De Butler a Minnesota, la violencia política se instala en EE.UU.

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De Butler a Minnesota, la violencia política se instala en EE.UU.

Cualquier usuario habitual de redes sociales conoce la bilis violenta que rezuma en ellas. Todavía es peor en los foros, canales y pódcast extremistas que campean en EE.UU. En los últimos años, ese caldo de cultivo violento está aflorando en la vida real del país. El último ejemplo es el ataque a dos legisladores demócratas en Minnesota , en el que una diputada estatal y su marido resultaron muertos y un senador y su mujer resultaron heridos de gravedad. El asesinato político -el sospechoso dejó en su vehículo un listado con setenta personas, todas vinculadas al Partido Demócrata o causas progresistas- ha conmocionado a EE.UU. y ha provocado la condena desde todas las orillas políticas, desde el presidente, Donald Trump , a los líderes demócratas.Pero no es una tragedia aislada, ni ocurre en un contexto limpio de retórica violenta. Solo en los dos últimos meses, EE.UU. ha asistido al asesinato de dos empleados -una joven pareja de novios- de la embajada israelí en Washington; al ataque con cócteles molotov y lanzallamas casero a una concentración a favor de la liberación de rehenes israelíes en Colorado; y al ataque, también con bombas incendiarias, de la residencia del gobernador de Pensilvania, el demócrata Josh Shapiro.Noticia Relacionada estandar No Videoanálisis | El corresponsal de ABC Javier Ansorena, testigo de la protestas contra Trump Javier Ansorena Las manifestaciones han sido alentadas por una coalición de activistas, sindicatos y organizaciones de derechos civiles«Esa violencia horrorosa no será tolerada en EE.UU.», reaccionó el presidente de EE.UU. tras conocer la noticia. Pero la realidad es que la primera potencia mundial está conviviendo con esa violencia.No es algo nuevo en EE.UU., un país donde cuatro presidentes han sido asesinados en su cargo -incluidos Abraham Lincoln y John F. Kennedy-, donde las turbulencias han acabado con líderes sociales como Martin Luther King o Malcolm X. Pero, sin duda, se ha intensificado de forma decidida.El ejemplo más evidente es el propio Trump, que sufrió dos intentos de asesinato en la campaña electoral del año pasado. De uno de ellos, durante un mitin en julio en Butler (Pensilvania), salió vivo de milagro después de que una de las balas del atacante le rozara la oreja.Nadie quiere pensar qué hubiera sido de EE.UU. si Trump hubiera muerto aquella tarde de verano. La tensión política es enorme y el actual presidente ha sido uno de los principales contribuyentes. Más allá de su retórica agresiva -animaba a sus seguidores a agredir a quien protestara en sus mítines y ahora ha amenazado con «pegar duro» a quienes se enfrenten a la policía en las manifestaciones-, el multimillonario neoyorquino tensionó sobremanera al país con sus alegaciones -infundadas, según su propio Departamento de Justicia y los tribunales- de robo electoral en 2020. Aquello acabó en el trágico y bochornoso asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, en el sus seguidores gritaban cosas como «Mike Pence, a la horca», sobre su vicepresidente.No es que Trump no condenara lo ocurrido -un intento de doblegar la voluntad popular en la elección del presidente a través de un acto violento-, sino que ha recompensado a sus protagonistas con el perdón presidencial nada más llegar a la Casa Blanca .Las turbulencias de aquella elección todavía se sienten hoy y han dejado una herencia de amenazas constantes a autoridades: desde empleados electorales a jueces o fiscales, a unos niveles desconocidos en EE.UU. Según los datos recogidos por la policía del Capitolio, las amenazas violentas contra los legisladores en Washington han crecido con fuerza desde 2020, y el año pasado batieron su récord, con casi diez mil casos.También se han acentuado los casos de tiroteos masivos con motivación ideológica: los 11 muertos en una sinagoga de Pittsburgh (Pensilvania) en 2018, los 23 muertos en El Paso (Texas) en 2019 y los 10 muertos en Búfalo en 2022. En los tres casos, los atacantes citaron como inspiración la existencia de una trama judía para reemplazar a la población blanca con minorías raciales.La mayoría de los casos fatales de violencia política, según la Liga de Anti-Difamación, fueron perpetrados por grupos de extrema derecha. Pero también ha habido casos con otras ideologías, como el atentado en Nueva Orleans del pasado enero, por parte de un extremista islamista, con 14 fallecidos. O el asesinato de un alto ejecutivo de los seguros médicos en Nueva York por parte de un joven imbuido de ideología izquierdista y anarquista.Las perspectivas para el futuro inmediato no invitan al optimismo, en medio de una creciente tensión en las calles de muchas ciudades, con episodios de violencia durante las protestas contra la política migratoria de Trump y en medio del despliegue del ejército en ciudades como Los Ángeles y de la promesa del presidente de replicarlo en muchos otros lugares.

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