Thurston Moore: «Sonic Youth éramos muy conocidos, pero nunca tuvimos un disco de oro»

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Thurston Moore: «Sonic Youth éramos muy conocidos, pero nunca tuvimos un disco de oro»

Al otro lado de la pantalla del ordenador, a sus 66 años, tranquilamente repanchingado sobre el sillón de su casa en Londres y luciendo una camiseta del grupo experimental japonés Boredoms, Thurston Moore (Coral Gables, Florida, 1958) no parece uno de los músicos más influyentes que ha dado el rock en el último medio siglo. Sin embargo, en una entrevista para la MTV en 1992, tras la publicación de ‘Nevermind’, Kurt Cobain declaró: « Sonic Youth ha ayudado a más bandas que cualquier otra que puedas imaginar. Básicamente, lo que hace Nirvana es robar sus ideas. Hubo un momento en que tocar pop se volvió redundante, así que quisimos experimentar, y lo único alternativo era convertirnos en Sonic Youth». En las notas del álbum ‘Incesticide’, Cobain recomendaba a sus seguidores escuchar a la banda que Moore formó en 1980 junto a su entonces novia, Kim Gordon , y el guitarrista Lee Ranaldo , a los que luego se unió el batería Steve Shelley . En muchas ocasiones, además, citó ‘Daydream Nation’ como uno de sus discos favoritos. Poco después de suicidarse en 1994, su compañero Krist Novoselic explicó que ficharon por Geffen para seguir a Sonic Youth, que estaban en esa misma discográfica: «Los respetábamos mucho». Noticia Relacionada MÚSICA estandar Si Los Voluble o el arte de acabar en una ‘rave’ con La Niña de los Peines Israel Viana El dúo sevillano lleva tres décadas creando espectáculos audiovisuales en los que mezcla el flamenco con la música electrónica, con una fuerte carga política y socialY lo primero que hizo Dave Grohl cuando compuso su primera canción para Foo Fighters, ‘Everlong’, con más de 1.400 millones de reproducciones en Spotify, fue acudir a casa de Moore y Gordon para pedirles consejo sobre si debía publicarla e iniciar una nueva aventura musical. La influencia de Sonic Youth fue tan alargada que se convirtió en un faro para la mayoría de los grupos del ‘underground’ estadounidense y europeo y, también, para los que no eran tan ‘underground’, a pesar de que ellos no alcanzaran jamás sus cifras de ventas. «Sonic Youth nunca tuvo un disco de oro, aunque alguno de nuestros álbumes aparezcan en esas listas de las mejores grabaciones de la historia de la revista ‘ Rolling Stone ‘. Nos volvimos una banda muy conocida, pero eso no se tradujo en grandes ventas. Es cierto que nos fue bien en los 90, cuando nos hicimos más populares tras la explosión de Nirvana. Fuimos parte de esa corriente, pero éramos vistos como los mentores de todos ellos», reconoce Moore, que acaba de publicar sus memorias en España: ‘ Sonic Life ‘ (Contra). Fama «Nunca quise ser popular. No quiero vivir encerrado en un castillo, no deseo ese estilo de vida»Moore responde animado a las preguntas de ABC desde la capital británica, a donde se mudó en 2013 tras su divorcio de Gordon y el fin de la banda: «Creo que nuestra música siempre fue demasiado desafiante para el ‘mainstream’, por eso hubo muchos discos hoy olvidados que vendieron 500.000 veces más que ‘ Daydream Nation ‘, por ejemplo. No lo hacíamos a propósito, era simplemente la música que queríamos hacer como individuos salidos del arte conceptual y la música experimental de Nueva York a principios de los 80. Ese era nuestro mundo», aclara. A pesar de ello, David Bowie los invitó a tocar en el concierto de su 50 cumpleaños y hasta pensó en crear su propio sello solo para ficharlos. El mismísimo Enrique Morente se declaró seguidor de la banda y los buscó hasta que consiguió colaborar con ellos. El día que se vieron por primera vez, el cantaor le dijo a Moore: «Cuando os escuché por primera vez, descubrí un sonido que siempre había estado en mi cabeza». Y más tarde comentó: «No es necesario entender la música, sino sentirla. Ellos te atrapan sin querer, te cogen desprevenido. No es un sonido asequible, pero el ruido a veces sirve para expresar sentimientos que no caben en una canción clásica».¡Oh, Enrique!Al recordarle aquella ventura, Moore recuerda con una sonrisa: «¡Oh, Enrique! Quería tocar con nosotros y se llevó a todos sus músicos a París, donde nosotros estábamos de paso. Tocamos una pieza suya de flamenco maravillosa y nosotros hicimos ruido encima. Después volamos a Valencia e hicimos otro concierto con él ante toda esa gente que lo adoraba. Salimos al final de su actuación para acompañarle. Lo que habíamos preparado no funcionó, así que nos pusimos a improvisar. Fue como caminar por la cuerda floja. Su público no tenía idea de lo que pasaba y, en cierto modo, fue un desastre, pero sonó genial. Morente estaba muy contento después. Era un genio. Tengo todos sus discos y sencillos, son hermosos».Neil Young también se llevó a Sonic Youth de gira en 1991, cuando entraron un poco en el radar del ‘mainstream’, sin renunciar a su identidad. Buscaba a un grupo radical que su público «amara u odiara», y lo consiguió. «Es obvio que me gusta Sonic Youth. Para mí hacen rock moderno de verdad, una música magnífica», aseguró Young un año después. Se dice que Moore y los suyos influenciaron al autor de ‘ Harvest ‘, que empezó a hacer más ruido con su guitarra. Su equipo, sin embargo, acabo desquiciado con los neoyorquinos por sus afinaciones poco convencionales y estridentes y las baquetas y taladros que usaban para tocar sus guitarras y hacer ruido, mucho ruido. Según cuenta Moore en ‘Sonic Life’, para atarlos en corto y que no pisaran al cabeza de cartel, los técnicos les limitaron el volumen. Sonic Youth, un grupo que nunca había tocado en estadios tan grandes, y que tampoco lo hizo muchas veces después, acabaron frustrados. Cuando el bueno de Neil se enteró, se acercó a la oficina de producción y le dijo a todo su equipo: «Venga, dejad que toquen todo lo alto que quieran. ¡Son como yo, unos yonquis del ruido!». Coleccionismo «Debo de tener millones de discos, billones, no lo sé. Dejé de contar hace cincuenta años»«Solo me habría gustado ganar más dinero para poder comprar más discos y libros. Eso es lo único que me obsesiona», explica el músico, famoso por ser un coleccionista compulsivo de música y literatura: «¡No me traje nada a Londres! Llegué con las manos vacías. Debo de tener millones de discos , billones, no lo sé. Dejé de contar hace cincuenta años. Los tengo repartidos por todo el mundo, pero Londres me ha servido para acumular más libros y vinilos», apunta.Sin esperar la siguiente pregunta, continúa con su reflexión: «Lo cierto es que nunca quise ser popular, ninguno de nosotros. Me gusta pasear a mis perros y no ser molestado. Volver a casa y escribir canciones y poesía. No quiero vivir encerrado en un castillo, no deseo ese estilo de vida. Veo los negocios que han hecho Nick Cave, Iggy Pop y todas esos nombres con los que nos relacionábamos, y a veces he pensado que a lo mejor habría estado bien llegar ahí, pero no. Nosotros hacíamos la música que hacíamos y, en cierto modo, prefiero tocar con músicos de free jazz o de música industrial en un sótano que subirme a un gran escenario con estrellas, aunque sean Nick e Iggy, como antaño. Me siento más conectado emocionalmente con ese tipo de intercambio». Abrir caminoA lo largo de treinta años y una veintena de discos, Sonic Youth no solo ayudó a sentar las bases del ‘grunge’, sino que abrió el camino para que muchas bandas independientes buscaran nuevas formas de expresión. Se convirtieron en el referente al que seguir -y muchas veces copiar- en el ‘underground’, pero también consiguieron mantener un equilibrio poco común entre la experimentación y el reconocimiento mundial, del que fueron conscientes aunque no se reflejara en las ventas.«Todos tenemos un poco de ego y me gusta que reconozcan nuestro trabajo, pero me vale con que se me acerque un tipo de traje, alguien que nunca esperaría, y me pregunte: ‘¿Eres Thurston Moore de Sonic Youth? Gracias por tal disco’. Eso me emociona más que cuando viene un chaval con pinta de ‘hipster’ que sabe todo sobre el ‘punk’. También me encanta ver a gente que pasa caminando por la calle con una camiseta de Sonic Youth y le suelto: ‘Mola la camiseta». Y sin tener ni idea de quién soy, responde: ‘¡Gracias, hombre’. Eso está muy bien», cuenta mientras se ríe.-¿Hay algo que extrañe de sus días en Sonic Youth?-Mmmmm… No, realmente no. Siempre estoy mirando hacia adelante emocionado.

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