La OCDE ha acabado con la excepcionalidad española y, por primera vez desde que Donald Trump desató la guerra comercial, ha enfriado la previsión de crecimiento de nuestra economía. En su último informe, el organismo internacional prevé que el PIB español crecerá un 2,4% en 2025, dos décimas por debajo de la estimación de marzo, cuando se publicó el último boletín de perspectivas económicas. Y para 2026, el dato queda en el 1,9%, también, dos menos décimas menos de lo pronosticado hace dos meses. Tras un 2024 en el que el PIB de nuestro país avanzó un sensacional 3,2%, situándose a la cabeza de una eurozona por lo demás deprimida por la atonía de la economía alemana -cinco países de la zona euro terminaron el año en recesión-, en marzo la OCDE elevó tres décimas con respecto al cálculo de diciembre la previsión de crecimiento para nuestra economía. Junto a Turquía, fue la única de las grandes economías a la que el organismo internacional regaló una estimación al alza. Entonces, aún no había llegado el ya célebre ‘liberation day’ de Trump, ni tampoco la tormenta que siguió; desplome de los pedidos en todo el mundo, sacudida en las Bolsas, venta masiva de bonos de EE.UU. y rectificación parcial de Trump, que se avino a negociar sendos acuerdos con la UE, China, México y Canadá. Sin embargo, sí era previsible que se avecinaba una sacudida a la economía mundial, pero muchos esperaban que la poca exposición de nuestro país al comercio con EE.UU. -solo el 5% de las exportaciones van a ese país- mitigaría el golpe. Pues bien, la OCDE estima que no será el caso.

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