Una petición de colaboración enviada por las autoridades francesas a la Audiencia Nacional ha desembocado en la reapertura de la causa sobre el espionaje con el software israelí Pegasus que sufrieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y tres de sus ministros en 2021 y que acabó en nada, fundamentalmente, por falta de colaboración de Israe l . La causa se abrió en mayo de 2022 y se archivó en julio del mismo año por falta de autor conocido, después de que el magistrado José Luis Calama pidiera reiteradamente y sin ningún éxito que las autoridades israelíes le permitiesen interrogar a los responsables de la empresa que comercializa el programa espía, NSO Group. Pero ayer, la situación dio un vuelco cuando, tras estudiar una orden europea de investigación que había librado un tribunal de París pidiendo información sobre Pegasus a España, el instructor concluyó que los datos que aportaban para sustentar su solicitud podían suponer una novedad en su propia investigación. Ha reabierto el caso, aunque tanto en el Gobierno, como entre los expertos, cunde el escepticismo. «Esperemos que se llegue hasta el final», decía ayer la titular de Defensa , Margarita Robles, cuyo móvil, como el de los titulares de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Agricultura, Luis Planas, sufrió una infiltración con de Pegasus. Subrayó que la colaboración con el juez será total. En el auto de reapertura, el magistrado explica que Francia tiene una investigación abierta desde el año 2021 ante el espionaje en teléfonos de periodistas, abogados, personalidades públicas y asociaciones gubernamentales y no gubernamentales, así como miembros del gobierno francés, ministros y diputados. En ese contexto, ha practicado peritajes de todos los terminales y las líneas afectadas llegando a conclusiones que podrían servir, por contraste, con las pistas que recogió en España el Centro Criptológico Nacional en el móvil de Sánchez y los ministros. nomecites_0712 No me cites, cuéntalo ¿De qué hablan los políticos cuando se apagan las cámaras? ¿Qué hay detrás de sus estrategias públicas? No me cites, cuéntalo SISe trata, en concreto, de los «indicadores de compromiso» (IOC), una serie de datos que pueden indicar que un sistema ha sido comprometido por un atacante. Se utilizan para detectar y responder a incidentes de seguridad informática y «se pueden compartir entre organizaciones y la comunidad de seguridad para prevenir futuros ataques y mejorar las medidas de defensa». Francia ha enviado una lista, así como ha compartido su información sobre ficheros del sistema, las fechas de las actividades dirigidas u observadas, los nombres de dominio y los titulares de los nombres de dominio que aparecieron en el peritaje de las líneas. «Estas investigaciones determinaron que cada servicio que utilizaba el software Pegasus creaba una infraestructura que podía utilizarse para atrapar varios números. Por tanto, es posible establecer comparaciones entre las pistas encontradas en los distintos teléfonos infestados para identificar una única fuente de infestación», señala Calama.Noticia Relacionada estandar Si Moncloa contesta al juez de Pegasus que «no hay ningún secreto que desclasificar» Mariano Alonso Fuentes del Ejecutivo aseguran que ya aportaron toda la documentación disponiblePara el instructor, «la comparación de los elementos técnicos recogidos en la investigación francesa con los obtenidos en España (…) puede permitir avanzar en las investigaciones llevadas en uno y otro país en orden a determinar la autoría» y establecer, en primer lugar, si es la misma. Por eso, encarga al Criptológico Nacional un informe pericial a partir de esos datos que aporta Francia en relación con los recabados durante sus propios análisis, un trabajo que abrirá además la puerta a «un intercambio más amplio de información con las autoridades francesas» porque hay más cosas que ellos tienen y España no: una carta en la que NSO Group, que no quiso comparecer en el tribunal de París, aporta «cierta información» sobre sus operaciones y el proceso de control interno del software. El magistrado considera que ese intercambio permitiría «conocer el contenido» de esa información y acceder a «un detalle más completo sobre las investigaciones técnicas llevadas a cabo por la Agencia Nacional Francesa de Seguridad de los Sistemas de Información». En definitiva, razona Calama, permitirá «una actuación conjunta y coordinada» entre ambos países.El autor, «una quimera»La duda es si servirá para descubrir al autor, pues NSO Group dice que vende el programa «exclusivamente» a Estados para combatir el terrorismo, pero no está claro. En todo caso, fuentes de máxima solvencia consultadas por ABC rebajan cualquier optimismo. « El Centro Criptológico Nacional hará una pericial para tratar de identificar coincidencias con los ataques sufridos por Francia, pero por las comprobaciones ya realizadas con anterioridad, va a ser difícil que se produzcan avances. Lo máximo, y ya es muy complicado, que tenga un mismo origen , pero pensar en atribuir una autoría es, simplemente, una quimera», señalan, para recordar que estos programas «están diseñados para no dejar rastro alguno». «En todo caso —añaden—, la nueva pericial sobre la investigación de Francia sí puede ser interesante para detectar posibles grietas de seguridad».Lo que sostienen es que «sólo si han hecho una chapuza, y no hay el menor indicio de ello» , se encontrará al autor. Todo lleva a pensar en el mismo país como sospechoso, pero lo cierto es que hay otros Estados también interesados en la información de nuestro Ejecutivo. Y ni siquiera está claro que el Pegasus se venda solo a gobiernos.
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