Escenas de guerreros de hace unos 2.500 años , caras, motivos decorativos como los que habían encontrado en piezas de marfil… los arqueólogos del proyecto ‘Construyendo Tarteso ‘ (Instituto de Arqueología de Mérida) constataron numerosos grabados en la peculiar placa de pizarra que descubrieron en el yacimiento tartésico de las Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) y dieron a conocer a los pocos días de su hallazgo. Pero al ojo experto del epigrafista de la Universidad de Barcelona Joan Ferrer , especialista en lenguas paleohispánicas, le pareció distinguir unos trazos en esta tablilla de artesano que coincidían con algunos signos ibéricos. En particular, creyó identificar uno «muy característico y que no se puede confundir con otra cosa. Una vez que ves el signo I, normalmente indica que hay una inscripción paleohispánica «, explica en conversación telefónica con ABC.Ferrer observó con atención las imágenes publicadas por los medios de comunicación y advirtió algunos signos más en los bordes de la pieza, bajo el guerrero caído en la lucha y detrás de uno de los combatientes, enmarcando las escenas. « Ya sospechaba que podía ser un abecedario , pero hasta que Esther Rodríguez y Sebastián Celestino (directores de las excavaciones en el Turuñuelo) no me pasaron las fotografías de mayor calidad no lo pude confirmar«.Para los investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida (CSIC-Junta de Extremadura), ha sido una formidable sorpresa. « Es la confirmación de que en el Turuñuelo escribían «, subraya Rodríguez, que remarca además el hecho de que la pieza haya sido hallada en contexto arqueológico , escondida en el yacimiento bajo un ánfora que contenía una copa de tipo Cástulo griega del siglo V a.C.Noticia Relacionada El Turuñuelo estandar Si Hallan una escena de batalla de guerreros de hace 2.500 años Mónica Arrizabalaga Un artista grabó sus bocetos de luchadores y caras en una pequeña pizarra, la primera tablilla de artesano conocida de Tarteso21 signosEl abecedario descubierto «es de tipo meridional», sostiene Ferrer antes de describir que la secuencia de los primeros signos, que «es muy clara», repite la ya conocida por el abecedario hallado en Espanca (Castroverde, Portugal) en 1987. «Los cuatro primeros signos se leerían en paleohispánico como ABeKaTu (el equivalente de nuestro ABCD)», añade. Aunque la parte inferior de la placa aún no ha sido limpiada, Ferrer cree que el del Turuñuelo tiene unos 21 signos escritos a lo largo de los laterales, pero faltarían algunos en la parte de la pizarra que está fragmentada. « Como mínimo hemos perdido seis signos , porque el abecedario de Espanca consta de 27«, señala. Sospecha, sin embargo, que podrían ser más. »Siempre nos ha parecido que el abecedario de Espanca era corto. Por las inscripciones meridionales conocemos que hay más signos, con lo cual, si la placa del Turuñuelo fuera completamente simétrica, el espacio disponible nos daría para 32 signos «.El del Turuñuelo es el tercer abecedario de escritura meridional que se ha descubierto hasta la fecha. Tras el de Estanca, se halló un segundo en un ‘óstrakon’ (un fragmento cerámico) del poblado de Villaviejas de Tamuja (Botijas, Cáceres), pero es muy fragmentario y «solo tiene seis o siete signos» de este tipo de escritura paleohispánica que deriva de la fenicia, según el experto. Ferrer recuerda que todas escrituras paleohispánicas provienen en último término del alefato fenicio y se dividen en dos familias, la del norte y la del sur. Aunque son parecidas porque comparten un origen común, también tienen algunas diferencias significativas. «El abecedario del Turuñuelo corresponde a la familia meridional de las escrituras paleohispánicas», de la que se han hallado inscripciones desde el sur de Valencia hasta Portugal.Son solo unas 200, un número muy inferior a las más de 2.500 del tipo de escritura paleohispánica del norte, por lo que los especialistas tienen más dudas a la hora de interpretar su significado. Además, Ferrer indica que hay más signos dudosos, lo que complica el desciframiento. Como en el caso del Turuñuelo se trata de un abecedario, no hay un mensaje escrito que traducir y, por lo tanto, tampoco da lugar a un debate. Más posibles inscripcionesLos abecedarios se han utilizado en algunos contextos relacionados con la enseñanza . Así se ha interpretado, por ejemplo, en Espanca, donde se descubrieron dos abecedarios. El hecho de que los trazos de uno estuvieran mejor hechos que los del otro llevó a pensar que el primero fue escrito por un maestro y el segundo por su aprendiz. Sin embargo, también es frecuente que los conservados en soportes duros se emplearan en contextos religiosos o por motivos mágicos . «El abecedario siempre ha tenido esa función de soporte a este tipo de inscripciones especiales, religiosas» dice el epigrafista.En el caso de la tablilla del Turuñuelo, « podría ser un modelo que el artesano utilizaría para hacer otras inscripciones , lo cual es muy positivo porque querría decir que seguramente tarde o temprano deberíamos encontrar estas inscripciones «, sugiere Ferrer. O también podría tratarse de algún tipo de dedicatoria votiva o religiosa del artesano, por alguna razón que se desconoce.«Aún no se ha entrado en detalle en su estudio. Poco a poco iremos perfilando cómo interpretar esta inscripción», añade el epigrafista, que tiene previsto examinar la pieza la semana que viene y continuar colaborando con Esther y Sebastián en su estudio.El inesperado alfabeto del Turuñuelo se suma a una larga lista de formidables hitos en este túmulo de las vegas del Guadiana, donde se documentó por primera vez una hecatombe de medio centenar de animales y, entre otros destacados hallazgos , se descubrieron las primeras representaciones humanas de Tarteso .
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