Llegó el gran día. Este sábado 17 de mayo, y desde el St. Jakobshalle de Basilea, se celebrará la final de la 69 edición del festival de Eurovisión. Quizás por este número tan ‘ordinal’, tanta calentura entre muchas de las delegaciones.En una edición irregular, de perfil muy plano, Melody, la diva española que madruga (sale en la sexta posición) se las tiene que ver en esa jornada con Suecia, Austria y Francia, las grandes favoritas.Las dos semifinales del martes y el jueves se saldaron con eurodramas como la descalificación de Bélgica, con Red Sebastian, uno de los favoritos, y Australia, que nunca había dejado de pasar a la final desde que se le invitó a participar en el certamen en 2015, y su buena ración de ‘haterismo’ a Israel, país rodeado de polémica desde hace dos años por Palestina. Esta es la guía canalla para seguir las entradas de los 26 países seleccionados, donde cualquier país puede dar la campanada, visto el rifle de feria que es el televoto tras las dos galas de esta semana.1 En Noruega están a la que salta EP Noruega Kyle Alessandro. ‘Lighter’En este festival había dos tratamientos contra el cáncer sobre el escenario, pero se ve que solo uno fue ‘efectivo’ de cara a las audiencias. Este fue el del noruego Kyle Alessandro, frente al esloveno (al que posiblemente se le dejó fuera por dar la brasa con el álbum familiar, como cuando nuestro cuñado vuelve de vacaciones y quiere enseñarnos todas las fotos de la cámara). El caso es que el joven nórdico se convierte en esa luz que guíe a su madre enferma, aunque por la puesta en escena parezca más que quiera ligársela. Al chaval lo suyo se le queda grande, y muchos cereales le quedan por desayunar aún para que su actuación esté a la altura de lo que quiere transmitir. Un AliExpress de manual. Fuego frío el que al final ofrece este caballero medieval del siglo XXII con antecedentes españoles, que se quiso presentar al Benidorm Fest pero que no le dio tiempo. ¡Para pegarle con el mechero, Sole!2 No es buena idea jugar con muñecas en Luxemburgo Reuters Luxemburgo Laura Thorn. ‘La Poupée Monte Le Son’Se nota que Luxemburgo ha estado mucho tiempo fuera del festival de Eurovisión y que no le pilla el punto a los nuevos aires que soplan en el certamen. De hecho, seleccionan una canción sobre una muñeca que le hace la réplica y lectura woke a esa ‘Poupée de Cire» con la que France Gail ganó la cita par el Gran Ducado hace 60 años. Y se nota también que es este un país pequeño, y que cuesta encontrar cantantes, porque Laura Thorn, otra muñequita, tampoco es que sobresalga por su capacidad para mantener la afinación. Lo más sobresaliente de esta Barbie día y noche (¡qué pesadilla esta edición del festival con los cambios de vestuario!) es su intro, que nos introduce por el ojo de una cerradura en una casa de muñecas donde la luxemburguesa se ve más preocupada por el «acting» que por el «vozing». A todas luces, que son muchas, están jugando con ella.3 ‘Cafre’ ‘macchiato’ de Estonia para el eurofestival AFP Estonia Tommy Cash. ‘Espresso macchiato’No puede haber una edición de Eurovisión sin su mamarracho de turno. En esta, nos ha tocado un ‘cortito’, digo, uno que va pidiendo un cortadito, aunque algunos han querido ver en él la venganza por la eliminación el año pasado por cuestiones políticas del holandés Joost Klein, otro al que le faltaban algunos hervores… a la leche de su café. Lo que presenta este sujeto sobre el escenario de Basilea ya lo hemos visto mil veces: un intérprete sin voz, con bailecito absurdo, un cuerpo de baile que parece un equipo de vigilantes jurados, fondos random como de aeropuerto y hasta una espontánea (que no le llega ni a la altura de los zapatos a la Silvia Abril del Chikilicuatre ). La novedad es que quizás no lo habíamos visto todo junto y que le funciona a este ‘cafre’ macchiato. Por cierto, su uso estereotipado del italiano ya le ha valido las quejas del país de origen de esta lengua, que él se pasa por la Fontana di Trevi. Delegaciones como esta, que lo petarán en el telefoto de la final, es el resultado de permitir el café para todos en el festival.4 Israel, en su propia torre de cristal Reuters Israel Yuval Raphael. ‘New Day Will Rise’Lo de Israel es provocación, se mire por donde se mire. Y lo de RTVE y la televisión suiza, falta de profesionalidad en la retrasmisión de su entrada en la segunda semifinal. Porque, sí, porque yo también podría decir aquí que si ocupación de Palestina, que si exterminio, que si una guerra con 50.000 víctimas mortales y 15.000 niños (cifras que se repiten como un mantra y que parece que no se mueven ya desde hace meses), pero no lo hago y me dedico a intentar explicarles lo de la delegación israelí y por qué considero que es una provocación, y no como hicieron los comentaristas españoles que nos dejaron a medias, sin dar datos random y absurdos sobre los intérpretes como hicieron con el resto de países. Pero digamos antes de nada que, si la situación no estuviera tan embarrada, Israel llevaría un par de años llevándose el eurofestival de calle, y no porque regale tarjetas SIM para votar desde le extranjero (eso se decía el año pasado), sino porque es de los pocos que apuestan por la calidad en los intérpretes y en las propuestas. Esta vez se han traído a una víctima de los atentados de Hamas del 7 de octubre (y ojo: decimos víctima, que parece que las hay de primera o de segunda en función del agresor y de la violencia que se trate. Lo digo por lo del escarnio público a la cantante, que lo resume todo en una frase de su propuesta: «Todo el mundo llora»). El caso es que la señal de Eurovisión se pensó que todos somos bobos y nos mostró la actuación de la israelí sin sonido ambiente (es obvio, y hay vídeos de los abucheos) y con sus habituales aplausos y ovaciones enlatadas del final. Mientras, esta Raphael judía (¡un escándalo!) interpreta su tema -cuyo compositor es el mismo del año pasado y la canción suena exactamente igual- en su propia torre de cristal, aguantando el tipo. Porque ella, que habla de paz y de compasión, como no pude ser de otra manera en el ‘peacewashing’ de este país año tras año, hace con sus piedras de cristal de swarovsky su pared.5 No es buena idea dar de comer al lituano después de las 12 EFE Lituania Katarsis. ‘Tavo Akys’Primer susto de la noche (el israelí no cuenta, que eso es más el momento «cuñados»: ¿pues me puedes explicar por qué Rusia no y los judios sí? ¡Es el dinero, estúpido!). Porque la banda lituana parece formada por los integrantes de los chicos del maíz, con un intérprete que hace pensar que se hace la raya del pelo con un hacha. Dicen que lo suyo es rock experimental, y les llaman ‘banda catarsis’, y lo que pretende ser una canción sobre el poder de la mirada y la comunión que experimentan dos personas a través de las mismas acaba pareciendo una sesión de espiritismo con todo saltando por los aires (de hecho, las piedras de sus fondos se asemejan a los restos de las que usa Melody en su puesta en escena).A mí realmente la sensación de angustia que me produce es más similar a cuando me coloco del revés la lentilla o se me mete una pestaña en el ojo. Y yo sé que no son ellos, que soy yo, pero prefiero esquivarle la mirada a esta delegación, no sea que acabe con la vista cansada.6 ‘Melodiva’, por España, en el festival Reuters España Melody. ‘Esa diva’Vamos por partes, que aquí hay mucha tela que cortar, más que la que se ha usado para la cola del traje de Melody. Punto número uno: tenemos que ajustar lo que viene siendo el Benidorm Fest, ese equipo que selecciona las canciones que al final se nos despachan en las dos semifinales. Porque no nos podemos creer que en un país con 50 millones de habitantes y la tradición cultural que tiene, acaben servidos sobre un escenario los bodrios tiktokeros y ‘centennial’ con los que nos deleita. Segundo: lo mismo también nos tenemos que hacer mirar lo de que el ganador tenga que ser el que represente a España en Eurovisión, porque ya está bien de esa tendencia a elegir lo que mejor va a sonar en las fiestas de nuestros pueblos, la banda sonora mamarracha de nuestros cumpleaños etílicos y esa actitud de «nosotros vamos a Eurovisión a divertirnos, el resultado nos da igual». No: Nosotros vamos a Eurovisión a ganar. Y tres. La canción. Melody es una profesional y la muchacha está haciendo todo lo posible porque esto salga a flote, pese a las dificultades (y sus propias dificultades: ni habla inglés y representa un modelo de diva del pasado, de folclórica que solo entendemos en España ). Pero telita de ‘hate’ contra la persona porque no se eligió a nuestro favorito o favorita en Benidorm. Son lentejas. Esto es lo que hay y con esto deberíamos remar todos a una, ¡hombre ya, por Dios!Dicho esto, ‘Esa diva’ era, de lo malo, lo mejor en nuestra preselección nacional, y ante el bajísimo nivel de Basilea, una propuesta hasta solvente. Melody sale a demostrar que es una diva de pantufla, una diva que madruga, y por eso ahí la tenemos en la primera parte de la final, con una entrada muy flamenca que por momentos se parece demasiado a Gloria Trevy y en ocasiones se le va la mano homenajeando el «Sissy that walk» de RuPaul (eso por no hablar de lo que abusamos de subwoofer con soniquete a motor quemado). La performance final, que ella comienza vestida de bruja Truca de luto y acaba de majorette de Super Bowl, no termina de estar bien empastada (de la realización de planos largos ni les hablo), con demasiados elementos y estímulos y con, a todas luces, dos puntos flacos: de un lado, ese telón que tanto desluce la primera parte, empleado para ocultar una escalera (a falta de columpio) y que los bailarines no acaban de correr bien del todo (la cantante se lo va a comer, y una diva no se abre la cortina ella sola, se la tienen que abrir). Y esa pirueta del final, que parece que no pero luego es que sí y que nos puede dar un disgusto. Y luego está todo ese barroquismo andaluz: pirotecnia, bailarines a diez kilómetros de la intérprete, sombrero cordobés, bata de cola, el homenaje a Stonehenge del fondo, los planos sacados de la chistera de un mago… Poca fuerza para tanto huracán. Ya verán, ya verán…7 Ucrania de cuento en el festival AFP Ucrania Ziferblat. ‘Bird of pray’El apego de Eurovisión con Ucrania empieza a oler ya, y en algún momento habría que darle la patada a sus propuestas noventeras demodé de aires folclóricos y esencias pacifistas. Sobre todo porque no nos ha dolido en prendas echar a Australia. El martes pasado era el día, pero no. Europa volvió a darle el pase a la final del festival a los eslavos, que s iempre es más fácil y más barato que dotarles de armamento necesario para acabar una guerra. Y mira que Ucrania tira de la cuerda, pero lo de este año clama al cielo (nunca mejor dicho, por el título de su canción: ‘Pájaro de oración’): un grupo cuyo intérprete lleva repitiendo corte de pelo desde 1963 y que se deja asesorar por los ABBA de Waterloo para su vestuario. Un principito de cuento del que sabemos el principio y muy probablemente el final. Eso sí: esta es la delegación favorita de Anne Igartiburu por la cola con forma de corazón de la levita del batería, lucecitas aparte.8 Reino Unido, para haberse ‘matao’ Reuters Reino Unido Remember Monday. ‘What The Hell Just Happened?’El Reino Unido clama por un Brexit, pero de otro tipo. Los británicos demuestran lo que ocurre cuando apuestas por intérpretes que son fenómenos de redes sociales, con 12 millones de likes en TikTok. Porque las tres señoritas de Remember Monday pueden parecer «muy modernas» por su «armonía vocal» de «toques country» (ni que Trump les fuera a votar en Eurovisión, aunque nunca se sabe y lo mismo termina pidiendo representar él a «yiunaitedquindom»), pero déjenlas cantar de una en una, déjenlas. El caso es que lo de estas hijas de la Gran Bretaña, Barbie Frambuesa, Barbie Lapislázuli y Barbie Mantequilla (que es que no se han cortado ni un pelo eligiendo los colores de las princesas Disney) es el descarte de cualquier musical malo de la Gran Vía (no les digo de Broodway). Y se supone que nos están hablando de las consecuencias de una noche de farra, pero hasta el chandelier espachurrado contra el escenario es tan bonito y cool como una lámpara de Ai Wewei. Resacón en TikTok.9 Austria hace las maletas EFE Austria JJ. ‘Wasted Love’De amor desperdiciado habla la entrada austriaca de este año, y de desperdicios va la cosa. Porque JJ como contratenor con golpes de soprano puede ser un virtuoso de lo suyo, intérprete en la ópera de la mismísima Viena, pero transmite lo mismo que la licuadora del australiano. Aún así, es favorito en esta edición, quizás lo único que le haga sombra a la sauna sueca. Lo suyo es completamente diferente y, si me apuran, un calco de lo que ganó por Suiza el año pasado: une persone, subide a une barque (perdón, que con tanto inclusivo me he pasado al murciano) que contra viento y marea interpreta lo suyo que mezcla lo clásico, con lo pop y con lo electrónico. Ahora, que no sabemos muy bien qué sentido tiene meter la ruta del Bakalao en pleno momento de catarsis que el chaval inicia con un barquito de papel super cutre flotando a trompicones por el aire y su mantita de ‘refugees de carita limpia wellcome’. Austria zozobra en blanco y negro pero aguanta el tipo. El tipo aguanta. ¿Habrá quien aguante tanto agudo?10 Islandia, a la deriva en Eurovisión Reuters Islandia Vaeb. ‘Róa’Por lo que sea, Islandia se ha liado con las fechas y celebra el Eurojunior en mayo. Porque empaqueta para Basilea a dos hermano s (Matthías y Hálfdán Helgi Matthíasson, que ya lo intentaron en 2024, quedando cuartos en su preselección nacional), cuya edad debe de ser un tercio de los años que España lleva sin ganar Eurovisión. El caso es que, no sabemos cómo, ellos han venido a Suiza (y a la final), en un barco, de nombre extranjero, remando -título de su canción-, enfundados en los chubasqueros del capitán Pescanova en su versión Club Super3, metalizados y con gafas de esquiar, que para eso estamos cerquita de los Alpes. Piezas de lego virtuales sobrevuelan sus cabezas mientras ellos intentan tirar aquello para delante como sea. Esto debe de ser lo más parecido a Paquito el Chocolatero en cualquier fiesta en plaza de pueblo de este país nórdico (si es que este país nórdico tiene pueblos, plazas o fiestas).11 Comienza la campaña del ojolote en Letonia Reuters Letonia Tautumeitas. ‘Bur Man Laimi’La campanada de la segunda semifinal. Porque nadie daba un duro (o lo que se quiera que se manejara en Letonia antes del euro) por estas Tanxugueiras bálticas. Inenarrable lo de estas Flos Mariae representantes de cierto etno-pop buen rollista cuya estética las asemeja a un banco de ajolotes, con sus antenitas luminiscentes para conectar con la madre tierra. El caso es que ellas van vestidas como de espermatozoides (lo que no resulta del todo mal en una edición tan sexualizada, en la que el que no ha repartido leche ha repartido potorro) para lo que consideran un ritual de hadas. No seré yo el que las censure, que de todo hay en Eurovisión y de todo en la viña del Señor. Lo que no le pasará desapercibido al eurofan español es ese fondo de flecos que tanto remite al de nuestra Blanca Paloma. Se ve que la española lo pidió a AliExpress porque con las letonas sí que hay mucha tela que cortar.12 Países bajos, c’est la vie (en rose) Reuters Países Bajos Claude Kmb. ‘C’est la vie’Países Bajos es el mejor ejemplo de que este año Europa está desnortada, y eso que Donald Trump no se presenta, aunque todo es posible con el hombre que quiso ser Papa. Finlandeses representando a suecos, estonios hablando en italiano (hasta en tres delegaciones se ha usado este idioma), y antiguos holandeses optando por el francés. En el caso de Claude Kmb, este lo justifica en que es el idioma oficial del Congo, del que es originario. ¡Toma ya descolonización centroeuropea! Y posiblemente para evitar una nueva expulsión como la del año pasado, Países Bajos busca una propuesta lo más políticamente correcta posible, con un chaval racializado e integrado que sabe idiomas (otra cosa es que sepa colocar la voz y proyectarla), con su pijamita de raso y sus perlas del Pacífico, que lo termina llenando todo de rosas virtuales. Pero, ¡así es la vida! La ‘vie en roses’.13 Finlandia, ¡como un pepino! Reuters Finlandia Erika Vikman. ‘Ich Komme’Ya lo podemos decir: entre el espermatozoide con el que arrancó la primera semifinal (metáfora suiza de que Eurovisión se gestó y nació en este país), la leche que repartía el australiano, el potorro que sirve la maltesa y las insinuaciones y contoneos de la finlandesa, tenemos la natalidad asegurada en Eurovisión. Y su siempre denostada identidad heterosexual. Finlandia este año no se corta ni un pelo (largo lo lleva Erika) con un tema titulado «Ya voy», con la expresión, en alemán, que un educado teutón (o teutona) utiliza para informar a su pareja que está llegando al orgasmo, por si se quiere retirar y no ponerse perdido. Porque con esta mujer conviene hacerlo (lo de apartarse, digo: no hay más que verla como se come una fondue como el que se come un gofre-polla), que, encuerada y empoderada, empieza usando el palo del micro como una barra americana y acaba subida al mayor micrófono erecto que jamás se hayan imaginado, justo antes de haberse recorrido a la carrera el escenario (que se ve que Finlandia no es lo suficientemente grande para desfogar), bramando su tema (que incluye unas gotitas del ‘Conspiración’ de Olé Olé , que a su vez ya era otro corta y pega). A mí me da que Erika Vikman es el as en la manga de este país eslavo ante la amenza rusa. Qué duda cabe que la finlandesa dejó embarazados (digo, extasiados) a todos los heterosexuales en su segunda semifinal. Como diría la gran Beatriz Pérez-Aranda, ¡Finlandia va como un pepino!14 Italia, al turrón (del duro) Reuters Italia Lucio Corsi. ‘Volevo essere un duro’Juego de duros y blandos este año en la delegación italiana. Porque, les cuento, el ganador de Sanremo, Olly (¡holi!), que era el que les tendría que haber representado, resultó ser al final demasiado duro (él usó para excusarse el eufemismo ‘no estoy preparado’, pero al parecer es que era un broncas de cuidado), así que le dieron paso al segundo, el típico pan sin sal de la clase que ni fu ni fa, que va proclamando por aquí en Basilea que él lo que quiere es ser el malote, el tipo duro. El caso es que ahí tenemos a Lucio, piano infinito, una especie de Mario Vaquerizo dopado intentando poner de moda la hombrera con forma de alita, acompañado del Howard Wolowitz de ‘Big Bang Theory’ a la guitarra, frente a dos grandes transistores de radio analógicos por si se sobreviniera en Suiza un apagón. Dos cosas sí que hay que ponerle en valor al muchacho: una, el tocar en directo. Esto se ve ya poco en Eurovisión, donde todos los sonidos son pregrabados. La segunda, subtitular al inglés su canción: así hasta una abuela bielorrusa puede flipar comprobando cómo organiza gramaticalmente su cabeza un italiano: «Quise ser un luchador de sumo, un traficante de drogas escapando de un perro-lobo» / «Qué duro es el mundo para aquellos que tienen demasiado sol en las gafas»; «medalla de oro escupiendo». Escuchar eso sí que es duro.15 Polonia, colgada de un sueño, como Serafín Zubiri AFP Polonia Justyna Steczkowska. ‘Gaja’Polonia ha encontrado una veta en los ‘pendones familiares’, que diría aquella catedrática de Cuatro, desde esa oda al buen gusto que fueron las queseras de Donatan y Cleo en 2014. El caso es que ahora está afinando el tiro, especializándose en MILFs, con una intérprete polioperada que ya hizo sus pinitos en Dublín en 1995 representando a su país. Justyna, madre de dragones, se empodera, y como chamana de la escena musical polaca que se hace llamar, y rodeada de un ejército de tacones y medias con carreras, invoca a la madre tierra, mientras lanza un conjuro tribal entre tres aros gigantes de luz que la dejan literalmente ‘colgada’. Fuego, humo, violines y banderas de lentejuelas hacen el resto.16 Alemania, oveja que ‘bala’… Reuters Alemania Abor & Tynna. ‘Baller’Alemania está ya tan hasta el pirri de que le desluzcamos tanto sus participaciones en Eurovisión que este año directamente se monta su propia fiesta y canta en alemán. Eso sí: no puede evitar mostrar galones y le enseña al italiano Lucio lo que es un ‘loro’ de verdad. Musicón. Sus intérpretes, hermanos, confiesan que en su casa no había móviles, solo instrumentos musicales. Señal de que esos niños no podían salir medio normales. Por eso el chelo de Abor está tuneado con lucecitas y la falda de Tynna, muy suelta. Su propuesta electro disco-pop no suena mal. El problema es el idioma, que parece que nos están disparando los elementos de la tabla periódica por la línea de los gases nobles. Y es que precisamente «Disparo» o «bala» es el título de lo suyo. Sin duda, esta pareja se trae al St. Jakobshalle de Basilea la ‘rave’ de casa.17 Grecia, en plena plática filosófica con una piedra EFE Grecia Klavdia. ‘Asteromata’Que no es por vicio, que es por necesidad. Pero uno no puede dejar de mirarle las gafas a la intérprete griega durante toda su actuación. Y eso que esta entrada tiene enjundia, que parece muy galáctica y cósmica, pero en realidad es un canto a los refugiados. Aún así, a mí Klavdia se me da un aire a la niñera española de la versión mexicana de «El juego de las llaves» (y con lo caliente que está esta edición, no me extrañaría que fuera ella de incógnito). A los que peinan canas les recuerda más a Nana Mouskouri, que en 1963 representó en francés a Luxemburgo. Su heredera, que acaba vestida de blanco, le canta a un meteorito. Si esto sirve para desviar al asteroide que dice que va a chocar con la tierra en 2032, bienvenidas sean sus invocaciones.18 Armenia, el bombero que quieres, el que tú quieres AFP Armenia Parg. ‘Survivor’Un superviviente, sí, señor, es este Parg, para el que las casas de apuestas no daban ni un duro en la segunda semifinal. Pero, y después del eurodrma, ¿alguien tenía dudas de con quién se quedaría el eurofan medio poniendo al lado al armenio y al belga? Porque hay demasiadas similitudes entre lo del uno y lo del otro. Mucha luz estrboscópica; mucha carrera (este directamente es que corre sobre una cinta de gimnasio); muchas personalidades múltiples que la edición digital distribuye que da gusto en el mismo plano… A eso se une que Parg tiene bastante más sangre en las venas y que enseña pechito, aunque lo de la higiene lo lleva reguleras, con el torso lleno de ¿tierra? Pelo efecto mojado y una voz desbocada termina de cerrar una entrada que coquetea con la formula de Imagine Dragons. Después de tanto traqueteo, lo mejor es esconder al armenio en una caja. Que sobreviva más.19 Suiza, antes de su ‘encontronazo’ con las cámaras EFE Suiza Zoë Më. ‘Voyage’No suelen, los países anfitriones tirar mucho la casa por la ventana con sus propuestas en el año que les toca organizar el festival por eso de que la cuenta ya supera con creces los cinco dígitos y para evitarse el marrón de repetir al año siguiente. Pero Suiza se lleva la palma con la puesta en escena más ecosostenible. De hecho, tan solo se han tenido que gastar un billetito para que Zoë vaya a Basilea (la casa de sus abuelos, de forma que hasta realizan un reagrupamiento familiar), pues lo que ofrece este país es un plano frontal de una intérprete sentada en un taburete hablando, paradójicamente, del viajar (que es un placer que no suele suceder). Y aún así, la televisión suiza fue capaz de perder la señal de la retransmisión en la primera semifinal en lo que es una balada, sin altibajos, de una intérprete profesional, que lleva componiendo desde los diez años y que se inspira innegablemente en la ‘chanson française’. Suiza inventó la navaja, el rallador de queso, el celofán y hasta Eurovisión, pero lo de hacer retransmisiones amenas ya estamos viendo que no es lo suyo.20 Malta, muy a favor del fortalecimiento del suelo pélvico EFE Malta Miriana Conte. ‘Serving’La de Malta es la entrada descontrolada de la edición. En todos los sentidos. Y nos sirve una vez más para ver cómo se las gasta Eurovisión, que permite enseñar pechito, pero no decir ‘potorro’. Así que a la maltesa Miriana Conte le han hecho la campaña, ella que venía dispuesta a darlo todo, a enseñarnos enrevesados juegos de palabras: Porque parece ser que su apellido se pronuncia igual que «chichi» en inglés (bueno, «chichi» en ordinario), que es además similar a «canto» en maltés, que ella reparte en el estribillo de su tonadilla, de forma que la ración de «centennialismo» y empoderamiento estaba servido. Por la puerta de delante del PEC.La organización le retira a la muchacha el tete del escenario y el público se lo corea a voces donde ella no lo puede pronunciar, eclipsando así que se fije en esa orgía de elementos, entre plataformones, abanicos, flecos, luces rojas, tules amarillos, estética burlesque, plumas y estrógenos que es esta propuesta. Pero por si aún no nos ha quedado clarito, tanto Miriana como su equipo saca unas pelotas de yoga para marcarse unos ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico. La cosa está servida.21 Los portugueses, buscando su casa, como ET Reuters Portugal Napa. ‘Deslocado’Lo de Portugal no lo vimos venir. Lo bueno es que tenemos asegurada la entrada que nos permitirá ir al baño en una retransmisión que llega a superar las cuatro horas. Hay quien todavía se echa las manos a la cabeza con la eliminación del hombre de Vitruvio invocado por el chipriota o, todavía peor, el niño estroboscópico de Bélgica (una entrada, que todo sea dicho, solo se aguantaba puesto de pastillas hasta arriba, porque la música electrónica y la puesta en escena no ocultaban un virtuosismo vocal inexistente: en una buena oda al apagón, de haber dejado a Red Sebastian sin luz, habríamos descubierto sin paños calientes que aquello era una actuación de fin de curso). Pero volvamos a Portugal, que se quedó. Y que, como su tonadilla, nos ha dejado ‘descolocados’ a los demás. Su solista se ve que tiene ‘morriña’ (en su caso, saudade), y llega a repetir la palabra ‘casa’ más veces que ET. ¡Que alguien les dé dinero para que eso ocurra antes de que se vean hundidos en la tabla mientras dan la brasa con su baladita de fondos de tik-tok!22 Clase de yoga en la actuación danesa en Eurovisión ‘dipinta di blu’ Reuters Dinamarca Sissal. ‘Hallucination’¡Y ya tenemos aquí la entrada que en estudio suena fenomenal y que en directo te genera vergüenza ajena! Aún así, Dinamarca, que no pisaba una final desde 2021, se cuela en la de Basilea llevándose por delante a favoritos en su semifinal como el australiano o el serbio. En riguroso azul, lo de Sissal, de las islas Feroe, es una auténtica alucinación (título de lo suyo); el arma de destrucción masiva de su país contra el Trump que quiere hacerse con Groenlandia. Un cúmulo de elementos (plataforma para subirse, cortinajes blancos, botas altas, bailarines elásticos, maillot de gimnasia rítmica..) y sobre todo un cúmulo de berridos desbocados y planos desenfócanos «alucinantes». Lo de la danesa es pura magia. Como diría «La bola de Cristal»: nada ella controla, es un alucine.23 Sentadilla búlgara de los finlandeses que representan a Suecia EP Suecia KAJ. ‘Bara bada bastu’Había que decirlo y lo vamos a decir: Tan bajo es el nivel este año en el Eurofestival que son favoritos unos suecos (un país que se puede permitir el mandarte la sintonía de ‘Informe semanal’ con letra de Toni Genil e interpretado por Ábalos, que automáticamente se coloca en un top 3), que en realidad son finlandeses cantando en el idioma escandinavo del vecino (idioma que no usaba esta delegación desde que el inglés se impuso como lengua franca en 1998) y esbozando una oda a las saunas. Una banda que, sin embargo, arrolló al mismísimo Mans Zermelo w en el Melodifestivalen 2025. ¡Así está el patio! La puesta en escena comienza con una excursión campestre con sus fuegos y sus salchichas (palabra que a estas alturas ya no genera ni una leve sonrisita) y acaba sobre un modelo litera-sauna del catálogo de IKEA. Una de dos puede pasar con esta tonadilla que, no lo negamos, es pegadiza y ha estado desde hace meses en el número uno de casas de apuestas: o que caiga la venda en la final y nos demos cuenta de que venden el humo de su fogata, o que se caigan las toallas de sus bailarines. ¿Qué prefieren?24 La Francesa, desde los Alpes, en busca de su mamá EFE Francia Louane. ‘Maman’Llega Francia con Louane (que rima con Slimane, su representante en 2024 ) y se hace un hueco en la lista de favoritos. Y eso que lo de la gala, este año, desborda por muchos sitios. Pero nuestros vecinos le han cogido el punto al rollo melancólico y baladístico en el festival y parece que de ahí no se van a bajar. Este 2025 celebran con retraso el día de la madre, con una artista que es icono en su país y que aunque era presentada por Toni Aguilar y Julia Varela como «un puente entre lo personal y lo universal», se ve que su fama a nosotros no nos ha llegado. El caso es que la francesa tira de metáforas, invoca a la madre muerta y le pide a su propia hija que entone el «mamá» final para cerrar el círculo: pasado y futuro, rebozado en arena de gato (que en realidad es la arena de un reloj, que en realidad es corcho), que no deja ver que ella se mantiene descalza (¡descalza!, ¡Con el yuyu que da eso en Eurovisión) sobre un espejo. Madre no hay más que una pero Francia está dispuesta a vender a la suya por un micrófono de cristal.25 ^San Marino, ¡que te, que te! Reuters San Marino Gabry Ponte. ‘Tutta l’Italia’Nos estaba faltando un DJ y aquí tenemos a San Marino. Echábamos de menos la IA en los fondos, y este pequeño país europeo no se corta y la aplica con el David de Miguel ángel o la Fontana de Trvi. Se ve que a esta delegación le va el travestismo y, tras intentarlo el año pasado con el idioma español y el grupo Megara, este año apuestan por su propia lengua, el italiano, pero con una propuesta que más bien parece la del país que le absorbe por todos los lados. Gabry, integrante de Eiffel 65, grupo con el que lanzó el éxito mundial «Blue (Da Ba Dee)» en los noventa, no canta (ya lo hacen por él dos enmascarados) ni baila (solo da botes), pero, vestido de chef de los de dos estrellas michelin, tira de tópicos italianos que yo no sé cómo este país no se ha planteado invadir la Serenissima Republica. Bueno sí: porque le vendieron este pack como sintonía del Festival de Sanremo y todos contentos. Se le abren los frentes a los transalpinos.26 Albania y el pequeño tamborilero AFP Albania Shkodra Elektronike. ‘Zjerm’El personal poniendo a caldo en redes a María Eizaguirre por su bolso con la bandera de España pero dejando pasar a la final la canción patriótica de este dueto de exiliados a Italia que ahora tocan suelo suizo. A saber con qué intenciones. Lo suyo, en un perfecto gheg (dialecto albanés, que se ve que encandila a las masas), es explicado como un salmo envuelto en música electrónica contemporánea. Lo cierto es que esto es un pastiche que no tiene por dónde cogerse, en el que él rapea y ella frasea, y de vez en cuando golpean unos cubos luminosos que hacen las veces de tambores. La canción comienza recordándonos muy mucho el ‘Con altura’ de Rosalía en sus acordes, mientras la intérprete, enfundada en un traje de carne humana, acaba invocado un ‘miserere’ y desfilando por la pasarela. ¿Qué puede salir mal? De momento, como diría Rupaul, ‘shantay, you stay’. Albania y cierra el festival.

Leave a Reply