El culebrón de Corea del Sur busca su final en las urnas

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El culebrón de Corea del Sur busca su final en las urnas

Corea del Sur acude este martes a las urnas para poner fin al drama político en el que se ha convertido su democracia. O al menos para intentarlo. El autogolpe fallido del expresidente Yoon Suk-yeol abrió en diciembre la mayor crisis en décadas, que ha desembocado en estas elecciones extraordinarias tras meses de parálisis instituiconal. Sin embargo, la polémica que genera el candidato favorito, el opositor Lee Jae-myung, y sus cuentas con la Justicia auguran más inestabilidad. El previsible vencedor cerró ayer su campaña con un mitin multitudinario en el parque de Yeouido ante decenas de miles de personas. «Me desesperé tras las últimas elecciones, así que estoy muy feliz de estar aquí. Quiero ver al menos una vez el rostro de nuestro futuro presidente», comentaba entusiasmado Hwang Chan-hee , un programador informático de 53 años. «Todos pasamos miedo cuando Yoon declaró la ley marcial. Fue una locura», sentenciaba otro asistente.Aquella noche del 3 de diciembre, Yoon suspendió los derechos democráticos. Este extremo quedó escenificado en el cerco militar a la Asamblea Nacional, que 190 parlamentarios -de un total de 300- lograron sortear con ayuda de la movilización civil para acceder al interior y derogar la orden apenas seis horas después.Noticia Relacionada Corea: Paralelo 38 estandar Si Armas, heces y ‘K-dramas’: guerra psicológica en la frontera Jaime Santirso La amenaza del régimen comunista, más hermético y fortalecido, condiciona las inminentes elecciones presidenciales del Sur«Estuvo muy cerca», reconoce Sheen Seong-ho , profesor de Seguridad Internacional de la Universidad Nacional de Seúl. «Tuvimos mucha suerte de que las tropas se contuvieran. Y eso en sí mismo muestra un consenso democrático incluso entre el ámbito militar». La imagen de soldados apuntando a la ciudadanía recordó algunos de los episodios más negros en la historia moderna del país como la masacre de Gwangju, cuando el Ejército asesinó a miles de manifestantes que reclamaban democracia. «Este país no había visto una declaración de ley marcial desde 1979», explica Sang-ho Ro, profesor de Historia y vicedecano de la Escuela de Estudios Internacionales Ewha. «La última tuvo lugar tras el asesinato del presidente Park Chung-hee, y se utilizó para silenciar la oposición al nuevo dictador, Chun Doo-hwan. Muchas personas todavía recuerdan cómo la ley marcial reprimió los derechos de los ciudadanos, y habían asumido que la democratización de 1987 puso fin a esa época oscura».Quiebra socialEl fin de la emergencia fue solo el principio. Yoon se atrincheró en la residencia presidencial y durante semanas resistió el arresto protegido por sus guardaespaldas. Esto generó una peligrosa fractura entre las fuerzas del orden y ahondó la polarización social, con manifestaciones enfrentadas y escaramuzas en el exterior del complejo que blandían el término «guerra civil». A mediados de enero, Yoon claudicó y se convirtió en el primer presidente surcoreano detenido en el ejercicio de sus funciones. En abril, en el segundo destituido, después de que el Tribunal Constitucional confirmara el proceso iniciado por la Asamblea Nacional. Yoon afronta desde entonces el enjuiciamiento criminal por insurrección, acusación que conlleva hasta la pena de muerte. El fallo del Tribunal Constitucional inició una cuenta atrás de 60 días para la convocatoria de elecciones. La jefatura del Estado quedó a placer para Lee Jae-myung , quien parecía haber desperdiciado su oportunidad tras perder las elecciones presidenciales de 2022 ante Yoon por apenas apenas siete décimas porcentuales o 250.000 votos, desacreditado por sus propios escándalos.Lee Jae-myung. Partido Demócrata efe De familia humilde, Lee abandonó el instituto y trabajó en una fábrica. En aquella etapa sufrió accidentes laborales que le causaron minusvalías. Retomó los estudios y trabajó como abogado de derechos humanos. Entre 2010 y 2018 fue alcalde de Seongnam y después gobernador de Gyeonggi hasta 2021. Progresista y buen gestor, en 2022 perdió las elecciones presidenciales por la mínima.El candidato del Partido Demócrata de Corea (PDC) está inmerso en procesos legales por supuestos delitos como malversación, obstrucción a la Justicia, desacato y varias violaciones de la norma electoral. Aunque en un primer momento esquivó la inhabilitación por estos últimos, el Tribunal Supremo invalidó el veredicto de instancias inferiores en mayo. La sentencia, en cualquier caso, no se producirá hasta después de su hipotética victoria. «Todos esos problemas legales son fabricados por el Gobierno anterior, no son serios», zanja Sheen. «Simplemente desaparecerán una vez que el señor Lee sea elegido».Las últimas encuestas concedían a Lee más de doce puntos sobre Kim Moon-soo, heredero de Yoon al frente del Partido del Poder Popular (PPP), quien venía recortando distancias. «El entorno político surcoreano siempre ha estado dominado por los conservadores, que controlan no solo el Ejército, también la judicatura y los medios. Por eso plantean esta elección como muy ajustada cuando en realidad no es así», advierte. «La victoria de Lee será aplastante, porque no se trata de una división izquierda y derecha, sino entre quienes quieren proteger la Constitución y quienes quieren romperla».Kim Moon-soo. Partido del Poder Popular afp Kim fue expulsado de la universidad, detenido y torturado en los ochenta, durante la dictadura, por su activismo sindical. Entre 1996 y 2006 fue diputado, gobernador de Gyeonggi hasta 2014 y, por último, dirigió el ministerio de Trabajo en la etapa final del presidente Yoon. Tras ganar las primarias, mantuvo un pulso con el partido, que quería como candidato al ex primer ministro Han Duck-soo.Al otro lado, claro, tienen su propio relato. Los simpatizantes de Kim se congregaban ayer en la icónica explanada frente al Ayuntamiento. «La ley marcial fue un error, pero la mayoría de la gente aquí te dirá que entiende por qué [Yoon] lo hizo», apuntaba el señor Oh, un directivo de recursos humanos. «Lo más importante es que Kim está limpio, y la cuestión central es impedir la elección de Lee, que es un supuesto criminal». Ambos bandos dirimen sus diferencias este martes en las urnas, la única opción admisible en democracia.

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