David Rockwell, arquitecto: «Creamos lugares que son mejores en persona que en Instagram»

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David Rockwell, arquitecto: «Creamos lugares que son mejores en persona que en Instagram»

Abrió su estudio de arquitectura en 1984 en Nueva York con un equipo de solo seis personas. Cuarenta años después y con 350 empleados, celebra dos décadas de su sede y nueva oficina en Madrid -dos luminosas plantas junto al parque de El Retiro- respaldado por una trayectoria que lo ha hecho reputado y famoso. David Rockwell (Chicago, 1956) es el responsable del diseño de los restaurantes y luego también hoteles Nobu -desde el primero de la cadena, en 1994, ha hecho todos -, además de muchos otros establecimientos de hostelería de lujo. También se ocupa de proyectos educativos y teatrales, su otra pasión derivada de su madre bailarina y coreógrafa, tanto que ha ganado dos premios Emmy y un Tony. Con oficina además en Los Ángeles, su filosofía es «crear un concepto narrativo único e individual» para cada encargo. Atlético y afable, aunque suele vestir de oscuro o de azul, su color favorito aún cuando vive en un mundo creativo que no renuncia al uso de toda la gama cromática -impactado, igual que en su devoción por los espacios públicos, por su adolescencia en México -, el fundador de Rockwell Group -que en España ha hecho, entre otros, el Hotel Inglés y el JW Marriott en la capital, el Seda Club en Granada o Posada Tierra Santa en Mallorca-, tiene dos hijos, prefiere moverse en Vespa por las ciudades, adora a los perros (sus oficinas suelen llenas, los empleados llevan a sus mascotas), toca el piano como «meditación» y siempre tiene uvas, pescado y limonada en la nevera. ¿Hace 20 años, en 2005, por qué escogiste Madrid? Es fácil decir ahora por qué escogiste algo, pero intentando replicar aquello, tuvo que ver con que había aquí una escena emergente en lo gastronómico y también en diseño y nosotros queríamos tener una oficina en Europa porque contábamos con muchos clientes europeos, pero de una manera que no fuera la esperada. Pensando en qué ciudad hacer eso, Madrid parecía una gran opción. Tenía varias personas que trabajaban para mí que querían venirse además, así que surgió como un lugar del que quería aprender y saber más. En ese momento estábamos con proyectos muy interesantes, así que estábamos mirando lugares interesantes culturalmente, y creo que el hecho de que conocía un poco de español y amaba el estilo de vida de Madrid me llevó a ella. Fue una buena elección. Y estos veinte años han pasado así (chasquea los dedos).¿Cómo diste con el concepto inicial de Nobu? Voy a tratar de hacer una respuesta corta, porque no es una respuesta fácil. Creo que Nobu es un genio legítimo, que creó algo nuevo. Probé su comida cuando era voluntario para ‘Meals on Wheels’, una gran organización que ofrece alimentos a los sin hogar, y estábamos trabajando con chefs asiáticos. Eso fue probablemente en 1990 y en ese evento le dije, «cuando vengas a Nueva York, quiero diseñar tu restaurante». Así que me presentó a sus socios, Drew Nieporent y Robert De Niro; fui a Los Ángeles y comí su propuesta y vi que había una combinación de sabores de América del Sur y de Japón, que me pareció especialmente interesante. Y así es como descubrimos el diseño. Cuando haces una película o una pieza de teatro, tienes un guión; cuando diseñas un restaurante, el chef es el guión. Así que yo investigué su origen, investigué su vida, y todo eso llevó al primer Nobu.Diseñas cosas muy diferentes. ¿Cuál es el elemento común o estilo que funciona como un hilo conductor en tus trabajos? Prefiero proyectos en los que no sé la respuesta antes de empezar. Así que intentamos tener un elemento de sorpresa. Porque, ¿qué significan tantos años de carrera? Significa que sabes algunas cosas. No muchas, solo algunas. Y sabes lo suficiente para saber que hay cosas que no sabes, que te provocan curiosidad. Así que esa curiosidad, encontrar nuevos elementos, me caracteriza. Probablemente la iluminación es otra de las cosas que son más importantes en mis proyectos, que creo que viene de mis vivencias en México. México también debe impactar en tu concepción del color. Sí. Creo que el color tiene mucho que ver con la emoción, cómo se siente un lugar. El color y la artesanía. Trabajamos mucho con artistas, y es algo que me interesa profundamente. Aquí en Madrid hay mucho de esto, artesanía y materiales artesanales, tanto tradicionales como nuevos, contemporáneos.¿Qué te gusta más diseñar, restaurantes u hoteles? Me gusta no estar definido en una caja. Me gusta la conexión entre restaurantes, hospitalidad, teatro. Diría que lo que más me gusta es crear lugares donde la gente quiera reunirse, diseñamos pensando en ello. En esto, por supuesto, Madrid ofrece una clase magistral en espacio público e interacción social. Por ejemplo, las fiestas de San Isidro, increíbles. Coinciden con las corridas de toros…Fui un gran fanático en México.¿Has dicho que no a algunos proyectos? ¿Cuáles? ¿Qué es algo que no aceptas más? Si un cliente viene a mí y quiere que repita lo que he hecho antes, le diré no. Si un cliente viene a mí y ya sabe cómo quiere que luzca la obra, le diré no. Si un cliente viene a mí y no podemos satisfacerlo, igual. Aunque esta es una empresa de 350 personas, también tengo que hacer proyectos en los que ellos están interesados. Obras de Rockwell Group en España: Nobu Barcelona, Hotel Inglés en Madrid, y Seda Club en Barcelona.A la hora de dirigir Rockwell Group, ¿cómo definirías tu estilo de liderazgo? Creo que soy un mucho mejor líder que gestor. Así que tengo que organizarme alrededor de buenos gestores. Definitivamente, lidero a través del ejemplo. No pido a nadie que haga lo que yo no quiero hacer. Debo decir que pienso que tenemos el trabajo más afortunado del mundo, crear lugares donde la gente crea alegría. Así que intento liderar poniendo eso en valor, y es una de las razones por las que tenemos una cultura empresarial que atrae a la gente. También, si hay un grupo de diez personas que trabajan en un proyecto, todas tienen una voz. Eso no significa que todas voten, pero todas tienen una voz. ¿Cómo has cambiado a lo largo de estos años de trayectoria y de tener un estudio de seis personas en NY a tres con más de 300 empleados en total? Una cosa que ha sucedido es que ahora tengo socios, algo que ha ido pasando con el tiempo, de forma natural, orgánica. Recientemente Eva Longoria, encargada de nuestra oficina madrileña, también se ha convertido en socia de Rockwell Group. Ella trabajó conmigo cuando tenía 20 años, en sus prácticas. ¡Nos conocemos desde entonces! Creo que seguimos siendo los mismos porque mantenemos nuestra curiosidad, pero he aprendido a confiar en otras personas claves para hacer crecer el negocio. Un crecimiento basado en mi mirada hacia lo que viene, y es en eso en lo que yo necesito enfocarme.¿Te gusta Madrid y España? Mucho, sí. Y creo que aquí la gente es genial. Como todos los de mediana edad, has pasado de un mundo analógico al digital. ¿Cómo llevas esta transformación? Una de las cosas que intentamos hacer es crear lugares que estén mejor en persona que en Instagram. Y por supuesto que mucho de nuestro trabajo se difunde a través de las redes sociales, pero esta característica dice mucho de nosotros. También, en 2008, comencé un pequeño grupo de tecnología dentro de la compañía con el propósito de utilizarla para conectar a la gente. Las experiencias enriquecedoras deben ser en persona, y debemos aprender cómo usar la tecnología para mejorar eso.¿Usan tecnología en sus proyectos? Sí, sobre todo usamos tecnología para comunicarnos. La pandemia nos enseñó algunas cosas. Entonces las ciudades sin gente parecían un teatro vacío. La tecnología demostró entonces que nos permitió una forma de conexión, que no sustituye a la experiencia real pero ayuda.Hablando de teatro, también diseña escenografías de Broadway y también hizo tres de los premios Oscars. ¿Cómo llegó a ese mundo? Mi primer amor fue el teatro, antes de la arquitectura. Mi mamá era bailarina en uno. Pero además cuando vivía en México me enamoré de la arquitectura y los mercados, que es por cierto una de las cosas que me gustan de Madrid, sus mercados. Esas dos experiencias las trasladé luego a la arquitectura. Muchos años después, 10 ó 15, de abrir mi estudio, empecé a mirar de vuelta al teatro y me di cuenta de que allí había cosas que quería hacer. Y aprender. Aprendí del teatro y lo apliqué a la arquitectura, y viceversa. ¿Aún lo hace? Sí. Hice dos shows en Broadway el año pasado. Otra cosa que tiene el teatro es que requiere de la colaboración de muchas personas para colaborar. Todas estas personas crean una memoria. Y creo que es lo mismo que pasa en espacios y restaurantes. Te gustan los lugares o espacios para que la gente se reúna. ¿Eres una persona extrovertida? No lo sé…. Creo que soy una combinación. Creo que soy una combinación de extrovertido e introvertido. Tengo ambos lados, uno público y otro privado. ¿Cómo trabaja cuando diseña, solo y en silencio o en la oficina? Trabajo con un gran grupo de gente y puedo diseñar de las dos manera. También toco el piano, que sí hago en casa de forma solitaria. Y me gusta cocinar solo, resulta muy zen para mí.¿Es una persona diurna o nocturna?Ambas. Me encantan las mañanas, cuando me levanto practico piano y me concentro. Y me gustan las noches, porque es cuando trato con otras personas. ¿Qué es un lujo para ti? Pasar más tiempo con amigos, tener más tiempo para experimentar cosas.Hablando de casas, ¿cuáles son los principales errores que hacemos cuando decoramos nuestro espacio para vivir? Tratar de tener un estilo unificado. Creo que hay que tener una actitud más relajada, entender que tu casa es como un autorretrato, te representa. Creo que cuando la gente diseña casas, piensa que debería lucir de una determinada manera, o como en una foto de revista, cuando deberías empezar por algo que amas y avanzar pieza a pieza a partir de allí. Otro problema es la mala iluminación, ¡es tan frecuente en las casas! Habla mucho del futuro, de la sorpresa y la curiosidad, de lo que se viene. ¿Cuáles son los siguientes pasos de su estudio? Estamos aprendiendo todo el tiempo. Y hay cosas que no hemos hecho y que me gustaría hacer. Parte de lo que me energiza es trabajar con nuevas personas, clientes, chefs. Por ejemplo, nunca hemos hecho un mercado, curiosamente. ¿Esa es su asignatura pendiente?Ah, esa es diseñar la ceremonia de las Olimpíadas.

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