Los aliados se ponen de perfil con Sánchez tras ser señalado por Trump a las puertas de la cumbre

Home People Los aliados se ponen de perfil con Sánchez tras ser señalado por Trump a las puertas de la cumbre
Los aliados se ponen de perfil con Sánchez tras ser señalado por Trump a las puertas de la cumbre

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, he llegado este martes a La Haya prácticamente solo. Acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, uno de sus más fieles, y la de Defensa, Margarita Robles, a una cumbre en la que seguramente no había calculado que se convertiría en uno de los principales protagonistas, pero no en el mejor sentido.El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pasó la travesía del Atlántico hasta la capital holandesa enviando mensajes en su red social contra Sánchez, al que señaló como «un peligro» para la OTAN por su maniobra para hacer constar que no piensa cumplir el compromiso de aumentar el gasto militar hasta el 5% del Producto Interior Bruto (PIB). «España es un problema, tendremos que hacer algo» porque su actitud «es injusta para los demás», había dicho de viva voz cuando subía al avión. Naturalmente, los usos diplomáticos obligan a mantener las formas y salvo Trump, ningún otro dirigente aliado ha utilizado expresiones tan críticas con la posición de Sánchez en este asunto. «Hay un problema con España», dijo Trump en referencia a las reticencias españolas a aumentar el presupuesto de defensa, que es el principal objetivo del norteamericano, justo antes de reproducir una infografía en la que se dice que «España trata de descarrilar la cumbre de la OTAN».Noticia Relacionada estandar Si Encaje de bolillos de la OTAN para apoyar a Zelenski sin romper el acercamiento de Trump a Putin Enrique Serbeto El propio presidente ucraniano era reacio a viajar a La Haya en ausencia de un compromiso claro por parte de Donald Trump para recibirloLos gestos de Trump han sorprendido bastante, sobre todo a aquellos que temían que fuese Sánchez el que suscitase la confrontación con el presidente estadounidense. Al revés, ahora los mensajes de Donald Trump dejan al presidente español en una posición muy delicada, porque ya es público que lo ha convertido en el objeto de sus críticas directas y defenderlo significaría contradecir a la Casa Blanca.Los aduladores de Sánchez dirán que algunos países han reivindicado como él sus dudas sobre la oportunidad de llegar al 5% en gastos de defensa. En realidad, el único que realmente estaría a su lado es la Eslovaquia de Robert Fico, un exsocialista que fue expulsado del grupo socialdemócrata europeo precisamente por sus ataques al Estado de derecho y al que tampoco le conviene mucho acercarse. Bélgica, gobernada ahora por un nacionalista flamenco que se considera enemigo de los socialistas francófonos de su país, ha expresado que el 5% le supone un esfuerzo muy difícil de cumplir, pero no ha dicho que esté en contra de rearmarse o de suministrar armas a Ucrania. Sin embargo, Italia, el país que ha sido tradicionalmente el mejor apoyo de España en estos asuntos del gasto porque tiene una deuda pública aún mayor, ahora no existe para Sánchez porque está gobernado precisamente por una dirigente conservadora, Giorgia Meloni, a la cabeza de uno de los grupos de extrema derecha del Parlamento Europeo.El ministro polaco de Exteriores, Radoslav Sokorski, que representa al país que más gasta en materia de defensa en términos relativos, no quiso entrar en críticas hacia «un país amigo como España», a pesar de que desde Varsovia se han lanzado ya mensajes críticos directos contra la posición de Sánchez por «insolidaria». Pero su colega estonio Margus Tsankna, al que se le preguntó si estaba satisfecho con la posición española, dijo que «en términos de sentimientos» no le corresponde hablar de ello. «Pero creo que hay que contribuir como todos», apostilló. La Alta Representante de la política exterior europea, Kaja Kallas, dijo por su parte que «hay que tener en cuenta la opinión pública» –en una alusión a la posición de Sánchez– «pero al final hay que llegar a un acuerdo porque en la OTAN se necesita que todos estemos de acuerdo para tomar decisiones».Begoña Gómez no viaja a La Haya Pedro Sánchez no podrá contar esta semana en La Haya con el apoyo de su mujer, Begoña Gómez, que ha decidido no viajar a la Cumbre de la OTAN como ya hiciera en su edición del año pasado, que se celebró en Washington. En medio de los escándalos de corrupción que rodean al presidente español y que también salpican a la propia Gómez, la mujer del presidente se perderá la cena de gala de gala que ofrecen los Reyes Guillermo-Alejandro y Máxima, a la que sí acudirán las parejas de los demás dirigentes de los países aliados.Periodistas de otros países que han descubierto ahora este ángulo de Sánchez preguntaban a la delegación española –y a los periodistas españoles– si el presidente del Gobierno mantendría su oposición al 5% y se negaría a firmar la declaración final de la cumbre. En el briefing del gobierno sueco con los periodistas de su país, la mayoría de preguntas eran sobre España y la posibilidad de que Sánchez se negase a firmar la declaración final. Desde la Moncloa sostienen que Sánchez firmará el documento en el que se compromete a aplicar la exigencia de llegar a un gasto combinado de gastos militares y relacionados con la seguridad del 5% del PIB, pero mantienen su «interpretación creativa», o lo que llaman «ambigüedad positiva», que deducen de la carta que le envió el domingo el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la que reconoce que España puede decidir cómo llegar al objetivo de gasto, pero no que pueda ignorarlo.Desde el principio de este debate, todo el mundo en la OTAN conocía la posición de España. Incluso se sabe que los gestos de Sánchez están dirigidos no tanto a los aliados sino a sus socios de extrema izquierda. Pero una actitud recalcitrante e insolidaria como esta se tendrá indudablemente en cuenta en el futuro. La situación se puede comparar con la que provocó la súbita decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de retirar las tropas españolas de la misión de la OTAN en Irak, algo que a los diplomáticos españoles les costó un esfuerzo colosal superar. La diferencia es que en este caso el presidente norteamericano no es Barack Obama, sino un personaje voluble e imprevisible como Donald Trump.

Leave a Reply

Your email address will not be published.