Son las ocho de una mañana de finales de primavera en un barrio fuera del perímetro de la M-30, aunque la escena podría suceder en cualquier distrito de Madrid y cualquier día del curso escolar. De la boca del metro sale una estampida de chavales en dirección al instituto, a un par de minutos caminando. Algunos se toman un instante para encender un cigarrillo y dos de ellos prenden un par porros, dan unas caladas y siguen tranquilamente su camino hacia clase. Apenas alcanzan los 17 años y nada denota que esos canutos de buena mañana sean algo excepcional. Más bien, al contrario: el gesto resulta rutinario.«En las adicciones en menores concurre el mismo factor: se incrementan cuando tienen acceso en edades más tempranas y cuando hay menos supervisión. La realidad es que las drogas llegan a todos los entornos, a todos los colegios, a todos los barrios de cualquier localidad. En la capital, la periferia, los pueblos…». Así interpreta Jesús Villanueva, psicólogo y director adjunto de Proyecto Hombre Madrid, la alarmante imagen descrita de los dos escolares.Con 20 años de carrera profesional, Villanueva trata a diario a niños y adolescentes, y también a sus familias. Y ante unas estadísticas escalofriantes entre la población de 14 a 18 años en la Comunidad de Madrid, confirma que el cannabis es la droga por la que más se solicita tratamiento en la organización en la que trabaja: un 44,8%. Si el cannabis tiene, a día de hoy, una edad de iniciación de algo menos de 15 años, el alcohol es aún más precoz: 13,9 años. Además, casi un 13% de los menores que llegan a Proyecto Hombre, que es una más de las múltiples entidades que operan en la región, lo hacen por consumo de cocaína. Sobre esta última sustancia, Jesús Villanueva explica que «la edad de inicio está en 15 años, una edad muy temprana para acceder a una sustancia que hasta no hace mucho nos resultaba elitista. Pero, si hay menores que la consumen, quiere decir que ahora es accesible. La cocaína genera mucha adicción y más del 60% de los chicos y chicas que vienen a nosotros por su consumo presentan un consumo dual: la concurrencia de dos o más sustancias».Noticia Relacionada estandar Si Un 55% de los madrileños han consumido cannabis, psicofármacos o analgésicos opioides Sara Medialdea En 2024 se produjeron 4.600 ingresos hospitalarios por el uso de cannabisCuatro décadas despuésHace 40 años, el impacto sanitario, social y económico del uso de estupefacientes en España impulsó el primer Plan Nacional Sobre Drogas, con actuaciones territoriales. En la Comunidad de Madri d se realizó el primer estudio descriptivo de los drogodependientes que iniciaron tratamiento en los centros públicos en 1985 y 1986, siendo heroinómanos un 94,1% de los 1.829 consumidores de los que se pudieron recabar datos. En 1984, un año antes, ya estaba en marcha Proyecto Hombre –es el nombre más conocido de la Fundación Centro Español de Solidaridad (CES)– para dar respuesta asistencial, no gubernamental, al consumo de heroína. El próximo jueves, 26 de junio, se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, y la complejidad y diversificación ha crecido de tal manera en estas cuatro décadas, que Proyecto Hombre cifró en su memoria de 2023 en 7.257 las personas atendidas en Madrid. Entre ellas, 753 no superaban los 25 años y casi el 53% de ese rango de edad eran menores de 18 años.Situaciones de riesgoPara Villanueva, la prevención es clave, aunque «no existe de una manera universal. Sin embargo, es importante que todo el mundo conozca cuáles son las situaciones de riesgo y los consumos problemáticos antes de que se instaure una adicción». Es decir, cuanto antes se detecte y antes se intervenga, el pronóstico será más favorable. «Aquí no se trata solo de intervenir en el chico o la chica, sino también en su entorno familiar y social. Y a las familias lo que les recomendamos es que siempre estén pendientes de las señales de alerta».26.9% Admiten haber consumido cannabis Es el porcentaje de jóvenes de entre 14 y 18 años que reconocen haber consumido cannabis alguna vez en la vida. La edad medio de inicio en esta droga es inferior a los 15 años, siendo la principal sustancia por la que menores y jóvenes solicitan tratamiento en Proyecto Hombre en la Comunidad de Madrid (44,8%).¿Y cómo identificar esas señales en una etapa de cambio permanente como es la pubertad? «Durante la adolescencia hay cambios más o menos lineales, pero cuando se dan cambios bruscos en los comportamientos o en los hábitos hay que prestar atención, especialmente con las actividades diarias, como la alimentación, el sueño o el estudio. Además, cambios repentinos en las compañías, la vestimenta, el tipo de música… El malestar es un factor de riesgo. Y creemos que la aceleración precoz de los factores de riesgo no solo tiene que ver con los propios adolescentes, sino también con el entorno: a veces no supervisamos, no estamos acompañándoles adecuadamente y no hay una relación afectiva cercana, generándose en ellos un sentimiento de soledad».El último Plan Regional Contra las Drogas de la Comunidad de Madrid pone el acento en la prevención a través de una batería de medidas, consejos y alertas. En opinión de Jesús Villanueva, en esta acción «hay una sintonía y sensibilidad» del Gobierno regional y del Ayuntamiento de Madrid con el método de Proyecto Hombre. Y añade que «hay municipios en los que se hace una buena supervisión»: «Por ejemplo, sé que existe una actividad preventiva muy importante en Getafe. Pero, con respecto al territorio en sí, no es tan fácil generar un patrón. No hay que hablar de pueblos, periferia o grandes urbes, sino de las alternativas al consumo. ¿Cuántos planes tienen para hacer deporte, cuánta facilidad para ir con amigos a la piscina? Hay lugares en los que si tienes de 10 a 20 años, no tienes suficientes opciones de ocio saludable».Villanueva señala, además, la falta de coherencia de los adultos y que, en España, sustancias como cannabis o el alcohol «no estén bien dimensionadas». «El cannabis es peligrosísimo. En los menores provoca los primeros episodios psicóticos –explica–. Lo que se fuma ahora nada tiene que ver con lo que se fumaba en los 70, los 80 o los 90. El cannabis de hoy contiene elevadas dosis de THC (tetrahidrocannabinol), un potenciador con un impacto adictivo brutal en edades tempranas. Así que es gravísimo cuando se habla de legalizar o cuando se habla alegremente de sus usos médicos o terapéuticos, porque los menores no tienen capacidad para hacer un análisis crítico de esta información. Además, si ven a sus mayores consumir, y en este caso me refiero más al alcohol, es lógico que se planteen que no será tan malo si sus padres lo toman».Jesús Villanueva, psicólogo y director adjunto de Proyecto Hombre Madrid abcLa estrategia, cuando el menor inicia el tratamiento por consumo o adicción, «es no juzgarle, sino ayudarle a entender que las decisiones relacionadas con el consumo de sustancias van a dificultar sus objetivos, que son más o menos los mismos en todos los adolescentes: ser buenos chicos o chicas, sacar buenas notas, ser buenos en el deporte, tener buenos amigos, tener éxito con las parejas…. A partir de ahí, que sepan que los adultos queremos comprender, no juzgar, por qué consume y qué alternativas hay a ese consumo».Jesús Villanueva lo tiene claro: «El mayor cambio y el más peligroso es nuestra visión negativa y sesgada de los más jóvenes. Está empeorando nuestra tolerancia ante una etapa tan maravillosa como es la adolescencia».

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