ERC rechazó un pacto con el PSC para la Mesa porque estaba condicionado a la investidura

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ERC rechazó un pacto con el PSC para la Mesa porque estaba condicionado a la investidura

La decisión de Esquerra de pactar con Junts y, a la postre, cederles la presidencia del Parlament se adoptó para poder acudir ahora a una negociación con el PSC para la investidura con mayor fuerza y sin el condicionante de un pacto previo con los socialistas. Fuentes de la dirección republicana así lo exponen a ABC, negando que ese acuerdo independentista presuponga que Esquerra vaya a trasladar esta posición a la negociación de la investidura, y que de lo que se trata ahora es de ver si Salvador Illa, y el PSOE por elevación, están realmente dispuestos a encarar una negociación que los republicanos centran en la consecución de una «financiación singular» para Cataluña. «En el partido estamos todos un poco hartos de oír cómo nos dicen unos y otros lo que tenemos que hacer», apuntan las mismas fuentes para explicar una decisión, la de hacer presidente a Josep Rull, que si bien es cierto que no presupone que la negociación con el PSC vaya a embarrancar, en nada la facilita, entre otras cosas porque va a ser Carles Puigdemont desde la distancia el que controlará los tiempos . Obligados a escoger entre unos y otros para pactar la Mesa, ERC priorizó Junts porque el pacto con el PSC, que habría dado la presidencia de la Cámara a los republicanos, «estaba condicionado» a la investidura, algo que habría viciado de inicio una negociación a la que el partido quiere ir con toda la fuerza. «Nosotros vamos con las manos libres, ahora que se mojen ellos. Y si no, repetición electoral , no nos da miedo», apuntan los republicanos, molestos con algunas manifestaciones llegadas desde el PSC «en las que venían a decir que caeremos como fruta madura».La sensación, histórica, de ser ninguneados por Junts explica por ejemplo que la todavía secretaria general republicana Marta Rovira, que es quien ha pilotado las negociaciones, exigiese a Junts que no mandase medianías políticas a Ginebra, a lo que este partido respondió con un gesto que pudo ser decisivo. Fue Carles Puigdemont en persona , junto al secretario general, Jordi Turull, quien el miércoles de la pasada semana acudía a Ginebra para encarrilar la negociación directamente con Rovira. Aunque a Suiza también fueron enviados de comunes y del PSC, el acuerdo se acabó cerrando con el líder máximo de los posconvergentes. En ERC asumen el enfado del PSC, pero consideraban necesario mandar un mensaje: se pacta con Junts y ahora se negocia con el PSC, sin condicionantes. «Y si no hay pacto, elecciones. Sin miedo, entre otras cosas porque tenemos las cuentas saneadas. Otros, no se sabe», apuntan en el partido.La reunión de Ginebra es la mejor demostración de que, efectivamente, el partido se dirige ahora por completo desde Suiza, más desde que Oriol Junqueras, presidente hasta el pasado lunes, decidiese dar un paso al lado para intentar regresar en el congreso de noviembre limpio de polvo y paja , «sin que se le pueda hacer responsable de ninguna de las decisiones que se adopten ahora». Esta pretensión es la que habría llevado ayer a Junqueras a dar a entender en Catalunya Ràdio que Rovira no le informó de su reunión con Puigdemont, algo que desde su entorno niegan. «Efectivamente Junqueras se ha borrado, lo que no significa que de manera indirecta, a través de sus más cercanos, siga teniendo presencia», explican fuentes de la formación. Noticia Relacionada opinion Si ERC exigirá a Moncloa que condone la deuda de Cataluña Salvador SostresQue el partido esté ahora en manos de Rovira –que dirigirá la formación hasta el congreso de noviembre, donde no optará a la reelección– explicaría el sesgo más independentista, por tanto más proclive a Junts, que el que había en el partido con Junqueras de contrapeso ejerciendo de presidente. De hecho, fuentes de la dirección del PSC ya expresaban durante la campaña electoral la percepción de que el entendimiento con ERC iba a ser más fácil si Junqueras controlaba la formación, lo que ahora, obviamente, no sucede. También ayer, en la misma entrevista en Catalunya Ràdio, Junqueras se mostraba partidario de «buscar el mejor acuerdo posible» con el PSC, cuestionando la «hipocresía», en alusión a Junts, de quienes pactan con el socialismo y luego critican a ERC por lo mismo.En el partido no hay unanimidad ante la que va a ser una decisión trascendental , probablemente traumática: un aperitivo de la misma ya se pudo catar en la ejecutiva del lunes, donde hubo debate a la hora de analizar el acuerdo con Junts para la Mesa. Lo que queda por delante es más difícil, se asume en el partido. Ayer mismo, las juventudes de la formación (JERC) instaban a no investir a Illa si no hay referéndum de autodeterminación. También la sección local de Lérida se manifestaba en un comunicado contra la posibilidad de un acuerdo con el PSC. En la dirección contraria, la militancia de ERC en Barcelona decide hoy si el partido se integra en el gobierno de la ciudad junto al PSC.Frente a esta visión de un partido quebrado, algo que se traslada a una cúpula partida entre el sector Rovira y el sector Junqueras, fuentes de la formación rechazan esta visión «simplista», recordando por ejemplo que la secretaria general es la urdidora de los acuerdos entre ERC y el PSOE. La partida justo ahora empieza a jugarse.

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