El Gobierno deja a los centros de vacunación sin dosis contra la fiebre amarilla

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El Gobierno deja a los centros de vacunación sin dosis contra la fiebre amarilla

Son varios los países de África y Sudamérica que exigen el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla a todos los viajeros. Mientras en algunos lugares, como Nigeria, hay que presentarlo independientemente del lugar de origen, en otros solo se pide si se proviene de un lugar donde la enfermedad es endémica, por lo que en este caso un español no estaría obligado a vacunarse. Pero si ese mismo turista va a realizar por ejemplo una ruta por Kenia y Tanzania, al entrar en el segundo país deberá presentar obligatoriamente esa cartilla por haber pasado antes por el primero. Y aunque no sea imperativo en muchos casos, sí se recomienda la inyección cuando se vaya a viajar a algunos destinos en los que existe riesgo de transmisión de la enfermedad. Ahora, sin embargo, en plena época vacacional, los españoles que vayan a visitar territorios en los que la vacuna contra la fiebre amarilla sea necesaria se enfrentan a un problema: la falta de inyecciones en los centros de vacunación internacional estatales.Los médicos que trabajan en estos centros de vacunación de Sanidad Exterior, que dependen del Gobierno central, denuncian que desde finales de 2024 se enfrentan a estos problemas de escasez de inyecciones, que se han visto incrementados en las últimas semanas ante el aumento de la demanda de viajeros. «Para poder desarrollar nuestra actividad, los ministerios de los que dependemos, que son Política Territorial y Sanidad, sobre todo el primero, nos tienen que comprar vacunas a través de las subdelegaciones del Gobierno, pero desde hace algún tiempo tenemos cada vez más problemas», denuncia José F. Gallegos Braun, presidente de la Asociación de médicos de Sanidad Exterior (AMSE) y de la Asociación Española de Medicina del Viajero (Semevi). Hace un tiempo, prosigue, los centros hacían sus previsiones de vacunas de forma trimestral, basándose en la época del año que venía (en tiempo de vacaciones se necesitan más inyecciones) y en las que se habían administrado en la misma temporada del año anterior. «Pero esas previsiones cada vez son más cortas. Nos piden que las hagamos con intervalos más cortos para poder satisfacerlas. Llevamos bastante tiempo haciéndolas de forma mensual y últimamente cada 15 días. Y esas peticiones no se autorizan financieramente, por lo al final lo que provoca es que tengamos nuestras neveras vacías», critica. El caso más problemático, asegura este médico, es el de la vacuna contra la fiebre amarilla, pues de las que faltan es la que más demanda genera. Pero no es la única. Tampoco hay stock de otras como la de la rabia , la meningitis, la encefalitis transmitida por garrapatas y la polio. «Hay problemas para que nos autoricen los presupuestos de todas, pero la más acuciante es la de la fiebre amarilla porque hay destinos que la exigen. Todas las enfermedades pueden ser graves pero la que suele tener mayor número de viajeros es la de la fiebre amarilla», apunta Gallegos Braun. Noticia Relacionada estandar Si Colapso en los centros que vacunan a los viajeros: «Algunos se cogen un AVE en el día para vacunarse» Elena Calvo Los médicos de Sanidad Exterior denuncian la falta de profesionales en el servicioInsiste el presidente de AMSE en que los problemas derivan de la falta de financiación. «Parece que no hay presupuesto para pagar estas vacunas por la situación actual del país», sentencia. Tras haber advertido en varias ocasiones a los ministerios de los que dependen, la respuesta obtenida, afirma Gallegos Braun, va en esta línea: «Las subdelegaciones tienen restricciones a nivel central para aprobar la distribución de estas vacunas. Después de muchos meses hemos recibido una respuesta sobre problemas presupuestarios a la hora de afrontar estos pagos».Reprogramar citasLa escasez de vacunas, asegura el presidente de los médicos de Sanidad Exterior, es generalizada en los 29 centros que hay repartidos por España, aunque por la afluencia de viajeros algunos pueden tener más problemas que otros. «Por ejemplo en mi centro esta mañana no teníamos para vacunar de fiebre amarilla porque las gastamos todas ayer y hemos tenido que pedir a un centro cercano al nuestro que nos deje algunas dosis hasta que nos pueda llegar alguno de nuestros pedidos», relata. Cuando no existe esta posibilidad, los profesionales se ven obligados a reprogramar las citas para otros días pero sin poder asegurar a los pacientes que el día que acudan habrá inyecciones para ellos. «Tenemos la dificultad añadida de que es una época muy fuerte para nosotros. Nos exigen que prestemos el servicio para toda la demanda que hay ahora mismo sin darnos la materia prima que necesitamos, que son las vacunas», denuncia Gallegos Braun. Fuentes del Ministerio de Sanidad explican a ABC que son conscientes del problema y que actualmente se están redistribuyendo las vacunas que hay entre los centros que más las necesitan. También se ha iniciado un proceso de compra urgente para paliar la situación, agregan las mismas fuentes. Sin embargo, los médicos de Sanidad Exterior defienden que es Política Territorial, a través de las subdelegaciones del Gobierno, quien debe distribuir estas inyecciones. Este diario se ha puesto en contacto con el ministerio que encabeza Ángel Víctor Torres para preguntar por la situación, pero no ha recibido respuesta.Horarios ampliados y menos vacaciones para atender la demanda Los médicos que trabajan en los centros de Sanidad Exterior llevan años denunciando las condiciones en las que trabajan. Aseguran que cada vez son menos los profesionales que trabajan en estas consultas, con unas condiciones cada vez más exigentes. «Ahora tenemos medidas como la restricción de nuestras vacaciones o la ampliación de horarios para poder ver al mayor número de viajeros posible», expone José F. Gallegos Braun, presidente de la Asociación de médicos de Sanidad Exterior (AMSE). La ministra de Sanidad, Mónica García, anunció hace unos meses un servicio de teleconsulta para agilizar las citas de estos centros. Los profesionales tienen conocimiento de que el sistema llegará próximamente, pero dudan de su «utilidad».Esto se suma además al largo tiempo de espera que presentan muchos de estos centros para conseguir una cita , que puede tardar incluso varios meses. «Hay mucha espera, con centros con demoras de varios meses. Y se nos hace muy complicado poder dar un buen servicio porque no tenemos profesionales suficientes y tampoco podemos flexibilizar las agendas para priorizar a los pacientes que lo necesiten con más urgencia. Y ya la falta de vacunas es la gota que colma el vaso», lamenta Gallegos Braun.Pero el riesgo para la salud, asegura este médico, es la mayor implicación que puede llegar a tener este problema, y más en un momento en el que los casos de fiebre amarilla crecen con más fuerza que otros años en zonas de Sudamérica, como Colombia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha insistido recientemente sobre la importancia que tiene la vacunación para contener la enfermedad. «Hay muchos brotes y los países están endureciendo los requisitos de vacunación. Pero con el servicio que damos, sin disponer de vacunas, exponemos a nuestros viajeros a mayores riesgos, y también a nuestro territorio», concluye.

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