La consejera de Educación del Gobierno asturiano, Lydia Espina, ha presentado este lunes su dimisión «irrevocable», después de la primera huelga educativa en 15 años y una manifestación el domingo a la que acudieron más de 30.000 personas. Se trata de la cuarta consejera que renuncia en esta legislatura, y llega después de la salida de Melania Álvarez , de Derechos Sociales, de la marcha de Belarmina Díaz, que renunció después de la crisis en la mina de Cerredo , y de la salida de Nieves Roqueñí. «El gobierno socialista de Barbón está en descomposición», apuntan fuentes populares a este diario. Espina ha informado de su decisión al presidente, Adrián Barbón, por carta, que según denuncia la oposición «se encuentra totalmente desaparecido». En la misiva, a la que ha accedido ABC, reconoce que los acontecimientos que se han venido desarrollando en las últimas semanas han supuesto para ella un «enorme desgaste emocional y personal que ha llegado a su límite». La semana pasada, el propio Barbón había desautorizado a la consejera anunciando que restablecería la jornada reducida en los meses de junio y septiembreSegún Gloria García, responsable de Educación en Asturias del Partido Popular, la intención de Espina de acabar con la reducción de jornada en los meses de junio y septiembre fue «la gota que había colmado el vaso». En un primer momento, se había pedido a la consejería ampliar el servicio de comedor durante estos meses, para facilitar la conciliación de las familias antes de que los alumnos empiecen sus vacaciones de verano. Sin embargo, la socialista Espina planteó un aumento de la jornada lectiva, si se ampliaba la hora de comedor: « No negoció con nadie , y los maestros se quejaron de la ampliación de las horas lectivas durante unos meses que están pensados para finalizar un curso y darle forma al siguiente».Pero, según ha podido saber este diario, y lamentan los sindicatos asturianos, el departamento de Educación en la región cuenta con varios frentes abiertos , incluso después de la renuncia de Espina. En esta semana de hecho, hay programadas movilizaciones de la educación concertada y de los inspectores educativos, que han denunciado presiones por parte de la Jefatura de Servicio . Asturias, además, cuenta con un déficit importante de auxiliares educativos y tiene problemas para cubrir las bajas de docentes. Además, el programa de la FP dual está prácticamente sin desarrollar en la comunidad, y ha habido cursos de alumnos que han estado sin profesores varios meses a lo largo del curso. «La consejera nunca tenía recursos para nada, pero llama la atención que 103 profesores vayan a impartir asturiano en Infantil . ¿De verdad es esto una prioridad?», se interroga García.Noticia Relacionada Cerredo estandar No PP y Vox acusan a Barbón de ser el responsable último de la tragedia de la mina J. Palomo La derecha asegura que estamos ante el ‘Caso Barbón’ mientras que el presidente del Principado se defiende con que no les interesa saber la verdadLa dimitida consejera ha reconocido que ha cometido errores , «como los comete cualquier ser humano», pero ha defendido que «nunca he tomado una decisión para agraviar o despreciar a nadie». «Todas mis decisiones han tenido como objetivo reforzar un sistema educativo que potenciara las capacidades de todo el alumnado», ha subrayado.Fue en el mes de mayo cuando arrancaron las protestas de las organizaciones sindicales que representan a los docentes: ANPE, CCOO, Suatea, UGT y CSIF. Han venido convocando una serie de concentraciones, manifestaciones y paros parciales en protesta por la gestión de la Consejería de Educación y en defensa de mejoras laborales y educativas. Pero los sindicatos añadieron más reivindicaciones, como la mejora de las condiciones para el personal interino y el cumplimiento de compromisos previos en materia de plantilla y recursos. La tensión entre los sindicatos y la administración autonómica fue en aumento a lo largo del mes, tras el fracaso de varias mesas de negociación que no lograron acercar posturas.Estas movilizaciones se inscriben en un clima de creciente malestar en el sector educativo asturiano, que reclama una mayor inversión pública, la reversión de los recortes heredados de la anterior crisis y una apuesta decidida por la calidad educativa.

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