvelaron los abusos del Sodalicio ABCEl obispo de ese entonces, de Piura y Tumbes, José Antonio Eguren, nos demandó por difamación a mí y a mi colega Pedro Salinas, a quien una juez condenó. El Nuncio de ese entonces, Nicola Girasoli, y varios obispos, Carlos Castillo y Robert Prevost, entre otros, se organizaron para solidarizarse con nosotros. No lo volví a ver hasta el año pasado, cuando lo visitamos en Roma, ya como Prefecto del Dicasterio de Obispos, para informarle de que estaban intentando meternos en la cárcel. En mi caso, un juez en Perú acababa de levantar el secreto a las comunicaciones, un atropello en toda regla, que demostraba el poder del Sodalicio en el seno de la Justicia y en la Fiscalía peruana.Campaña contra PrevostGrande fue nuestra sorpresa –para mí y mi colega Pedro Salinas–, cuando el ahora Papa nos reveló que él también era víctima de una campaña de enlodamiento por parte de la agrupación que investigamos. Los sodálites armaron un caso en Chiclayo señalando a Prevost como encubridor de una acusación de tocamientos indebidos de un sacerdote. Su acusador, un sacerdote agustino y satélite de la organización, fue expulsado por el Vaticano el año pasado por corrupción.El Dicasterio de Doctrina de la Fe desestimó el caso pero el daño reputacional en Perú estaba hecho. En aquellos encuentros que mantuvimos en Roma, Prevost estaba tranquilo, pero le mortificaba la impunidad de las mentiras en tiempos de redes sociales. La supresión del Sodalicio de Vida Cristiana no fue una decisión fácil para el Papa Francisco. La gota que colmó el vaso fue ver la campaña contra Prevost y una demanda presentada en Lima contra uno de los investigadores del caso, el catalán Jordi Bertomeu Farnos. En enero de 2025 decidió el cierre del Sodalicio y sus cuatro ramas: Fraternas, Siervas y Movimiento de Vida Cristiana.Los gestos de solidaridad y empatía que el nuevo Papa mostró hacia mí y Salinas, así como con el primer denunciante del Sodalicio, José Enrique Escardó, fueron inolvidables, y refrendaron la idea de que era un pastor que escucha y recibe a todos, seas católico, ateo o agnóstico.El papel de Prevost, como consejero y ciudadano peruano –con DNI incluido –, ante el Papa Francisco sobre el caso Sodalicio fue fundamental para cerrar un caso donde una organización se aprovechó del tratado entre Perú y el Vaticano para enriquecerse a través del negocio de cementerios, inmobiliarias y agroexportadoras, entre otros.Campeones del mundoTras la muerte de Francisco y enojados por el cierre, circuló un dosier bajo el título ‘El expediente Prevost’, que fue repartido en el mismo ecosistema de desinformación de medios ligados a Sodalicio.Mientras León XIV tiene ante sí nuevos retos relacionados con los abusos y la lucha por la justicia, hoy los supervivientes del caso Sodalicio están felices de verlo asumir las riendas de la Iglesia, algo que los peruanos hemos festejado como si hubiéramos ganado el campeonato mundial de fútbol , y lo hemos hecho gracias al padre Robert.

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