1925 es un año histórico, y no solo porque se celebre ahora su primer centenario, sino gracias a la periodista Josefina Carabias, la política Margarita Nelken, la filósofa María Zambrano, la química Dorotea Barnés, la poeta Concha Méndez, la arquitecta Matilde Ucelay, la pintora Maruja Mallo, la lexicógrafa María Moliner, la escenógrafa Victorina Durán y la aviadora María Bernaldo de Quirós. Diez pioneras que dejaron su huella en el mundo con sus innovaciones, sus trabajos y sus luchas contra la censura a la mujer. Una generación unida por la Residencia de Señoritas y por su valentía.Algunas de estas mujeres son conocidas por su reivindicación a favor del libre pensamiento -las Sinsombrero-, otras fueron desplazadas a un segundo plano y otras forzadas a desaparecer en los anales del tiempo. Pero su trabajo quedó grabado para que hoy, una nueva generación, las honre en la sencilla y bella exposición ‘Generación 25’ , en la Fundación Ortega-Marañón junto a PHotoEspaña, abierta al público hasta el 29 de julio.Este homenaje las pone en valor y juega con el reflejo de estas figuras sobre las nuevas artistas del siglo XXI. Federico Buyolo, director cultural de la fundación, asegura que «con un juego de espejos » han seleccionado a diez mujeres actuales (once si contamos a la propia Residencia) que fotografían el pensamiento de las diez pioneras de 1925. La undécima mujer es Ana Amado , «lo que ha hecho es hacer unas fotografías de la propia residencia, con el espíritu de lo que suponía», afirma Buyolo.Extracto de una fotografía que forma parte de la exposición ‘Generación 25’ Ana AmadoEl edificio fue el centro neurálgico que una vez unió a mujeres de ciencia, artes y humanidades. En la Residencia de Señoritas durmieron, se reunieron, dieron clases y se presentaron casi 2.000 mujeres que fueron a la universidad a partir de 1910, cuando les permitieron la entrada. Historia viva de Madrid en la calle Fortuny que les permitió comenzar a conquistar el espacio público desde su ‘habitación propia’, como diría Virgina Woolf.Reflejos de los ecos del pasadoLa fotografía ha unido a estas 21 mujeres (y un edificio) en estilos completamente diferentes, pero con una meta común, un autorretrato y una imagen que reflejan la inspiración que les proporcionan sus pioneras. Durante dos meses han estado entrando, saliendo, durmiendo, conociéndose, formando comunidad para impregnarse del ambiente que aquellas mujeres vivieron allí.Sofía Moro muestra la grandeza de la periodista Josefina Carabias con la representación de las imágenes de ella entrevistando a las mentes masculinas de su época como Manuel Azaña en el Ateneo de Madrid. Como dijo Elvira Lindo, «cuando piensas en escribir algo, Josefina Carabias ya lo había hecho».Las dos Marías en esta exposición son Zambrano y Moliner. Mujeres fuertes con nombres potentes que son clave. La primera fue una filósofa que Ana Paes refleja con imágenes vanguardistas y abstractas . La segunda «escribe con fotos de bibliotecarias como Moliner , mujeres que quisieron borrar», señala el director de cultura de la fundación.Montaña Gama cuenta como la pintora Maruja Mallo era el alma libre de la naturaleza y la personalidad . Española y reivindicativa como la que más.Autorretrato en homenaje a Maruja Mallo Montaña GamaRocío Bueno mira a través de Victorina Durán , una escenógrafa y diseñadora que creaba la personalidad de los personajes a través de la ropa. Asimismo, Bueno muestra la locura de esta profesión. Por otro lado, Laura C. Vela representa el espíritu libre y navegante de la poeta Concha Méndez.Noticia Relacionada estandar No ‘Mujeres que cuentan’: un viaje por el papel de las escritoras en la literatura universal Paula Mateo Paco Robles y Lola Chaves han presentado en la Feria del Libro de Tomares su nuevo documental, que analiza la evolución de la figura de la mujer en la literatura universalLa sororidad de la época llega de la mano de Elisa Miralles (habla de la química Dorotea Barnés ) y Lurdes R. Basolí (homenajea a la arquitecta Matilde Ucelay ), quienes se han fotografiado la una a la otra. La primera hablando de moléculas, juegos de luces y transparencias. La segunda viajó a la Casa Utray (Somosaguas, Madrid) para conocer una de las construcciones de una mujer a la que el colegio de arquitectos prohibió firmar sus obras.La escalera es otra protagonista indirecta. Este elemento es un espacio de tránsito y los arquitectos lo idearon para que fuese muy fácil subir y bajar. Así ha sido concebida por algunas de las fotógrafas como María Platero , hablando de la política Margarita Nelken , con una concepción múltiple de ese lugar.Marina Bobo ha ido un paso más allá, unificando el significado del vuelo libre de la aviadora María Bernardo de Quirós con dos imágenes creadas con inteligencia artificial. Un reto mayúsculo teniendo en cuenta que han sido necesarias más de 600 pruebas para conseguir los resultados finales.Mujeres que conquistaron los espacios públicos y privados. Que no se achantaron y que han escrito a fuego su nombre en la historia.

Leave a Reply