Zapatero quiere volver a ser el revulsivo del PSOE como el 23-J

Home People Zapatero quiere volver a ser el revulsivo del PSOE como el 23-J
Zapatero quiere volver a ser el revulsivo del PSOE como el 23-J

Como ha ocurrido en otros momentos de gran dificultad para Pedro Sánchez en los últimos años, José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a salir a la palestra y volcarse para que las filas socialistas recuperen la moral en pleno escándalo del caso de José Luis Ábalos y Santos Cerdán . El ánimo del PSOE está por los suelos. El partido sigue roto y es incapaz de recomponerse después de que los dos secretarios de Organización y hombres de la total confianza del presidente se hayan convertido en los protagonistas de una trama de corrupción que operaba desde el corazón del partido. El expresidente del Gobierno –al que le unía una profunda amistad con Cerdán, como él mismo ha contado muchas veces– llevaba semanas en silencio. En su última aparición en televisión, el 16 de mayo, volvió a recalcar su «confianza plena» en el entonces número tres del partido. En su entorno siempre mostraron la convicción de que el informe de la UCO de la Guardia Civil no sería para tanto, que no habría indicios contra el dirigente navarro. E incluso daban por hecho que sería «un punto de inflexión» para apuntalar la tesis de que existía una persecución contra el Gobierno. Pero sucedió todo lo contrario con las 491 páginas demoledoras sobre las que Zapatero todavía no se ha pronunciado. Este lunes, sin embargo, reapareció en un acto al lado de Sánchez, por la conmemoración de los 20 años del matrimonio igualitario –el hito que más defiende de toda su Administración–. Allí dio muestras de estar preparado para salir al rescate, una vez más, de su partido. Y, según ha podido saber ABC, prepara una ronda de intervenciones públicas y entrevistas en las que hablará «claro» y «de todo».En el acto tuvo una breve intervención que aprovechó para lanzar críticas contra los obispos españoles, que en los últimos días han pedido la convocatoria de elecciones generales por la corrupción que rodea al Gobierno. Les pidió «prudencia». Y continuó desafiante: «¿Por qué la Conferencia Episcopal no pidió elecciones en los 40 años de dictadura franquista?». También quiso reivindicar a Sánchez, al que se dirigió, instando a los suyos a estar movilizados incluso en los peores momentos como el actual: «La esperanza está cuando la mayoría progresista está activa y no se despista; cuando está consciente y con fuerza y autoestima ».Noticia Relacionada estandar NoAhí empezaron las pistas. La palabra clave es ‘autoestima’. La misma que les faltó en las elecciones municipales y autonómicas en las que el PP arrasó en mayo de hace dos años y por la que Zapatero peleó en aquella campaña. Lo hizo todavía más en la siguiente, la de las generales del 23 de julio de ese mismo verano, convirtiéndose en el activo electoral más potente del PSOE. Quedaba atrás el tiempo en el que la figura de Zapatero restaba en los actos públicos. Los dirigentes no le demandaban y hasta podía ser un problema incómodo que participara en sus mítines. Por eso estuvo mucho tiempo apartado, incluso a pesar de haber recompuesto la relación con Sánchez. El expresidente apoyó, como todo el establishment del partido, a Susana Díaz en las primarias de 2017, pero después se alineó por completo con Sánchez hasta el punto de ejercer como uno de sus asesores de cabecera. La conexión desarrollada con el presidente del Gobierno ha sido absoluta y le ha apoyado en las decisiones más complejas, que tantas dudas generaban dentro de la familia socialista: normalizar a Bildu como un socio más o pactar una ley de amnistía a cambio de los siete votos de Carles Puigdemon t, con el que también ha cultivado una relación personal y se ve de vez en cuando. La situación del partido ahora, sin embargo, es muy delicada . La investigación de la trama sigue en marcha y el temor constante a lo que esté por venir –nuevos datos o las declaraciones en sede judicial en los próximos días– sigue manteniendo en vilo al PSOE. La imagen de la Guardia Civil entrando el pasado viernes en la sede de Ferraz fue un nuevo golpe. Quizá uno de los más duros por todo el simbolismo que implicaba.Pero Zapatero comparte la tesis que ha ideado Moncloa sobre perimetrar el escándalo a los tres imputados (Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García) y agarrarse a «la necesidad política» de seguir implementando la hoja de ruta del Gobierno de coalición y las llamadas «políticas progresistas», a pesar de que la mayoría parlamentaria que sostiene a Sánchez cada día parece más renqueante.Se trataría de repetir la estrategia de las elecciones generales, apelar al «orgullo» de la militancia socialista como hizo hace dos años el expresidente, reivindicando la acción del Gobierno y atizando a la oposición. En 2023 Zapatero se convirtió, de hecho, en el principal ariete contra el PP , y consiguió movilizar –como después reconocieron en Moncloa y en el propio partido– a unas bases que estaban adormecidas y sin motivación.Además, lo que traslada el expresidente, como ha hecho en otros momentos, es que en periodos de crisis hace falta poner tierra de por medio, tener «perspectiva estratégica» y no pensar en el corto plazo, sino en el medio y largo. Es decir: cómo darle la vuelta a la crisis actual . La misma filosofía que sigue Sánchez desde el principio y en la que está ahora volcado por mucho que el PSOE esté en descomposición y arrastrando a su Gobierno. Esta semana la agenda internacional lo acapara todo. En el entorno de Sánchez cuentan con salir del foco doméstico y ganar tiempo. Ahora, y se verá en los próximos días, la presencia de Zapatero puede ser determinante para levantar las filas socialistas.

Leave a Reply

Your email address will not be published.