Tárrega: «Yo fui de pueblo en pueblo con mi novia repartiendo comida a los afectados por la dana»

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Tárrega: «Yo fui de pueblo en pueblo con mi novia repartiendo comida a los afectados por la dana»

El verano de César Tárrega (Alacuás, 26 de febrero de 2002) no va a ser como él esperaba. Hace solo un año, regresaba de una cesión en el Valladolid y no era segura su presencia en el primer equipo del Valencia, pero doce meses después el decorado es muy distinto. Ha sido uno de los pilares de la defensa che, le ha llegado la oportunidad con la Sub-21 y viajará a Eslovaquia donde la selección de Santi Denia buscará el sexto Europeo de la categoría.—¿Dónde empezó a jugar al fútbol?—En el Don Bosco, el colegio al que iba en Valencia. Yo nací en Alacuás, un pueblo al lado de Aldaia, donde tenían mis padres su casa, y a solo 15 minutos en coche de Valencia. Allí hice casi toda mi infancia, porque allí trabajaba mi madre. Mis amistades y mi día a día eran en Valencia.—Usted ingresó en la cantera del Valencia llegando desde la del Levante.—Sí. En edad infantil el Levante vino a por mí y allí estuve tres temporadas, hasta que en juveniles ya di el salto al Valencia. Siempre he estado en clubes, pero me encantaba jugar en la calle o en el patio del colegio con amigos. A mí me da mucha rabia cuando veo esos carteles de prohibido jugar con la pelota.—¿Era buen estudiante?—Yo siempre tenía una pelota en mis manos, no sabía vivir sin ella, pero era buen estudiante. En ese aspecto no había problemas. Era aplicado. Los problemas venían cuando me ponía con mi hermano pequeño a jugar al fútbol en casa y a darle balonazos a la pared. Eso sí que era peligroso (risas). —¿Sigue estudiando o lo ha dejado?—Empecé Ciencias del Deporte y Fisioterapia, pero al año dejé Fisioterapia porque era demasiado. Sigo con Ciencia del Deporte, pero poco a poco. —Nació en Alacuás, tenía casa en Aldaia y hacía vida en Valencia. Imagino que estos últimos siete meses no habrán sido sencillos para usted, ni para su familia, ni para sus amistades y conocidos.—Bueno, pues ahí estamos y nos vamos recuperando. El daño que provocó la dana fue importante. Vivir el dolor en primera persona fue un proceso muy duro y trágico. Es que nadie se imaginó algo así. Por suerte, en mi familia están todos bien, pero mis padres perdieron sus coches y mi tía, que vive en Alfafar, uno de los pueblos afectados, perdió su coche y la mitad de su casa. La planta baja quedó totalmente destrozada y tuvimos que ayudarla entre todos para sacar los muebles y el barro, limpiar la casa y pintarla de nuevo. Fueron días muy duros. Sobre todo, los primeros porque no había muchas ayudas y éramos los afectados los que tirábamos de todos, ayudándonos unos a otros. Yo, por ejemplo, iba de pueblo en pueblo con mi novia repartiendo comida.—¿Se siente más dolor o más rabia?—Más dolor. Al final fue una cuestión de la naturaleza y ante eso poco se puede hacer. Ver a gente pasándolo tan mal, gente con la que compartes tu día a día y que, de repente, de un momento a otro lo ha perdido todo, es muy doloroso. Hay mucha gente que ha trabajado toda una vida para tener su casa y su coche y lo perdieron todo en horas. Es muy duro. —¿Estuvo a la altura la clase política?—Yo no quiero meterme en eso. No quiero líos, pero es cierto que los primeros días éramos nosotros los que estábamos tirando y la responsabilidad de lo sucedido no era nuestra. Es evidente que una máquina o una persona especializada en desastres de este tipo lo iba a hacer mejor que nosotros, los afectados. Bueno, por suerte, a la semana ya llegó el Ejército, la UME y la maquinaria, y eso se hizo notar. Y las ayudas económicas, al menos con la gente que yo trato, están llegando. —¿Qué le pareció la respuesta de la sociedad española?—Fue emotivo escuchar en cada pueblo a gente de todos los acentos de España. Me gustó esa solidaridad porque creo que la gente se dio cuenta que una desgracia así le puede pasar a cualquiera. Fue muy bonito que hubiera tantas personas que dejaran su vida de lado para ayudar a los que estaban perdiendo parte de ella. Muchos de ellos jóvenes que, aunque digan que somos una generación egoísta, ahí estuvimos ayudando y demostrando que nos preocupa nuestra sociedad y nuestro futuro. Noticias relacionadas estandar No SELECCIÓN ESPAÑOLA Kike Salas, investigado por apuestas ilegales, fuera de la lista definitiva para el Europeo sub-21 Daniel Cebreiro estandar SELECCIÓN SUB-21—Hablemos de fútbol. ¿Quiénes fueron sus referentes? —A mí me marcó el Mundial de 2010. Y ahí estaban Ramos, Puyol, Piqué… Y, luego, en el Valencia me gustaban mucho Ayala y Marchena. —Este ha sido su primer año como profesional en el fútbol de élite, siendo clave en su equipo. Y, quizás, le va a llegar el premio de una renovación y una mejora salarial.—Es cierto que se han producido conversaciones, pero es un tema que llevan mis agentes y desconozco de momento cómo va la cosa. Sé que hay buena sintonía y eso es lo importante, pero no te puedo decir mucho más porque ahora estoy centrado en la Sub 21—¿Qué ha significado la llegada de Corberán al Valencia?—Hay que darle mucha importancia a su trabajo. Desde su llegada nos ha exigido el máximo y esa es la clave, la mentalidad que nos ha inculcado. Nos dijo que fuéramos una piña, que nos metiéramos en una burbuja para que no nos afectara lo que dijeran desde fuera, y que confiáramos en nuestras capacidades. Todo ese positivismo es lo que se ha reflejado con Corberán y por eso le hemos dado la vuelta a la situación. —¿La próxima temporada cuál va a ser el objetivo?—Creo que el objetivo nos lo marcará la pretemporada y lo que nos diga el técnico, pero el Valencia, su afición y su masa social se merece mucho más y hay que estar preparado para que así sea. —El premio a su gran año ha sido el Europeo Sub 21.—La convocatoria del pasado mes de marzo ya fue un sueño, pero estar ahora en la lista definitiva del Europeo es lo que siempre he soñado. Es un orgullo estar aquí, con este grupo de jugadores y representar a mi país—Eslovaquia, Italia y Rumanía en la fase de grupos. Y el sueño de la sexta corona. ¿Se ven favoritos?—Hay selecciones muy duras y el cartel de favorito nos lo tenemos que ganar en el campo, demostrando que hemos venido a ganar el título.—¿Y qué espera de usted?—Estoy preparadísimo para jugar y se lo voy a poner difícil al seleccionador. Santi fue central y nos da consejos buenos a los defensas. Aprendo mucho con él. Es cercano y te hace crecer, y eso quiero seguir haciendo.

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