Iván Espinosa de los Monteros (Madrid, 1971) dio la campanada hace casi dos años cuando anunció por sorpresa su decisión de abandonar la primera línea política . Desde entonces no ha querido confrontar directamente con su expartido, Vox, pero son varios los mensajes que dejan entrever, al menos, un distanciamiento. Ahora presenta un libro cuyo título, ‘España tiene solución’ (Ed. Almuzara), es un llamamiento a una convicción que repite durante toda la entrevista: «Hay que generar un optimismo que actualmente no existe».—Presenta un libro muy ideológico después de casi dos años alejado del foco, ¿echa de menos la primera línea?—No, no, yo estuve muy contento mientras estuve en política y ahora estoy muy contento fuera. Yo creo que el libro no es tanto ideológico como un libro optimista, que procura generar el clima adecuado para que empecemos a pensar en la España del futuro con un poco más de entusiasmo. Porque tenemos muchos problemas pero una gran nación y lo que quiero es analizar cómo hemos llegado a esta situación de dificultad y las oportunidades que tenemos por delante.Noticia Relacionada estandar Si Espinosa de los Monteros crea un ‘think tank’ abierto a ser un partido Salvador Sostres—Pero traslada mucha desconfianza hacia los políticos y dice que no podemos esperar de ellos la solución. ¿Tan desencantado quedó con la experiencia?—No, todo lo contrario. Yo siempre creo mucho en la libertad individual. Y tenemos un Estado que es una apisonadora, que impide la libertad de los individuos. El Estado es muy eficiente cuando quiere en la extracción del ingreso, pero el Estado no es tan eficiente en la prestación del servicio. Tenemos espacios de libertad cada vez más comprimidos y cada vez menos capacidad de los individuos para salir adelante por sus propios medios.—¿De dónde puede venir entonces la solución si no es de los políticos?—Primero los ciudadanos tienen que crear un estado de opinión que haga que los políticos entiendan que deben devolver el peso del protagonismo al individuo. No podemos esperar que el Estado resuelva todo porque no es una madre que resuelva los problemas, sino que debe ser un árbitro de un terreno de juego en el que seamos los propios españoles los que juguemos.—Anunció su intención de impulsar un think tank, ¿en qué punto está?—El think tank está preparado, espero lanzarlo a la vuelta del verano cuando se inicie el curso político para atraer a gente experta, no solo de la política sino también en educación, sanidad, defensa, exteriores,…; y que hagan propuestas con sentido común, un poco disruptivas, que vayan en la senda de proponer cambios que mejoren la situación de España que son muy necesarios.«Hay hartazgo con Sánchez, distanciamiento de los políticos y poco entusiasmo con la alternativa»—¿Puede ese foro actuar de nexo entre PP y Vox?—Espero que sea punto de unión de todos los españoles, especialmente de aquellos que no se dejan llevar por las ideas de la izquierda y del separatismo. España cuando ha tenido sus mejores años ha sido cuando se ha alejado de las ideas equivocadas y ha tenido una idea común de hacia dónde debía ir. Ojalá esto sirva para estimular este movimiento.—¿Cómo se ve desde la barrera la situación política nacional? ¿Agotará Sánchez la legislatura?—Yo creo que él tiene toda la intención de agotar la legislatura con independencia de todos escándalos que están surgiendo, tenga presupuestos o no… él va a aguantar todo lo que pueda. Pero creo que tiene un frente judicial muy complicado por delante, un frente mediático muy complicado por delante porque van surgiendo cosas cada vez más feas, que son características de su gobierno y de su propio personaje. Yo le auguro una legislatura muy fea, muy complicada, pero no tengo la convicción de que él vaya a dimitir salvo que se vea realmente obligado.—En el libro cuenta cómo se produjo su despertar político en Estados Unidos siendo niño. Pasados los años, ¿cómo está viendo los primeros meses de Donald Trump en la Casa Blanca?—Efectivamente, mi despertar político fue con una película que se llamaba ‘Los gritos del silencio’, que me generó el primer impacto de lo que es el comunismo y por eso soy un ferviente anticomunista, es lo más dañino y perjudicial que ha conocido el ser humano. Hoy Estados Unidos está en un momento político completamente diferente, hay una sociedad muy polarizada, a mi juicio consecuencia de una izquierda cada vez más sectaria, y la reacción a eso es la segunda legislatura de Trump. Él llega con la lección aprendida de la primera y es un Trump muy distinto. A mí hay cosas que me gustan mucho y cosas que me preocupan un poco. Las que más me gustan son su batalla ideológica y batalla cultural contra el mundo woke, la reducción del tamaño del Estado, la aplicación de la tecnología para mejorar la eficiencia y también la generación de un optimismo que cuando se viaja a Estados Unidos se percibe.El autor de ‘España tiene solución’ en una azotea de Madrid tania sieira—Entre las cosas que le gustan no ha citado los aranceles.—Claro, eso no son las cosas que me gustan. Como yo creo en el libre comercio como la forma de generar prosperidad y crecimiento, y el arancel es una barrera a eso, no me gusta tanto. Quiero creer que lo que estamos viendo ahora son técnicas de negociación de Trump para acabar en un mundo en el que se derriben las barreras comerciales siempre y cuando se comercie entre naciones en igualdad de condiciones.—Otro de los asuntos que ha marcado los primeros meses de mandato de Trump ha sido su postura respecto a la guerra de Ucrania. ¿Hay peligro de que Putin no acabe derrotado y por lo tanto persista la amenaza sobre Europa?—Esa es efectivamente una amenaza muy real. Lo que Trump está haciendo es algo que a nosotros los europeos no nos beneficia y por tanto no nos puede gustar. Pero es que Trump no ha sido elegido presidente del mundo sino presidente de Estados Unidos. Y aunque a mí no me guste, puedo comprender que está diciendo que Estados Unidos ha asumido el peso de la OTAN de una manera desproporcionada y ahora Europa debe asumir su responsabilidad de defensa. Y si no son capaces de resolver el problema de Ucrania, que es un problema europeo, nosotros no vamos a estar financiando esa guerra. Y claro, esto supone que una nación soberana como Ucrania que se ha visto invadida por otra nación se va a ver en dificultades para defenderse si Europa no es capaz de sustituir a Estados Unidos en ese papel de apoyo. Y como no somos capaces y llevamos décadas descuidando la inversión en defensa, la defensa de nuestra soberanía y nuestra propia protección, el final de ese conflicto, que es deseable que acabe, no va a ser de la manera que Ucrania esperaba.Relación con Rusia «La postura de Trump en Ucrania a los europeos no nos beneficia»—Pero entonces se mantendrá el riesgo para Europa.—El riesgo está siempre ahí. Yo he trabajado mucho en Polonia, donde tenían desde siempre una conciencia muy definida del riesgo que suponía Rusia y a mí me parecía una exageración fruto de su historia. Han hecho el esfuerzo de invertir en defensa y se ha demostrado que tenían razón.—¿Puedo preguntarle si le gusta más Viktor Orbán o Giorgia Meloni?—Yo creo que Meloni es la líder occidental o la líder europea más interesante que hay en este momento.—En cambio Vox ha optado por pactar en Europa con Orbán. Por este y otros asuntos se le ha identificado a usted con el sector crítico del partido, ¿se siente cómodo en ese espacio?—Yo me siento una persona libre de expresar su opinión, soy un afiliado de base mientras no me se me expulse del partido y me siento muy libre para expresar lo que pienso. Y lo que pienso es que Meloni es la persona más interesante de la Europa actual y además una lideresa de centro derecha que ha demostrado cómo se puede tener unas convicciones firmes y fuertes y a la vez una capacidad de comunicación con un tono muy apropiado para la institución que está dirigiendo. Yo creo que el éxito que está teniendo Meloni tanto en Italia como en el conjunto de Europa se debe a la capacidad para expresar las ideas fuertes de una manera razonable, sensata y entusiasta. Meloni es una primera ministra que crea enormes expectativas a su alrededor y de quien yo creo que podemos aprender mucho.—Sigue entonces con el carnet de militante de Vox.—Mientras no se me expulse, sí.—¿Teme que le expulsen?—Prefiero no hacer un pronóstico al respecto.—Nunca ha explicado con claridad por qué decidió abandonar la política en aquel momento, justo después de las elecciones de julio de 2023.—Era una decisión que había tomado ya un tiempo atrás y que hice en el momento en el que lo hice para no perjudicar al partido. No quise hacerlo justo antes de las elecciones, lo hice justo después.—En el libro habla de España, su pasado y su futuro pero guarda silencio sobre Vox. ¿Por qué?—El libro habla del futuro, de las posibilidades que tiene España, de nuestro potencial como nación y yo creo que una de las cosas que tenemos que hacer, especialmente a raíz de los resultados del 23, es intentar ser todos un poco más tolerantes especialmente en lo que no es la izquierda. Todos un poco más tolerantes unos con otros e intentar buscar lo común, lo que nos une. Y lo que nos une es el interés por España. Por tanto las guerras fratricidas, las luchas dentro de los partidos de la derecha creo que tenemos que supeditarlos al interés general, que es no solo sacar a Pedro Sánchez del Gobierno sino además generar un espacio de entusiasmo y optimismo. —¿Qué debería pasar para que volviera usted a la primera línea política?—No sé, no me lo imagino (risas). Pero lo que sí sé es que hay ideas buenas, que España tiene solución y que yo espero que el siguiente gobierno, sea del color que sea, sea capaz de crear una plataforma de entusiasmo u optimismo a la que la gente quiera adherirse. Hoy por hoy esto no lo tenemos.—¿Ve a Feijóo capaz de liderar un gobierno con ese optimismo?—Eso dependerá de los españoles, pero yo lo que percibo es un enorme hartazgo con el actual Gobierno, un distanciamiento cada vez mayor con los políticos y poco entusiasmo con la alternativa. Ojalá de aquí a las elecciones eso se resuelva, pero hoy por hoy yo veo más hartazgo con lo existente que entusiasmo con la alternativa. Y de verdad que la alternativa no es tan difícil, es hacer todo lo contrario a lo que ha hecho Pedro Sánchez en los últimos años y con eso ya avanzaríamos, pero hay que dar una batalla cultural, hay que generar un lenguaje nuevo, hay que generar optimismo, hay que preparar un camino de crecimiento y libertad… Hay que dar un impulso como no ha tenido España en los últimos 30 años.

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