El frenazo de los sueldos en 1.500 euros complica el pago de unas pensiones al alza

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El frenazo de los sueldos en 1.500 euros complica el pago de unas pensiones al alza

Ni siquiera los registros récord de empleo por los que el Gobierno se felicita cada mes son suficientes para hacer frente a una factura de las pensiones que no para de crecer a mucha mayor velocidad de la que lo hacen los sueldos que sirven precisamente para sufragar esas prestaciones a través de las cotizaciones. La brecha entre lo que cobra un trabajador y un jubilado se ensancha a medida que transcurren los años, con las nóminas casi al ralentí mientras que las prestaciones por retiro les adelantan de forma fulminante. Por poner dos ejemplos. Casi la mitad de los trabajadores cobran menos de 1.500 euros , la misma cuantía media de las pensiones en vigor que hay ya en España. Y otra referencia: un 52% de la población tiene una nómina de, como mucho, 1.700 euros al mes; la misma cuantía de las nuevas pensiones que se han incorporado al sistema en el régimen general, el que tiene más jubilados. Con un ritmo de crecimiento de salarios y prestaciones que, lejos de acercarse, se va distanciando y tensiona más a la Seguridad Social .Así lo indican el cruce de datos de las dos últimas estadísticas clave que mejor radiografían la realidad laboral y de retiro en España: la Encuesta de Estructura Salarial del INE; y los registros de pensiones de la Seguridad Social. Dos variables que muestran cómo las nóminas han crecido, de media, un 22% en la última década; mientras que las pensiones de jubilación lo han hecho un 36% . Esa ralentización se explica por la pérdida de poder adquisitivo de etapas como la crisis de la inflación frente a la revalorización garantizada de las pensiones. Muchas nóminas, pero no remontanLa distorsión de los sueldos va mucho más allá, a pesar de que el mercado laboral se encuentra en mínimos de parados desde 2008 , con menos de 2,5 millones de desempleados registrados; o con una expectativa de alcanzar los 23 millones de afiliados en el año 2027, tal y como acaba de augurar la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz. El problema es que esos grandes registros ensombrecen la realidad de unas nóminas que se concentran cada vez más entre los tramos de sueldos menos elevados. El INE señala que hay un «desplazamiento de los trabajadores de salarios bajos» hacia el intervalo de entre 15.000 y 16.000 euros. Son los sueldos más «frecuentes» , según destaca Estadística. De hecho, uno de cada cuatro asalariados cobra menos de 20.000 euros brutos al año. Y el sueldo más frecuente, el que más se repite, apenas se sitúa en los 15.574,85 euros. Precisamente, un dato cada vez más cercano al salario mínimo interprofesional (SMI), que ha ido acaparando a cada vez más trabajadores. Al final, ninguna de esas cifras –sueldo modal, franjas bajas, colectivo con SMI, que aglutinan a millones de trabajadores– consiguen superar los 21.000 euros anuales en los que se sitúa la media de la pensión. La evolución de las nóminas en los diez últimos años, desde que España salió de la gran recesión, revela cómo el salario más común ha retrocedido en casi 1.000 euros entre 2014 y 2023. Y en todo ese periodo, en el que cada vez se han sumado más afiliados a la Seguridad Social, al pasar de 8,4 millones a 9,4 millones, las pensiones se han incrementado elevando el colectivo que más cobra no solo por encima de los 1.500 euros al mes. Sino que comienzan a dispararse el número de jubilados que se concentran en los tramos más elevados. Ya hay 455.000 pensionistas que cobran más de 3.200 euros al mes. Son un 7% del total. Y ello tensiona al sistema con prestaciones que duplican el sueldo más común, a pesar de que la máxima se encuentra topada en los 3.267 euros.Ni con el empleo subiendoTodas estas cifras de sueldos y pensiones son las que explican por qué a pesar de que España cuenta con más gente trabajando que nunca, es imposible cubrir el gasto que tiene la Seguridad Social. El aumento de la cuantía de cotizaciones –que sumaron 165.000 millones el año pasado– no consigue compensar los gastos del organismo, que solo en 2024 superaron los 220.000 millones de euros en derechos de pago de todo tipo de prestaciones. Y las previsiones no son halagüeñas: el Estado seguirá inyectando dinero público para pagar las pensiones, las cotizaciones seguirán aumentando para afrontar el crecimiento de las pensiones, que seguirá por encima de las nóminas.

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