El Partido Socialista de Extremadura está viviendo horas complicadas en clave interna y también ante la opinión pública. Su secretario general y presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo , será parlamentario autonómico y, por tanto, aforado, con la causa judicial en torno al hermano de Sánchez por la que ha sido procesado todavía abierta y gracias a la cascada de renuncias de cinco compañeros que le han permitido, tras ‘inmolarse’, que pudiese dar el paso que durante meses dijo que no daría hasta que la investigación estuviese cerrada.De los cinco socialistas que han renunciado a un sueldo bruto anual de más de 66.000 euros que cobrarían como diputados autonómicos, cuatro tienen relación con el líder o directamente trabajan para él en el organismo provincial . El caso más flagrante es, precisamente, el de la diputada que con su renuncia abrió la veda para que Gallardo pudiese llegar a la Asamblea. Se trata de Mari Cruz Rodríguez , que, como avanzaba ABC, le debe buena parte de su trayectoria política: fue su jefa de gabinete y en 2021 consiguió plaza de funcionaria, como redactora, en el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena, donde Gallardo ha gobernado con mayorías absolutas entre 2003 y el año pasado.En todo momento, cara al público, el PSOE extremeño ha defendido estos pasos como un «proceso de partido serio» . En algún momento, incluso, se ha justificado la renuncia de los cinco sacrificados casi como un acto de amor a la militancia y por la militancia. Gallardo decía que, de la misma manera que renunció Rodríguez, podría haberlo hecho cualquier otro porque «la práctica totalidad» de los diputados se habían ofrecido a dar un paso atrás para que él diese «otro al frente». Sin embargo, curiosamente, entre la larga lista de voluntarios, la que dio el paso fue, precisamente, su mujer de confianza, con la que ha compartido años de carrera.En cadenaEl efecto dominó que ha permitido al líder de los socialistas extremeños conseguir su aforamiento podía conllevar, más tarde o más temprano, alguna muestra de agradecimiento, algún premio a los sacrificados más allá de llenar hasta los topes su conciencia de buenos militantes. Sin embargo, nadie, ni propios ni extraños, podían suponer que esos movimientos se producirían con tanta celeridad. El diario ‘Hoy’ publicaba este miércoles, a primera hora de la mañana, que la subdelegada del Gobierno en Badajoz, Maribel Cortés, había sido cesada la tarde anterior, horas después de las renuncias. La propia Cortés se lo confirmaba al periódico y en Extremadura se daba por hecho que el puesto sería para Mari Cruz Rodríguez. Así lo recogieron diversos medios locales.La subdelegada del Gobierno en Badajoz,La noticia, de inmediato, provocó un escándalo mayúsculo porque venía a confirmar la sospecha de que, efectivamente, los sacrificados iban a ser recolocados en otras posiciones. Sin embargo, a las pocas horas, el delegado del Gobierno, José Luis Quintana -figura cercana a Pedro Sánchez- aseguraba ante los medios que Cortés «no estaba cesada» y que nunca lo había estado. Lo decía con cara de circunstancias y sin ir mucho más allá. «Es una persona de mi total confianza y sigue siendo subdelegada», sentenciaba. La situación, por momentos esperpéntica, tomó todavía más vuelo cuando la protagonista de la historia, la propia Maribel Cortés, admitía que, efectivamente, había confirmado al periódico que había sido cesada, pero, según ella, por «error». «He oficializado un rumor. Entendía que estaba cesada, pero ha resultado que no», afirmó . Esa fue la explicación oficial. De hecho, una vez pasadas las peores horas de la tormenta, el propio Quintana respaldaba a su subdelegada y mandaba «todo su apoyo» a Gallardo.Fractura internaMás allá de cómo se ha intentado justificar, oficialmente, esta rocambolesca situación, podrían hacerse, al menos, un par de lecturas. El supuesto cese se desmiente un par de horas después de que la información salga a la luz. Ya con la dimensión de escándalo, lo que puede invitar a pensar que la jugada se frenó ‘a posteriori’. Sin embargo, hay otra arista en esta historia que toma más fuerza. Maribel Cortés, quien iba a ser cesada, es una mujer fuerte de José Luis Quintana . Cabe subrayar que solo el delegado del Gobierno puede cesar a una subdelegada. El movimiento, visto desde fuera, suponía quitar de su puesto a un apoyo fundamental de Quintana para recolocar a una mujer fuerte de Gallardo, con el agravante de que ésta había dimitido horas antes para permitirle ser diputado y aforado. Algunas fuentes aseguraban ayer que fue el propio Quintana el que frena toda la operación.Desde el pasado viernes, en el momento que Gallardo anunció su intención de entrar en la Asamblea de Extremadura, el PSOE regional se ha visto envuelto en una polémica de calado nacional. Se han sucedido las contradicciones, que han llegado a su punto álgido con este conato de cese que ha evidenciado que hay nerviosismo en el seno del partido. De hecho, el propio Miguel Ángel Gallardo, que volvió a hablar ante los medios, dijo no poder confirmar ni desmentir que Cortés había sido cesada . El líder del PSOE de Extremadura decía no saber lo que ocurría en su partido; mientras, el otro gran peso pesado del partido, que es Quintana -con él que promovió la fracasada fusión de Don Benito y Villanueva- salía a hacer frente a los rumores.Sobre lo que sí habló Gallardo, otra vez, fue de su aforamiento. Insistió en que no le reporta inmunidad, pero llegó a admitir que sí le otorgará «garantías de justicia» ante la «indefensión» que dice haber sufrido desde que arrancó el proceso. De algún modo, reconoció que la condición de aforado, que le permitirá ser juzgado por el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura , le aporta más seguridad legal. Mientras, reiteró en defender que toda la polémica en torno a su entrada a la Asamblea es cosa de la derecha y la ultraderecha que quieren evitar que esté «en el centro de la política» regional para poder confrontar con la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, y «sobre todo trasladar el proyecto de cambio».

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