El panorama a final de la pasada temporada era desolador. El Barcelona cerraba el año en blanco, seguían retumbando las palabras que Messi pronunció en 2020 («hoy por hoy no nos da para ganar la Champions») y la crisis económica de la entidad impedía invertir en fichajes de campanillas, que más allá de ilusionar a la afición, permitieran revertir el preocupante momento deportivo que vivía el club. Además, la llegada de Hansi Flick, un técnico alemán, desconocedor del entorno culé y al que no se le relacionaba con la filosofía de cantera, aumentaba la preocupación.Solo los brotes verdes anticipados por Xavi Hernández, con su valiente apuesta por la Masía y la explosión de Lamine Yamal , siendo decisivo en la Eurocopa que ganó España este pasado verano, permitían soñar con un año de transición en el que poder recuperar sensaciones en Europa y recortar distancias con el nivel mostrado por el Real Madrid. Pero el hispanomarroquí ha dinamitado todas las previsiones y ha aceptado el testigo que le convierte en el relevo de Messi a sus 17 años, Sobre él se sustentan los éxitos que ha logrado el Barcelona esta temporada (Liga, Copa, Supercopa y semifinal de Champions), con gregarios de lujo surgidos de la Masía. Jovencísimos futbolistas que han devuelto la ilusión a una afición ávida de resultados.Noticia Relacionada estandar Si Hansi Flick, el alquimista del título de Liga Sergi FontJordi Roura, que entre 2014 y 2021 ocupó el puesto de responsable de la Masía junto a Aureli Altimira, es uno de los máximos culpables en la captación de Lamine Yamal cuando apenas tenía seis años. El exfutbolista (jugó en el Barça de Johan Cruyff entre 1988 y 1990) atiende a ABC y no duda en reconocer que tuvo dudas al ver a Lamine por primera vez. «Le hicimos una prueba cuando tenía seis años y al verle salir al campo pensamos que nos habíamos equivocado. Era delgadito, poca cosa y además caminaba raro… Pero cuando cogía la pelota hacía cosas que no te esperabas, era distinto a todos. La primera sensación fue de escepticismo, pero rápidamente nos dimos cuenta que este jugador era otra historia».Hoy no ha dudas del liderazgo del adolescente de Rocafonda, capaz de improvisar ruletas, caños, regates impensables y un fútbol de fantasía más propio de las brasileñas playas de Copacabana que del encorsetado juego táctico europeo. Imprescindible para Flick ha sido titular en 48 partidos (28 de Liga, 5 de Copa, 13 de Champions y 2 de Supercopa) y los únicos 5 partidos que se ha perdido han sido por una lesión de tobillo. «Tenía claro que si marcaba sería en partidos importantes», soltó tras anotar dos goles en dos partidos consecutivos: ante el Benfica y en el campo del Atlético de Madrid. Estaba siendo criticado por su escaso bagaje goleador. De momento suma 16 tantos , tres de ellos ante el Real Madrid (uno en el Bernabéu, otro en Montjuic, ambos en Liga, y un tercero en la final de la Supercopa).Imberbe y aniñado, Yamal muestra un desparpajo poco habitual a su edad. Dentro y fuer del terreno de juego. Vive el fútbol como una diversión, aunque ello le lleve a celebraciones criticables como saludar al Rey Felipe VI con dos gafas de sol en la cabeza al ganar la Copa del Rey. «¿Crecido yo? Mientras gane no pueden decirme nada», se defiende antes de recordar que «el miedo lo dejé en el parque de Mataró hace tiempo».Yamal brilla acompañado de una cuadrilla de jóvenes futbolistas salidos también de la Masía . Captados cuando despuntaban siendo muy jóvenes, se han ido curtiendo en el fútbol base culé, donde la metodología del club catalán les iba moldeando y adaptando al estilo de juego habitual del primer equipo. Tienen entre 17 y 23 años y se han ido aposentando en el primer equipo azulgrana. Marc Bernal (lesionado a principios de temporada cuando se había ganado un puesto titular como mediocentro), Pau Cubarsí, Alejandro Balde, Gavi, Gerard Martín, Marc Casadó, Fermín López, Héctor Fort y, sobre todo, Lamine Yamal, no solo opositan a hacer historia en el Barcelona sino a formar parte de la selección española.El trabajo de captaciónPrecisamente, quién ya se ha ganado la confianza de Luis de la Fuente es Pau Cubarsí, titular indiscutible en el centro de la zaga del Barcelona a sus 18 primaveras recién cumplidas aunque no estaba tan claro hace unos años. «Teníamos informes de los ojeadores de Gerona y lo vimos en la Powerade Cup. Nuestra preocupación era ver cómo evolucionaría físicamente porque era pequeño. Pedí saber quién era su padre para ver su físico. Vi que era un tipo grande y confié en los genes… Futbolísticamente nos encajaba por personalidad», explica Aureli Altimira.Roura, que fue el segundo de Tito Vilanova entre 2012 y 2014 (una época de gran presencia de la cantera en el primer equipo) también captó a Fermín y a Balde. «Fermín no crecía y cada año su padre pensaba que no le dejaríamos seguir, pero confiábamos en él y en que daría el estirón. Mientras estuvimos nosotros no se movió del Barça y obligamos a algunos entrenadores a que le hicieran jugar a pesar de la robustez del rival», rememora Roura, que también destaca una conversación que tuvo con Alejandro Balde. «Tuvimos que apretarle las tuercas. Lo hacía bien, iba sobradito, pero no al 100%. Si quería llegar, tenía que apretar. Entendió el mensaje».No obstante, aunque el Barcelona recoge ahora el trabajo de los responsables de la cantera, a nadie se le escapa que la situación económica del club ha tenido un peso fundamental en que se apueste por la Masía por encima del mercado internacional. El ejemplo más claro es la confirmación de Marc Casadó, titular indiscutible para Flick hasta mediados de temporada cuando Frenkie de Jong estaba convaleciente de su larga lesión en el tobillo. El técnico germano solicitó el fichaje de Joshua Kimmich, pero el precio que exigía el Bayern lo imposibilitó, permitiendo la alternativa de Marc Bernal y Marc Casadó.La explosión de CasadóGerard López, analista en diferentes medios de comunicación y seleccionador de Cataluña, desgrana la facilidad del Barcelona en crear mediocentros: «Esta gran producción de centrocampistas va enlazada con la mentalidad del club de jugar a un tipo de fútbol, jugando de forma posicional donde la demarcación del pivote siempre ha sido básica y capital. En el fútbol base siempre se ha jugado con ese dibujo que permitiera la creación de jugadores que llevasen la batuta del juego y la posesión de la pelota. Si quieres jugar a una cosa, al final creas jugadores que están acostumbrados a hacerlo desde la base». El Barcelona actual sueña con reeditar la mítica foto del Balón de Oro de 2010, con Messi, Xavi e Iniesta en el podio, o una alineación compuesta por once canteranos, como en noviembre de 2012 ante el Levante (0-4). Mientras, Flick sigue escarbando en la Masía en búsqueda de nuevos talentos. «Lo más importante es que tenemos clara la línea de nuestro modelo de juego y los valores que inculcamos y trabajamos para mantener un camino y una organización. El hecho de que haya muchos jugadores que entrenen con el primer equipo ya es algo muy especial y sobre todo estamos muy pendientes de cuidarlos y que no se pierdan por el camino. Estamos para que el ego no les haga confundirse. En la Masía los chicos comen, estudian, viven y se forman como personas, su formación deportiva está en los campos, las familias valoran mucho la Masía y esto es fundamental», explica José Ramón Alexanko, director del fútbol formativo, en los medios del club.Pedro Nieto, exfutbolista y actualmente comentarista de LaLiga, destaca la importancia de la Masía en la temporada realizada por el Barcelona. «Lamine ya venía avisando, pero ha sido el año de la confirmación de la cantera. Ha sido fundamental y no es fácil porque es un arma de doble filo pero han sido jugadores determinantes que han llevado el peso del equipo y que han aparecido en momentos determinantes», analiza Nieto, que estaca el trabajo del club azulgrana en este aspecto: «El Barça no se fija solo en las aptitudes futbolísticas de un jugador joven sino también en las mentales. La cantera ha tenido más peso que incluso otros futbolistas de la plantilla».La quinta del patioLamine Yamal, la perla de 17 añosPor encima de los goles de Mbappé y de cualquier otro protagonista, la Liga que está a dos jornadas de acabar ha sido el campeonato de Lamine Yamal, una perla de 17 años que ha explotado también con la selección española.Pau CubarsíEl central gerundense (Estanyol, 2007), a sus 18 años, es un fijo en el once de Flick. Solo se ha perdido tres partidos de Liga en los que el técnico le ha dado descanso y uno de Champions por sanción. También es habitual con la selección.Alejandro BaldeEl lateral (Barcelona, 2003) es otro de los fijos, aunque una lesión en el muslo le ha impedido jugar los últimos partidos trascendentes como la semifinal de Champions. Reapareció ante el Madrid. Ha dado 10 asistencias.Fermín LópezRevulsivo para Flick, el centrocampista (El Campillo, Huelva, 2003) ha sabido aprovechar las oportunidades que el técnico le ha dado. Un gol suyo fue clave en Valladolid para remontar y mantener la ventaja antes de la visita del Real Madrid.GaviPenalizado por su lesión de rodilla, el centrocampista (Los Palacios, 2004) se ha perdido el inicio de la temporada y ha ido entrando en las segundas partes. En los minutos que ha tenido ha mostrado su garra pero tiene a varios compañeros por delante.Gerard MartínSuplente de Balde, el lateral (Esplugas, Barcelona, 2002) ha cumplido en los partidos que el titular ha estado lesionado. Recibió el MVP ante el Valladolid hace dos semanas tras la remontada del equipo azulgrana en Pucela (1-2).Marc CasadóEl pivote (Sant Pere de Vilamajor, Barcelona, 2003) ha sido la gran sorpresa. Titular en el centro solo una lesión en la rodilla le ha apartado del equipo. Convenció a Flick de que no había que fichar a Kimmich y recibió la llamada de Luis de la Fuente.

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