Nuevo golpe de Trump a Harvard: cierra sus puertas a alumnos

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Nuevo golpe de Trump a Harvard: cierra sus puertas a alumnos

La guerra entre Donald Trump y Harvard ha llegado este jueves a uno de los pilares de la universidad más prestigiosa, poderosa y antigua de EE.UU.: sus estudiantes extranjeros. La Administración Trump ha informado a Harvard que ha perdido la capacidad de registrar a alumnos extranjeros en todos sus programas educativos. La decisión es un golpe financiero fenomenal para la universidad, que tiene en el alumnado foráneo una de sus principales fuentes de ingresos.Harvard fue notificada al respecto a través de una carta enviada por Kristi Noem , la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés). «Les escribo para informarles de que, con efecto inmediato, la certificación de la Universidad de Harvard para el Programa de Estudiantes y Visitantes Extranjeros ha sido revocada», anunciaba Noem en la misiva, fechada este mismo jueves.Noticia Relacionada estandar Si Un empate en el Supremo bloquea el primer colegio religioso concertado en Estados Unidos Javier Ansorena Hubo empate 4-4 sobre la constitucionalidad de ese proyecto, lo que permitió que siguiera en pie la sentencia de la instancia inferior, que había dictaminado contra la creación del centro educativoEn ella, Noem explicaba que la revocación «implica que Harvard tiene prohibido registrar a extranjeros con estatus no migratorio F o J (los visados para estudiantes e investigadores de intercambio, respectivamente) para el año académico 2025-2026». Además, Noem aclaraba que la pérdida de la certificación también significa que los actuales estudiantes con ese estatus «deben transferirse a otra universidad para mantener su estatus no migratorio». Es decir, o dejan Harvard o estarán forzados legalmente a salir de EE.UU.La universidad tiene algo menos de 7.000 alumnos extranjeros, lo que representa un 27% del cuerpo estudiantil. Como muchas otras universidades de EE.UU., afectadas por una creciente competencia por conseguir alumnos, depende cada vez más de los estudiantes que vienen de fuera. En 2010, por ejemplo, los extranjeros estaban algo por debajo del 20% de los alumnos en Harvard. Además, son un músculo financiero irremplazable para la universidad: estudiar en su célebre campus en las afueras de Boston (Massachusetts) tiene un coste de unos 60.000 dólares al año , sin contar con los gastos de alojamiento y manutención. Los estudiantes extranjeros tienden a pagar un porcentaje más alto de ese coste, mientras que muchos estudiantes domésticos reciben subvenciones de la propia universidad.La decisión del DHS es la última escalada de la guerra de la Administración Trump contra Harvard, a la que el Gobierno acusa de permitir una atmósfera antisemita en el campus, en especial durante las protestas propalestinas y antiisraelíes del año pasado que tomaron decenas de universidades de todo el país. Además, la Administración Trump también condena a Harvard de ser un foco de izquierdismo extremo y de prácticas discriminatorias dentro de políticas DEI (diversidad, equidad, inclusión). El Gobierno acusa de permitir una atmósfera antisemita en el campus, en especial durante las protestas propalestinas y antiisraelíes del año pasado que tomaron decenas de universidades de todo el paísEn abril, la Administración Trump amenazó a Harvard con retirar las ingentes subvenciones federales que recibe si no imprimía cambios radicales a su currículum y a sus políticas de admisión de estudiantes y de contratación de personal, así como de reforzar las medidas disciplinarias en el campus. Harvard plantó cara e inició una guerra judicial que, con probabilidad, ahora tendrá un segundo episodio: todo indica que la universidad contestará esta decisión en tribunales y buscará medidas cautelares que le permitan seguir teniendo acceso a estudiantes extranjeros.El DHS ha justificado su decisión actual por la negativa de Harvard a entregar información detallada sobre sus estudiantes extranjeras y sobre su posible implicación en actividades «ilegales» o «peligrosas».En su carta, Noem detalló que ofrecía a la universidad un nuevo plazo de 72 horas para entregar esa información. Todo indica que, como ha hecho hasta ahora, Harvard se negará. Y la guerra entre el Gobierno y el gran referente de la elite académica de EE.UU. se profundizará.

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