Por si quedaba alguna duda y por si algunos sectores del PSOE están decididos a dar la batalla en las próximas semanas, el presidente del Gobierno dejó claras sus intenciones en una rueda de prensa, tras casi seis horas de reunión interna en Ferraz: «Las elecciones son cada cuatro años y así va a seguir siendo» . Pedro Sánchez, con un gesto y una actitud muy distinta a la que exhibió el pasado jueves –cuando se mostró compungido , incluso achantado y pidiendo perdón en siete ocasiones tras ver a Santos Cerdán, de su total confianza, en la cúspide de la trama corrupta– compareció este lunes de nuevo desde la sede de Ferraz, pero pasando al ataque , sin asumir responsabilidades y decidido a que todos supieran que está dispuesto a resistir y que su intención sigue siendo agotar la legislatura para, sobre todo, evitar que la derecha llegue al Gobierno de España. Después de casi cinco horas de reunión de la Ejecutiva, y acompañado en la sala de prensa del partido por la vicepresidenta primera y número dos del PSOE, María Jesús Montero , muy sonriente, Sánchez comenzó mostrando su «repugnancia» por las conversaciones sobre mujeres que se recogen en los audios de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, entre el exministro José Luis Ábalos y su estrecho colaborador Koldo García. Un sentimiento que como él mismo relató ha sido «unánime» en el interior de la reunión. Allí estaba, entre otros, el hasta la semana pasada número dos de Cerdán, el diputado por Jaén Juan Francisco Serrano, quien leía junto a su jefe el informe de la UCO el pasado jueves sentados ambos en sus escaños. Noticia Relacionada También deja de ser militante estandar Si Santos Cerdán acaba con la incertidumbre y entrega su acta cuatro días después de su dimisión Juan Casillas BayoSin pronunciar ni una sola vez la palabra ‘mordida’, buscó minimizar el impacto del escándalo, asegurando que sólo afecta a dos de sus colaboradores. «Porque Koldo García no era de mi máxima confianza», señaló pese a lo cuál le confió en el pasado la custodia de sus avales, como él mismo relató en sus memorias.Y ya, después de esas premisas, se lanzó desafiante contra el PP de Alberto Núñez Feijóo , retándole a presentar una moción de censura «si tan convencidos están» , dijo, de que el Gobierno ha perdido su mayoría parlamentaria. Volvió a mostrarse seguridad: «Que la presenten y digan qué modelo de país quieren, que suban a la tribuna y lo expliquen», dijo, refiriéndose también a Vox. No se quedó ahí. Incluso sugirió a los populares darse prisa, «hacerlo cuanto antes», dando por hecho que a la vuelta del verano «a lo mejor» hay otras resoluciones judiciales de causas pendientes. Y entonces, «se verá quiénes son los delincuentes».El presidente también anunció una ronda de contactos con todos los socios parlamentarios, precisamente para intentar desactivar cualquier posibilidad de que una moción prospere y, sobre todo, garantizarse el apoyo de los grupos que por ahora le sostienen. En La Moncloa saben que serán necesarios muchos «gestos» y «decisiones» que les contenten . Está por ver la reacción de todos ellos, y también si el PP decide dar un paso adelante o no. Santiago Abascal sigue insistiendo a su rival por la derecha en que debería presentarla sin pensarlo más.Sánchez dejó claro que, por encima de todo, tiene en la cabeza seguir gobernando: «Mi deber como capitán es tomar el timón, capear la tormenta y aplicar las medidas necesarias para recuperar la confianza. Mi deber es proteger el Gobierno de coalición progresista », zanjó. El secretario general del PSOE llegó a resumir como «un error cometido» el caso de mordidas a cambio de obras públicas que ha dejado al Partido Socialista inmerso en un ‘shock’ difícil de superar. Incluso sacó pecho por ser «el único caso hasta la fecha» que ha afectado a su mandato, obviando, eso sí, que la trama operó desde un Ministerio, el de Transportes, y desde su núcleo duro dentro del partido.Aún así, el presidente llegó a su Ejecutiva convencido de cumplir un guion que trasladó a los medios de comunicación horas después. «El PSOE es una organización limpia» , recalcó, llegando a poner en duda incluso el desenlace que tendrá el informe de la UCO, y despachando cualquier posibilidad de que su partido esté inmerso en un caso de financiación ilegal. «No hay sentencia. Son tres protagonistas y la Justicia puede contar con la colaboración de mi partido», afirmó. Después volvía a su gran estrategia de los «ataques» sufridos por él y su entorno familiar, en causas que están judicializadas y que «no obedecen a ninguna verdad», sentenció.

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