la Justicia ha determinado este martes que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner cumplirá la condena en su domicilio, tal y como lo había solicitado su abogado defensor la semana pasada. La fiscalía del caso había pedido horas atrás que no se le otorgara este beneficio a la ex jefa de Estado –condenada por corrupción en la Causa Vialidad-, pero finalmente el tribunal presidido por el juez Jorge Gorini ha aceptado la petición. La pena comienza a cumplirse a partir del día de hoy . La ex ocupante de la Casa Rosada deberá utilizar tobillera electrónica -contrariamente a lo que quería- y, además, tendrá una cantidad de visitas limitada. «Ordenar a la Dirección de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica dependiente de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Seguridad Nacional, la colocación de un dispositivo de vigilancia electrónico», sostiene la resolución de la Justicia. La notificación de la detención fue realizada por el Tribunal Oral N°2 de manera virtual, por lo que la expresidenta no tiene necesidad de presentarse en los tribunales este miércoles, como estaba previsto.Noticia Relacionada estandar Si El kirchnerismo, una era marcada por el clientelismo que llega a su fin Sylvia ColomboPresa en su domicilioUna de cal y una de arena. Si bien Cristina Fernández de Kirchner había pedido no tener que usar tobillera y estará obligada a hacerlo, el juez sí le ha concedido el beneficio de la prisión domiciliaria por tener 72 años. La ex jefa de Estado ya se encuentra en el apartamento en el que cumple a partir de ahora con su pena. «Disponer la detención de Cristina Kirchner a partir del día de la fecha y bajo la modalidad de prisión domiciliaria, a los fines de cumplir la condena impuesta en esta causa», señala la resolución del tribunal.Desde que, una semana atrás, la Justicia confirmara la pena de prisión para Cristina Fernández de Kirchner, quien fuera dos veces presidenta argentina decidió recluirse en su apartamento , ubicado en el barrio porteño de Constitución. Concretamente, sobre la calle San José 1111. Es exactamente allí donde la exmandataria había solicitado cumplir los seis años de prisión que le esperan.En la resolución del tribunal se exigen, a cambio, una serie de requisitos para el cumplimiento de la prisión en su hogar. Uno de ellos es que su permanencia en el apartamento no debe, de ninguna manera, «perturbar la tranquilidad del vecindario».En otro apartado, el documento aclara que la condenada «deberá permanecer en el domicilio fijado, obligación que no podrá quebrantar salvo en situaciones excepcionales de fuerza mayor que deberá justificar debidamente». «Por fuera de estos supuestos, deberá requerir y obtener la autorización previa del tribunal, sin excepción», insiste.A partir de ahora, la expresidenta cuenta con 24 horas para presentar al tribunal una lista «de las personas que integran su grupo familiar, custodia policial, profesionales médicos que la tratan asiduamente y abogados que la representan», sostiene la resolución.La épica del balcónEse mismo apartamento, convertido en una especie de búnker en el que la líder kirchnerista aguardaba con ansias conocer si se le otorgaría la prisión domiciliaria por ser septuagenaria, se volvió el epicentro de manifestaciones de la militancia al grito de «Cristina libre». Todos los días, antes de finalizar la tarde, la líder kirchnerista se reúne con sus seguidores, con quienes se comunica a través del balcón . Desde allí les habla, les canta y -llamativamente- hasta les baila, algo que ha generado curiosidad por tratarse de una condena a prisión.La militancia, que desde la mañana del miércoles se dará cita en Buenos Aires para protestar contra la condena a prisión, no solo rechaza dicha pena, sino sobre todo la inhabilitación de la expresidenta para presentarse a las elecciones legislativas que tendrán lugar el próximo mes de octubre. Pese a que la convocatoria judicial de la exmandataria para el miércoles ha sido anulada, es de esperar que el kirchnerismo se reúna masivamente en las calles en señal de apoyo a la líder kirchnerista y en clave de protesta por lo que consideran una «proscripción».
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