El Etna, el volcán siciliano más activo de Europa, volvió a entrar en erupción este lunes, causando la huida de turistas y activando la alerta roja en el aeropuerto de Catania. A las 9:24 de la mañana, el derrumbe en el flanco norte del cráter sureste desató una potente explosión, generando una gigantesca nube de humo negro de unos cinco kilómetros de altura.Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), el colapso de material volcánico provocó un flujo piroclástico que avanzó hacia el Valle del Leone (2.900 metros), seguido de explosiones de intensidad creciente. A lo largo de la mañana, la actividad en el cráter sureste evolucionó hacia una espectacular fuente de lava. Paralelamente, el temblor volcánico experimentó un fuerte incremento, alcanzando valores muy altos, con explosiones audibles incluso en Catania , a 30 kilómetros de distancia. Alerta roja en el aeropuertoLas imágenes de la erupción, que rápidamente se hicieron virales, mostraban escenas de caos, con turistas corriendo hacia refugios mientras la columna de ceniza oscurecía el cielo. Frente a estas imágenes, las autoridades transmitieron calma. El alcalde de Catania, Enrico Tarantino, lanzó un mensaje tranquilizador: «Todo está bajo control; es un fenómeno recurrente». Los expertos del INGV señalaron que esta decimocuarta fase eruptiva en los últimos meses se caracteriza por ‘explosiones estrombolianas’ de fuerte intensidad y casi continuas, perceptibles en los municipios de las laderas.El aeropuerto Fontanarossa de Catania a ctivó de inmediato la alerta roja como medida de precaución. «La nube se desplaza al oeste-suroeste. Por ahora, no afecta al espacio aéreo», explicó un controlador. Gracias a esto, se pudieron mantener operaciones de vuelo limitadas, aunque algunos aviones fueron desviados a Palermo preventivamente.Pese a la espectacularidad, la erupción sigue patrones conocidos. El acceso a las cumbres del volcán sigue prohibido indefinidamente. El Etna, con sus 3.357 metros, hoy demostró, una vez más, que s u belleza sigue siendo seductora, al tiempo que causa pánico: mientras los turistas huyen, los cataneses observan con respeto ancestral a su volcán. Así lo asegura el regidor Enrico Tarantino: «Es nuestra montaña la que ya conocemos en todas sus manifestaciones».

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