El Madrid será mejor equipo cuando acabe el torneo que ahora, en su inicio, dijo Xabi a 24 horas del estreno, pero eso quizás no signifique que sea buen equipo. Son las cinco de la tarde en Miami, muchos no han comido aún y Xabi Alonso ha debutado en el Mundial de Clubes con un decepcionante empate ante el Al-Hilal que, además, complica pasar a octavos como primero de grupo.Alonso sorprendió con el once, metiendo a Gonzalo por Mbappé, cuyo proceso febril le dejó en el hotel. Ni banquillo. El Madrid con ‘9’ puro y con un 4-3-3 con Rodrygo y Vinicius en las bandas, más Bellingham y Valverde de interiores. El pivote, para Tchouaméni.Tampoco iba a hacer magia Xabi con los jugadores disponibles que tiene y los pocos días de entrenamiento. Así que tiró del esquema modelo y juntó al equipo para evitar distancias entre líneas, pero eso de correr ya es otra cosa. La era Xabi Alonso empezó como acabó la de Ancelotti. Con dejación de funciones de Vinicius y Bellingham. En sí esa desidia ya es pecado, pero si encima atrás tienen un lateral izquierdo tan flojo como Fran García, es un ejercicio de insolidaridad con el resto del equipo del que siguen sin aprender.Por ahí vino casi todo el peligro de un Al-Hilal que por momentos parecía llevar el escudo y la camiseta del Madrid. Atrevido, combinativo, vertical y generoso en las ayudas. En el 2, Milinkovic-Savic ya había probado la resina de los guantes de Courtois. En el 10, Leonardo, desde el área pequeña, acarició el palo con un remate de primeras. En el 19, A Lodi le anularon un gol por fuera de juego. Y en el 21, Cancelo le hizo un ocho a Fran García y Al-Tombakti mandó con la cabeza el balón por línea de fondo. ‘Showtime’ de los saudíes, que también estrenaba entrenador, pero no por falta de actitud ni de compromiso de sus jugadores. Y así de pato mareado, bajo la humedad y el solazo de Miami, llegó el equipo a la pausa de hidratación. Mientras los jugadores se ponían toallas frías en sus nucas y se empapaban el pelo de agua, Xabi no paraba de hablar con ellos. Gestión activa para intentar tapar alguno de los muchos agujeros que estaba viendo.Hasta esa ‘hydration break’, Huijsen había dado más pases (26) que los tres jugadores del centro del campo (25) y, por supuesto, que los atacantes, que eran estatuas de arena. Pero no de la de Miami Beach.Lo sorprendente fue que el equipo blanco se pusiera por delante. Fue en el 34, tras un robo de Trent en campo propio y un inicio de transición por parte de Gonzalo. El canterano acabó lo que comenzó mandando a la red la asistencia de Rodrygo. Fue un triple toque su disparo, pero eso solo es ilegal en un penalti.Un tesoro ese 0-1, visto lo visto, pero Asencio lo arruinó con un agarrón innecesario en el 41 a Leonardo. Primero, perdió el duelo con el brasileño, sobrado de confianza. Luego, lo empeoró con un agarrón a ambas caderas en la cara de Facundo, el colegiado argentino. Si un defensa se relaja en el área, es gol o penalti. Fue lo segundo. Y, luego, lo primero. Rúben Neves no falló desde los once metros. 1-1 antes del descanso, y gracias. En la prolongación, Salem no hizo el segundo porque su disparo rozó ligeramente la espalda de Asencio.El canterano ya no salió en la segunda mitad. ¿Castigo o lesión? Seguramente, lo primero. Entró Guler y Tchouaméni bajó al centro de la defensa. Ancelotti ya no está, pero su espíritu aún no se ha ido. Fue un Madrid distinto, al menos con otra actitud. De hecho, tardó cuarenta segundos en rozar el segundo. Bono y el larguero abortaron un buen remate de Arda, y en segunda jugada, el marroquí sacó en la raya el remate de Gonzalo.Luego no tuvo ninguna más. Al menos tan clara, pero sí llevó el peso del partido mientras Xabi iba sentando a Rodrygo, Vinicius y Bellingham para mezclar cantera (Víctor Muñoz) con jugadores en el pasillo de salida (Lucas y Modric). Juventud y veteranía en busca de un triunfo que se escapó en el 91. Penalti horriblemente lanzado por Valverde, tras tres minutos de revisión de VAR por un claro manotazo de Al-Qahtani a Fran García. 7 de 19 penas máximas del Madrid esta temporada se han ido al limbo. Más trabajo para Xabi Alonso.

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